Necesito sentirte Cisne

—tómalo como quieras— Giada la suelta y

continua empacando

—ahora seré yo la que llevará a cabo la misión, podré traer al tal mafioso que tú no pudiste atrapar

—¡Oh, vaya! Que sorpresa, te deseo mucha suerte, ZORRA

Giada sostienes dos cajas, dónde están sus cosas y documentos de investigación, ella se marcha del departamento, aunque está sumamente enojada, por el atrevimiento del director, también está consternada, Soraya le tiene envidia a Giada, y quizás sea un obstáculo en sus planes, aunque sabe que no durará mucho tiempo junto a los Verro, porque no son fácil de tratar, al menos que ella termine acostándose con ellos y se vuelva su sumisa, asi como a ellos les gusta.

Santoni va camino hacia la cabaña, pero algo no está bien, la están siguiendo, por lo que ella debe ser precavida, le preocupa que sean unos de los Verro, o sus secuaces.

Giada se escabulle entre los autos, necesita ocultarse, pero se le está siendo difícil, por lo que llama a Emilio.

Lo bueno es que él no tardo en contestar. —que bueno que llamas, te estoy esperando, debes arreglarte para tu cita

—¡No es una cita! Es una misión, pero, rayos... Escucha, me están siguiendo

—¡Conserva la calma!— pidió Emilio y Giada mira por el retrovisor —activia el GPS del auto— ordena Emilio y agarra su laptop para encenderla

—¡Listo!— confirma Giada

Emilio al saber el punto exacto dónde está Giada, le empieza a indicar por dónde debe meterse, y ella obedece.

La pobre Giada estuvo media hora escapando, hasta que lo logro, al llegar a la cabaña, Emilio la espera impaciente.

—¿Cómo estás?

—¡Mal! ¡No sé quién, carajos era!

—debes tener más cuidado, no puedes estar saliendo, y mucho menos regresar al departamento

—ya no pienso regresar, he renunciado

—¿Qué?

—¡El maldito de tu padre, me pidió acostarme con él y me daba el ascenso!— Giada cae en el mueble, necesita relajar su cuerpo

—¡Maldito miserable!

—lo peor de todo, es que Soraya ocupara mi lugar

—¡Ella no está capacitada para hacerlo!

—se acostó con tu padre, esa es la razón, pero ella no podrá llegar a ser directora, al menos que pueda arrestar a los Verro

—eso es imposible, esa es tu misión, ella no tiene la capacidad de una mente tan brillante como la tuya, pero no pensemos más en ella, y en el degenerado de mi padre, ven conmigo— Emilio la agarra de la mano, y ella se coloca de pie

—¿A dónde vamos?— pregunta ella con amargura, lo único que quiere es tomarse un trago y fumar un cigarro

Al entrar a una habitación, hay dos estilistas, y uno está arreglando a Raquel. —esta quedando preciosa— confiesa Emilio, ordenó que le cambiarán el color de cabello a Raquel

—¡No pienso hacerme nada!— lo sentencia Giada

—claro que sí— la hace sentarse a la fuerza —esta mujer tiene que quedar demasiado sensual, y maléfica, quiero que el color de su cabello sea un negro azabache, tan oscuro como la noche, y bien liso como la japonesa, eso sí, maquillaje atrevido, cejas y pestañas impecables, uñas postizas largas y negras

—¡No estoy muerta!— se queja Giada

—el color negro es tu aliado

—¡No quiero uñas largas! No me dejara defenderme

—esta bien, un poco cortas, manos a la obra

Pasaron 5 horas y Giada estaba aburrida de estar sentada, mientras que Raquel estaba tan feliz de verse hermosa en el espejo, muy contenta se había ido a preparar la cena.

Al ver la noche, Giada se debate si sale o no de su habitación. Por lo que Emilio entra enojado porque la ha estado esperando.

—¡Carajo!— exclama al verla

—me siento otra persona

—estás matadora, ese Stephen caerá redondito a tus pies

—ojala, tantas horas sentada se me durmió el trasero, este vestido es muy revelador aunque cómodo

—esa es la idea, ¿Estás lista para irte?

—¿Hablaste con Patri?

—estan en posición, no te preocupes

—no quiero que se acerquen tanto, por si ya sabes...

—¿Por si tienes sexo con Stephen?

Giada arquea una ceja —no lo digo por eso, vamos que ya me tienes estresada.

—el audio está activo, y en la cadena está la cámara, que disfrutes

—¡No lo disfruto! Cada vez que lo tengo cerca, me provoca dispararle en sus pelotas

—suerte con esas pelotas— se burla Emilio

Giada se marcha en el Ferrari, la mujer conduce como loca, ama la velocidad, llega al punto de encuentro, y puede ver a Stephen en medio de la carretera de arena, la cito en la plata, en el lugar más desolado.

Ella frena en seco, apaga el auto y luego se baja. —si me estás jugando sucio, te mató— ella lo está apuntando y mira a todas partes

—Santoni el lugar está seguro, repito, está seguro— informa Emilio

Stephen no puede estimular palabras, Giada está tan bella, que no puede dejar de mirarla.

Ella mira a los lados y baja el arma, al quedar frente a Stephen, él no pudo soportarlo más, el hombre se torna dominante, la empieza a besar con demencia que ella retrocede para quitarlo de encima, pero se topa con la parte de alante del auto, dónde Stephen aprovecha para subirla y la abre de piernas.

Ella muerde el labio inferior de Stephen fuertemente, y luego coloca su arma en la cabeza de Stephen.

Stephen deja de besarla. —no importa si me quieres matar, no me arrepiento de haberte besado, necesito sentirte Cisne, estás preciosa, eres una chica mala— Stephen la atrae hacia él y ella puede sentir su gran bulto.

.

.

Hola estimadas lectoras, inicio el conteo de regalos, así que dejen sus regalitos en esta novela, para que sigan disfrutando y elevando su imaginación.

Recuerden que leer en novelton es gratis, lo más lógico es que el lector apoye al autor, espero su apoyo, feliz fin de semana.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***