Un nuevo comienzo

Al llegar buscaron un hotel al ser la capital era una ciudad muy grande, Olivia pidió un hotel económico para no llamar la atención, fueron al banco ya que quiere saber si en el territorio a dónde van hay banco.

-Por qué viste tan sencillo mi señora.

-Ernesto ya no soy una princesa tampoco noble, técnicamente soy una plebeya, además no quiero ser notada.

-Mi señora, usted puede llegar al palacio si quisiera

-No, nadie debe saber, el origen de mi madre, se ha mantenido en secreto hasta ahora, no quiero ser tratada diferente

-Bien

-Ernesto te agradezco que me acompañes, si mis familiares siguen con vida, puedes regresar si quieres, mi vida será diferente.

-No yo juré estar a su lado.

-Si pero, estarías al lado de una emperatriz no al lado de una plebeya, soy rica pero sin título.

- Mi señora, yo estaré con usted, la estimo como una hermana, desde que llegue al palacio y la vi en aquel ventanal con su libro en la mano, yo prometí estar a su lado.

-Gracias, solo espero poder recompensar tu lealtad.

En el banco le indican que al Ducado a donde viaja también hay bancos así que puede viajar con tranquilidad.

En el hotel solo descansan, continuarán su viaje a caballo, Olivia sale a pasear con Ernesto, en la capital hay mercados, tiendas y restaurantes.

Unos jinetes llegan a la entrada del palacio y las puertas se abren al ver el escudo que tiene el estandarte.

El duque baja y lo primero que hace es que su asistente busque en los hoteles al barón.

-Déjame descansar un rato por lo menos

-No, ve hacer lo que te pido.

Su asistente solo rueda los ojos y se va, él da por hecho que estarán hospedados en un hotel de lujo los nobles acostumbran usar un solo hotel así que va hacia ahí.

El duque tiene trabajo que hacer tiene reunión con el Emperador para darle los documentos y los informes de las fronteras, hace más de 10 años que el reino era un caos, poco a poco se está recuperando, él era un niño cuando esto pasó, su padre murió al rebelarse contra el Emperador que usurpo la corona, él huyo con su madre pero cuando la guerra termino le regresaron su ducado y su título.

Su madre se hizo cargo del Ducado hasta que él cumplió 16 años, el tomo el cargo muy joven pero con ayuda de su madre pudo hacerlo, el emperador también lo ha ayudado, así que él con tan solo 20 años es el duque de la región norte, ducado que también ha prosperado poco a poco.

-Fabián que bueno verte, todo está en orden, traes mala cara.

-Si, majestad todo en orden en la frontera, el Emperador Alexander ha cumplido con mantener el orden y proteger a los comerciantes que van de Lyra a su reino.

-Bien la persona que se hará cargo de eso ya la he designado, asi que ahora ya podrás estar solo dedicado a tu Ducado, tal vez encuentres a una dama para casarte.

-No me interesa el matrimonio por el momento y un matrimonio político tampoco, rara vez funciona eso.

-si tienes razón, mi querida emperatriz se casó conmigo por amor, ella es el amor de mi vida, espero que tú también encuentres a quien amar y que te amé

-Gracias majestad, me retiro.

-Si tu palacio está listo, puedes disponer de él.

Fabián a su paso saluda a la Emperatriz que venía cargando a uno de sus hijos, ella es muy hermosa, con su cabello rojo sus niños son iguales a ella, del emperador solo tienen sus ojos.

A su paso se encuentra a algunas damas, él al ser no solo atractivo es un duque, muchas han buscado un compromiso político, pero al ser el Duque ha rechazado todas las propuestas.

Se sabe que ha tenido amantes pero ninguna ha conseguido llamar su atención, ya que ellas son viudas o divorciadas.

Fabián decide pedir un caballo para ir a la ciudad, no sabe a qué va pero se siente ansioso, él sabe que aquella dama está ahí, pero no sabe dónde.

-Mira Ernesto aquí venden mucha comida, vamos

-Si, los platillos son buenos, la comida sí que es diferente

-sí, mira las telas, esto sí que es bonito, lástima que no puedo llevar mucho.

Así Olivia mira todo a su alrededor, para ella todo eso es nuevo, lo que no sabe es que aquel hombre de cabello negro la busca y están cerca pero ninguno de los dos se ven, Fabián en la misma dirección que ella pero se distrae con un vendedor al que se le caen unas manzanas, él lo ayuda y Olivia pasa a su lado, en otra calle Fabián frente al café, solo un letrero tapa a Olivia, al no conocer a Ernesto no sabe que ella es la dama que busca, para más tarde en el parque pasa lo mismo la lluvia los sorprende así que Olivia compra un paraguas justo al abrirlo Fabián pasa a su lado, tan juntos y no saben que lo están, Olivia regresa a la posada mañana salen temprano así que se van.

Fabián también regresa al palacio, se quedará unos días más, debe volver al Ducado, su madre no puede con todo, ahora él es el Duque y debe ayudarla.

Cuando llega ve a su asistente dormido en el sillón y lo despierta de un almohadazo.

-Oye, calma de una vez te digo que no los encontré, tal vez se quedan con algún familiar, mandé a algunos caballeros para preguntar en posadas y casas de huéspedes pero no esperes mucho.

-Bien, mañana tengo reunión de consejo nos vamos en dos días

-Fabian y si no la encuentras.

-Hare de cuenta que fue una de mis amantes, la olvidaré y continuaré con mi vida.

-Que pasará si la encuentro.

-No lo sé, creo que tienes razón y es un capricho, solo me sentí herido porque ella se fue, en realidad no se, pero ve a dormir y prepara todo para partir en dos días.

-Bien, * Fabián perdón si la encontré, pero ella se veía feliz a lado de su prometido, como le digo que ella va del brazo de otro y a dónde quiera que van se presentan como pareja*

Está bien, me retiro y tienes razón solo fue tu orgullo herido, olvidarla es lo mejor.

Rubén era el nombre de su asistente y también su primo, el es huérfano, sus padres murieron en la guerra asi que crecieron juntos y la Duquesa también es una madre para el, pero al llegar a la posada después de ir por los principales hoteles vio salir a una dama rubia muy hermosa con un caballero del brazo, se dió cuenta por qué el mozo de la posada lo llamo Barón Ernesto indicándole a dónde estaba el mercado y las principales tiendas, asi que le pago al mozo par que le diera la información, por lo que decidió seguirlos, viendo como se divertían y caminaban del brazo, sabía que si le decía a Fabián era capas de armar un escándalo por nada, la dama está comprometida asi que es mejor que ella siga con sus planes, si Fabián interviene su prometido puede salir herido o muerto y no quiere eso.

-El puede buscar a cualquier mujer, perdón hermano, es por tu bien, ella es bonita te entiendo, no se por que ella lo hizo pero no la juzgo, Fabián tiene un encanto como su padre, son iguales.

Mejor me regreso a su cuarto tengo que dormir, mis pies me duelen de tanto caminar, pero primero paso a la cocina por algo de comer.

Fabien en su cuarto se duerme pero en su sueños solo está ella, su aliento, su cuerpo y cada parte de ella, el solo se pone furioso por no despertar ese día para que no se fuera.

Olivia en su balcón también piensa en el pero de una forma diferente, para ella fue una sola noche muy satisfactoria, pero no lo anhela como el, no cabe duda que le gusto, pero ya no lo volverá a ver, sus planes en primer lugar es llegar con su tía, si las encuentra quiere poner un pequeño consultorio, antes de partir de la biblioteca real saco libros de medicina que ha leído en el camino, no podrá ejercer como en su época ya que sin la tecnología es imposible pero ella con su magia puede hacer muchas cosas y sabe de hiervas y curar como en el pasado, así que pretende tener una vida tranquila.

-Es hora de partir, estás lista.

-Si, vamos

Olivia con Ernesto salen de la ciudad el rumbo que llevan es el Ducado de Fabián sin saberlo, el viaje les llevará alrededor de 3 días, cuando llegan al Ducado, preguntan por las tierras del barón Mendoza, todos les indican hacia donde es solo tardarán en llegar otro día pero deciden descansar.

Olivia pasea por las calles del Ducado es una ciudad grande hay muchas tiendas y negocios, compra algunos postres, para seguir su camino.

Cuando una mujer muy guapa, se le habla.

-Lucia eres tu?

-Me habla a mi?

-Oh por dios eres igual a Lucia, creo que te confundí, disculpa, hace años tenía una amiga igual a ti de hermosa.

-Gracias, pero mi nombre es Olivia.

-Soy la Duquesa Martha.

-Es un honor para mi señora.

-Soy plebeya así que no tengo título.

-No parece, tu forma de hablar y caminar, hasta tus modales no pareciera ser una plebeya.

-Gracias mi señora, si me disculpa tengo que retirarme.

-Si adelante

Olivia casi salió corriendo, la duquesa conoció a su madre si le decía su apellido lo más seguro es que ella la reconocería.

-Rayos! No pensé que quedara alguien con el recuerdo de mi madre, debo tener cuidado.

La duquesa no se quedará con la duda el parecido es asombroso, así que le paga a un niño para que la siga y le diga dónde se hospeda.

Al día siguiente Olivia continúa su viaje por la tarde van llegando a una casa no tan grande como la de un marquesado pero es bonita en la entrada preguntan por los Barones, ella espera ansiosa y nerviosa.

De la casa, sale una dama que se veía de unos 50 años junto a unos niños.

-Oh dios mío Lucia 😭

-No, soy Olivia busco a la baronesa María, ella es...

Olivia ya no pudo hablar la señora la abrazo, llorando.

-Olivia, que haces aquí, mandé cartas y cartas y nunca tuve respuesta

-La última carta que tengo es una de hace unos 8 años cuando mis padres murieron.

-Pero pasa mi niña, pasa mi familia, es está.

En la sala están solo dos niños de unos 10 años.

-Solo quedamos nosotros, toda mi familia murió en la guerra, ese maldito emperador ojalá se esté pudriendo en el infierno y los dioses no lo perdonen, el Emperador actual puso la paz y gracias a la Emperatriz me regresaron las tierras, mis nietos solo lo único que me quedan, el es Manuel de 12 años y Andrés de 10, el era un bebé cuando todo paso.

-Lo siento mucho.

Su tía le dijo a los niños que pasaran al caballero que venía con ella y a los demás guardias les dieran habitaciones, ordenó te para las dos.

-Cuentale a tu tía que sucedió, lo último que supe es que tus padres murieron y la emperatriz te llevo al palacio, solo eso decía la carta, yo mandé muchas al palacio pero nunca me respondieron, yo quería traerte pero ahí tenías un Marquesado un título.

Olivia le contó todo, incluso que el Marquesado estaba perdido pero que ella tenía la dote de su madre intacta, la dote de ella y las ganancias de casi 8 años del marquesado.

-Dios eres rica, pero que hacer aquí.

-Quiero comenzar de nuevo, y pensé que aquí sería un buen lugar.

-Aqui puedes quedarte todo lo que gustes, solo que el título de tu madre ya no es válido, tendrías que ir al palacio para ver si te lo dan.

-No, no quiero eso, tengo el sello de su apellido, con ese es suficiente, viviré como una plebeya.

-Pero mi niña, te entiendo pero será difícil, eres muy hermosa, el caballero que te acompaña es algo tuyo.

-Es un amigo, pero somos como hermanos, no hay nada romántico, el también su título es solo de nombre, pero ambos somos plebeyos.

El se quedará conmigo y si usted lo permite puede ayudar con la educación de sus nietos el mayor será el barón de Mendoza, debe aprender como hacerlo.

-Si, tienes razón, las tierras son fértiles pero sin alguien a cargo ha sido difícil, no tengo lo suficiente para que mis nietos tengan maestros.

-A cambio de quedarme Ernesto le ayudará el está más que calificado y el mayor ya está en edad de asistir a la escuela en la capital si él quiere o tomar clases privadas.

-Enserio señorita, puedo ir a la escuela y mi hermano también.

Decían los niños con emoción.

-Si, yo me encargaré de pagarlo.

-Gracias Olivia muchas gracias.

Así Olivia se quedó en la casa de su tía, aunque tenía la duda, que pasó con esas cartas, ella nunca recibió nada, buscando en los recuerdos de Olivia no hay ninguna carta, quien no se las dió, que se pierdan en el camino es normal una o dos pero todas en un lapso de 8 años es muy extraño, pero eso quizás nunca lo sepa.

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