inicio

Un carruaje sale de la ciudad a todo galope con un destino que nadie sabe, la noble a bordo es quien sería la Emperatriz de ese reino, pero ahora es libre de ir a dónde ella quiera.

-Mi señora está segura, usted es una noble aquí, por qué dejará todo.

-Míriam, si me quedo no estaré en paz, quiero ser libre y la verdad no quiero volver a ver la cara de ese estúpido Emperador.

Se preguntarán quien soy o quien era, en una vida fui una doctora que dio todo por sus pacientes, mi vida era rutinaria del trabajo de largas jornadas a mi casa para distraerme leía novelas, morí un día común en un accidente de tránsito, el por qué estoy aquí no lo sé tal vez Dios me castiga o me premia, pero de lo malo tomaré lo bueno, y eso es estar viva.

La Novela era el amor de la princesa, una novela de amor cliché, en dónde la linda princesa Olivia Rossi estaba comprometida con el Emperador, desde niña.

Al morir sus padres la reina madre la llevo al palacio donde la criaron para ser Emperatriz, pero un día apareció la Santa la cual era una plebeya amorosa, gentil y hermosa, así que el Emperador se enamoró de ella, y como están pensando Olivia se conformó con estar de lejos por qué ella amaba al emperador

**Si claro**

Bueno continuo cierto día muchos guardias llegaron por Olivia y se la llevaron al calabozo, fue acusada de envenenar a la santa, nadie la defendió y ella no dijo nada, solo esperaba que el emperador fuera por ella.

Fue condenada a varios años en prisión, ahí escucho como el emperador y la santa se casaron y ese fue el fin de la primera novela.

En la segunda novela se descubre que la santa no era ninguna santa, así que tras una lucha por el poder la descubren y la matan gracias a una princesa que llegó de otro reino, ella fue quien descubrió a la impostora y también ayudo a Olivia a salir, el emperador le pidió perdón a Olivia y ella lo perdonó, le dijo que se casaría con ella, pero no cumplió se casó con la princesa y ella fue una concubina, nunca se quejó por qué su amor por el emperador era más grande.

-Haaa yo nunca haría eso, la historia no la termine por qué no me gusto, y aquí estoy en ella. Aún recuerdo el día que desperté casi me vuelvo a morir del susto.

******Hace algunas semanas atrás********

-Donde estoy... Tengo sed...

-Pero que, dónde estoy, que es esta ropa, alguien vengaaaa por favor

-Que sucede, por qué hace tanto escándalo

-Donde estoy, por favor deme un poco de agua.

El guardia le dio agua pero ella lo escupió enseguida porque el agua estaba en mal estado.

-Que sucede no es del agrado de la Marquesa Olivia Rossi

-Marquesa? Yo, ay no!

Un dolor profundo en su cabeza hizo que recordara que pasó, ella murió? pero por qué estaba ahí.

-Maldito emperador, a no, a mí no me van a dejar aquí.

-Guardia, guardia, quiero ver al Barón Ernesto.

-Usted está acusada de envenenar a la Santa así que no tiene derecho a pedir nada.

-Y tú quien eres para decirme a lo que tengo o no tengo derecho, yo soy una noble y tengo más derechos que tú, así que en este momento vas por el barón o te juro que perderás tu cabeza.

El guardia salió asustado la mirada de Olivia daba miedo, ella tenía razón de hecho no sabía por qué estaba ahí solo le dijeron que envenenó a la santa.

Después de un rato un joven que bajaba las escaleras no podía creer lo que le decían.

-Pero mi señora, como es que está aquí, me dijeron que estaba detenida pero no en los calabozos, sino en la torre.

-Pues no, mírame, ese maldito malagradecido, pero sabes saldré de aquí y que su reino se vaya al infierno junto con él.

Quiero que vayas por los Barones de Alcázar, ellos serán mis testigos que traigan los libros de contabilidad y los míos de mi ex palacio, saca todas mis cosas y llévalas al marquesado, llama a mi tío quiero verlo en cuanto salga de aquí y sobre todo, mi sello el sello de mi madre sabes dónde está, así que resguardarlo y cuídalo como a tu vida.

-Si mi señora, iré de inmediato.

-Date prisa porque mi juicio es en unos días.

-Me voy le mandaré comida decente, tenga le dejo estás monedas por si se le ofrece algo.

-Gracias.

Así el joven barón salió a todo galope, debe sacar a su señora de ahí, no puede creer que el Emperador la mandara a los calabozos.

Así un par de días pasaron, Olivia estaba frente al emperador quien la vio en un estado deplorable.

-Pero que pasa, por qué está así.

-Ja, le preguntas a ellos, estaba en el calabozo, disculpa que no esté presentable

El emperador voltea a ver a su asistente quien niega con la cabeza.

-Le juro majestad que no sabía que la marquesa estaba ahí, a mi me dijeron que estaba en la torre.

-Vas a averiguar quién la puso ahí y ...

-No es necesario, quiero que esto termine, así que continúa.

Olivia había visto que Ernesto estaba con los Barones y unos niños en la sala así que estaba confiada.

-Eres acusada de envenenar a mi prometida, el veneno fue encontrado en tus cosas y una sirvienta de tu palacio es testigo, te vio ese día salir del palacio de invitados, que tienes que decir en tu favor.

-Soy inocente 😜

-Miente majestad yo la vi ese día.

-A si y a qué hora, a qué hora me viste

-Bueno yo no recuerdo la hora pero era ella majestad.

-Majestad tengo testigos ese día yo no estaba en el palacio, salí

-Si ya sé que saliste, dicen que fuiste de compras, una vez a la semana salias de compras y llegabas con muchas cajas de tus compras y joyas.

-Jajaja, si salía pero nunca fui de compras, te pasarán mis libros ahí verás que no hay ninguna compra ni de joyas y mucho menos cosas innecesarias, pero mis testigos te dirán dónde estaba.

El barón se pone de pie y pasa al frente.

-Soy el Barón de Alcázar, tengo a mi cargo el orfanato en mi territorio es uno de los más grandes y la princesa, digo la marquesa una vez a la semana va a llevarnos víveres y nos deja dinero, si no lo dijo es por qué nosotros ya recibimos ayuda pero ella nos da de su propio dinero.

Ese día ella llegó con pasteles para los niños llegó al amanecer y se fue ya en la tarde, lo más seguro es que ella llegó aquí de noche.

El emperador no podía creer lo que le decía el barón porque Olivia no dijo nada por qué ha callado.

-Majestad, si la sirvienta asegura que me vio solo hay dos explicaciones o ella miente o tal vez vio a alguien parecido a mí que quiere incriminarme, yo no pude ir ahí y si el veneno fue en encontrado en mis cosas, quiero saber en dónde fue encontrado por qué mi palacio está resguardado y a mi cuarto no entra nadie sin mi permiso.

El emperador pide los informes y ahí decía que el veneno fue encontrado en unas cosas de Olivia en su sala de pintura.

-Alexander fui criada por tu madre, ambos recibimos la misma educación, en serio me crees ya estúpida de envenenar a alguien y dejar el veneno en mi sala de pintura y sobre todo en la de pintura.

El emperador se sorprende desde que ella entró le dice majestad pero ahora lo ha llamado por su nombre.

-Es cierto, pero...

-Majestad, sus pruebas son solo la palabra de la sirvienta, no hay peros, exijo que se me libere, soy una noble no una plebeya, ahí están los libros del orfanato y de mi palacio, así como mis caballeros que casualmente nunca fueron interrogados, no creerá que voy al orfanato caminando o si?

Supongo que su investigación no fue muy importante, por qué pensó que su amada estaba en peligro, si yo la hubiera envenenado ella estaría muerta.

-Como te atreves, pero tienes razón no tengo pruebas pero estarás vigilada.

-No lo acepto, no quiero volver a verlos a ninguno de los dos, el palacio está desocupado Tu Prometida puede usarlo, las joyas reales están en la bóveda, solo me llevo las mías, así que las cadenas por favor.

-No es necesario que dejes el palacio tan rápido puedes ir a cambiar tu ropa.

-Por supuesto que no, que tal si ahora a tu prometida se le ocurre caerse y me culpan a mí, nunca volveré a pisar este palacio, es más olvida que una vez existí, olvida que yo prometí amarte.

Los guardias le quitaban las cadenas a Olivia y el Emperador se levantó y camino hacia ella, cuando una voz a lo lejos lo llamo, era la santa quien iba a pedir que Olivia no fuera condenada a muerte.

-Alexander, por favor perdónala ella no quiso dañarme.

-😒 Ernesto vámonos, Barones muchas gracias .

Alexander se acerca a la santa y le explica que no hay pruebas de que fue ella, así que volverán a investigar, la santa se queda sorprendida de lo que le dice y arruga su vestido con sus manos, pero nadie lo nota.

-Una cosa más antes de irme, quiero que le corten la lengua esa sirvienta, acusar a un noble sin pruebas es un delito, así que quiero su sentencia.

Todos en la sala se quedan pensando como ella cambió, Olivia nunca pediría un castigo así, pero ella tenía razón la sirvienta mintió y deben saber si alguien le pago o a quien vio ese día.

Olivia sale del palacio administrativo para ir a un hotel, el Marquesado está lejos así que no llegara y necesita estar presentable, tiene muchas cosas que preparar.

-Ernesto es hora de ir al banco, hay algunos movimientos pendientes, tengo un largo viaje que realizar.

-Si mi señora.

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