Un pedido extraño

Minerva regresó a la habitación,

analizando lo que había sucedido.

Se preguntaba

¿Que pasaría con ella, si la reina la detestaba?

¿La regresaría de dónde vino, o permitiría que Kai la buscará?

En ese lugar no había alguien a quien tenerle confianza.

De repente ingreso la sirviente, trayendo el desayuno.

Después de eso se retiró, cerrando la puerta con llave.

Eso significaba, que probablemente ese día no iba a salir, por lo que le había dicho al príncipe en el salón, en la cual escucharon su conversación varias sirvientes.

Solo el pensamiento de que volvería a ver a Kai, le estaba ayudando hacer optimista esa mañana.

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Kai se dirigió al fondo del mar donde había una ciudad oculta en unos arrecifes, allí existía una entrada secreta, donde convivían las sirenas y tritones.

Había un mercado donde algunos subían a la superficie y traían novedades de cosas que podían usar bajo el agua.

La madre de Kai, era una sirena de hermosa voz y cabellos negros con tonos azules, las escamas de su cola eran del color de los zafiros.

Su madre daba clases de canto a los pequeños tritones, y las sirenas madres.

Ya que tenía tiempo que no estaba naciendo

niñas, solo varones.

Kai ingreso y escucho una hermosa voz, para su sorpresa era la de su madre.

Su madre después de dar las clases, vio que su hijo la miraba sorprendido.

-Kai, me alegra que hayas venido a mis clases, pero me da la impresión que es como si me hubieras oído por primera vez.- Dijo la madre de Kai, que por cierto su nombre es Larimar.

-¿Te parece madre?

Es que realmente es hermosa tu voz, veo que las sirenas que provienen de humanos no cantan tan hermoso como lo haces tú. - dijo Kai alabando a su madre Larimar.

-Justamente lo has dicho, aunque son descendencia de aquellas que nos abandonaron.

No cuentan con todo lo que una sirena realmente es.

Y es triste pero ya tiene tiempo que no he visto otra sirena que no tenga sangre mezclada.- dijo pensativa Larimar a su hijo.

-Madre, te quiero decir algo.

La perla encontró mi compañera en la tierra.

Se llama Minerva.

Es de sangre mezclada, yo la amo.

Y espero que tú la aceptes también.- dijo Kai viendo si su madre reaccionaria sobre eso.

Kai, yo sé que la perla que te dieron era para ese propósito, buscarte una excelente compañera, me hubiera agradado que hubiera encontrado una sirena real, pero las perlas no se equivocan, buscan lo mejor para nosotros mismos.

Cuando a tu padre le dieron su perla está viajo por muchos mares, pero está decidió que yo fuera su compañera, aún que la alejará, está siempre me encontraba.

Por qué sabía que Él y yo realmente seríamos felices.

Por eso no me puedo oponer a lo que ella eligió para ti.-dijo a Larimar acariciando el cabello de su hijo.

-Madre tengo que contarte algo más -dijo Kai cuando su madre lo vio a interrumpir.

-También te tengo una sorpresa, después de tanto tiempo, volvimos a encargar, y no solo cinco,son más.

Tu padre feliz esperando el nacimiento de todos, pero parece ahora como un caballito de mar. Y al parecer viene una niña ¡Te imaginas que gran bendición!- decia su madre Larimar muy feliz.

-¡Ya quiero verlo!- dijo Kai imaginando a su padre como un caballito de mar embarazado.

-¿Que otra cosa me ibas a contar?- dijo su madre Larimar.

-Más bien...

Necesito pedirte algo muy valioso para ti, sino fuera de vida o muerte no te lo pediría, Minerva está atrapada en la isla de las sirenas, me la robaron cuando yo la iba a llevar a esta para presentarla como mi compañera. Y entonces el principe Makoa me la rapto, me la quito.

Y la presentó como su compañera aún sin una perla, logro el consentimiento de la Pitonisa.

Pero Minerva tiene mi perla, logré entregársela de nuevo.- Aún seguía explicando Kai pero su madrAquí dijo que guardara silencio.

-Aqui no es seguro que me cuentes eso.

Necesito que vengas conmigo a la casa.-dijo Larimar haciendo una señal con los ojos.

Kai volteo a ver y vio que venía en camino el príncipe Makoa y su madre la Reina, aparte había una sirena de cola dorada, y cabellos tan rubios, mejillas sonrojadas,y labios carnosos color coral. Y unos ojos de color azules.

Estos estaban visitando la ciudad, la Reina le mostraba con orgullo su reino a esta sirena de escamas dorada.

-¿Quién es ella?- dijo Kai al verla.

-¡Realmente es una sirena real!- dijo Larissa cuando vio a la sirena dorada.

-¿Cómo se puede diferenciar madre?- preguntó intrigado Kai, ya que no notaba las diferencias, todas eran relativamente iguales para él.

-Kai las sirenas reales tienen ciertas aletas que sacamos si es necesario usarlas.

Es para defensa estás nos salen del antebrazo. Mira te lo voy a demostrar tienen partes puntiagudas como flechas. Algunas sirenas segregan en estás un tipo de tóxico, y esa Sirena está mostrando sus aletas como muestra de supremacía ante los demás, ya que se dio cuenta que ella es especial.- dijo Larimar observando a la recién llegada.

-No entiendo que está pasando, me preocupa Minerva, si esa Sirena la trajo la Reina significa que Makoa, va a desposarle.

¿Qué va a pasar con Minerva?- dijo Kai preocupado.

-Madre, después te explico, pero por el momento dame un mechón de tu cabello, y una escama de tu cola, lo necesito realmente.- dijo Kai con rostro de angustia.

-Hijo con lo que me pides parece que vas a ir con la bruja del Mar, La tía.-dijo su madre.

-¿La conoces?-dijo Kai.

-Algo así...

Es parte del folklore de nosotros las sirenas, mi madre me contaba de una bruja llamada La tía que vivía en las aguas quietas del olvido.

Dónde no hay nada y lo hay todo.

Que para hacerte un hechizo, te pide un mechón largo del cabello y la escama de t, madre.

Madre antigua, madre olvidaba en el olvido.- dijo Larimar recordando las palabras de su madre.

-Madre dame un mechón largo de tu cabello y una escama por favor- suplico nuevamente Kai a su madre.

Su madre agarro una Ensis( navaja) y se cortó un mechón de su cabello, y se arrancó una escama de las más grandes.

Se lo dio a su hijo y lo beso en la frente.

Kai le sonrió a su madre, envolvió lo que ella le dio y salió nadando velozmente de la ciudad escondida en los arrecifes.

Rumbo a la isla donde esta Saraswati.

¿Sería que está había conseguido la flor que había pedido La Tía.?- se preguntaba Kai.

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