¿Kai por qué te escondes?

Kai estaba desesperado,

ya que eran cinco días,

sin poder acercarse a Minerva.

Todos los días visitaba la isla, pero se escondía entre la niebla y detrás de las piedras que rodean partes de la isla.

Ese día a Minerva se le permitió salir junto con la mujer que le servía.

Caminaba observando la isla y su playa, meditando lo que la "Tía" le había explicado.

Cuando salió del agua un tritón de cabellos verdes suaves, alto con músculos bien definidos llevando entre sus brazos una mujer de cabellos largos y lacios color negro.

Sin embargo, cuando esté llevaba a la chica desmayada, llegando a la orilla de la playa, vio a Minerva, entonces dejó caer de entre sus brazos a la chica que cayó en la arena.

Le quitó la perla a la chica, y camino determinado hacia Minerva.

Su sirvienta se interpuso entre él y Minerva.

-No debes acercarte a la señorita, ella es la prometida del príncipe - le dijo enérgicamente la sirvienta al tritón.

-No me importa, quiero que ella sea mi pareja- dijo el tritón tratando que Minerva aceptará la perla.

Minerva lo observaba.

Cuando la chica de los cabellos negros la habían levantado, las mujeres de la isla.

Y logro ver que el tritón de cabellos verdes, le había quitado la perla.

Entonces la chica, vino hacia él, y le arrebato la perla.

-¿Crees que esto es un juego? Me has hecho sufrir todo el camino, casi muero en el trayecto, para que llegando acá, ¡Me seas infiel! Claro que no lo voy a permitir.

Y lo jalo con toda su fuerza por la oreja del tritón, y se lo llevó arrastras delante de donde estaba el conjunto de mujeres observando.

¿Adónde le arruinó la vida a este tritón infiel?

¡Pásenme directo al casamiento!-

gritaba estruendosamente.

La señora Bianca los ingreso directamente ambos al palacio de Coral.

Cuando logro tranquilazar a ambos salió a buscar a Minerva.

-Señorita Minerva, creo que el paseo terminará por el momento, llama mucho la atención de cualquier tritón -estaba sin terminar de hablar cuando llegó el príncipe Makoa

-Claro que llama la atención, su aura tiene un aroma a brisa del mar, quién se puede resistir a tal hermoso llamamiento.- Y diciendo eso, Makoa la tomo entre sus brazos y la cargo para llevarla al palacio.

Pero Minerva volteo a ver hacia el mar, mientras esté la llevaba cargando, y vio a Kai que había salido de su escondite.

Pero se había quedado observando todo, sin hacer nada.

Minerva se quedó mirando tristemente, por qué ese chico que su corazón se había empezado a encariñar ahora la habia abandonado.

El príncipe llevó a Minerva a la sala donde se recibían las visitas.

Allí Minerva se sentó, mirando que Makoa traía una túnica hermosamente decorada.

-¿Sabes te traje un regalo?-le dijo Makoa a Minerva

Y saco de entre su túnica una peineta de Oro hermosamente decorada.

Minerva jamás había visto algo así.

-Dejame que te lo ponga en el cabello - dijo Makoa acercándose a ella.

Makoa la habia secuestrado de la cueva donde había estado a lado de Kai.

Minerva recordó ese suceso.

Acaso sus recuerdos no los había perdido por completo.

O sería por qué la "Tía" los había guardado.

Pero quedarse en la isla, y vivir como una princesa a lado de un príncipe, siendo un recipiente de otra cosa.

No era algo de anhelar.

Su destino parecía estar marcado.

Era preferible mejor escapar de la isla.

Dejar de beber el elixir, pero no sabría más que hacer.

Esta vez sería mejor seguir el consejo de la "Tia". Seguir bebiendo el elixir para poder ir al mar del olvido.

-Estás aun más hermosa, mi princesa, estoy esperando ese gran día, no quiero que ningún otro tritón vea tu belleza - se lo dijo mientras tomaba el mentón de Minerva y le acariciaba con sus dedos los labios de Minerva.

A Minerva les parecían salados esos dedos.

-Señora Bianca, existe una parte de la isla donde ella puede caminar sin que no esté a la vista de ningún tritón, dejé que ella esté allí caminando, además hay agua dulce, de seguro querrá estar dentro de ella, ya que aún no es sirena, de seguro la sal del mar le ha de parecer insoportable.- le decía el príncipe Makoa a la señora Bianca pero observando a Minerva.

-Si señor, la llevaré allá el día de mañana- contestó la señora Bianca.

-Entonces por hoy me retiro, y me llevo al cabeza verde, antes que haga otra tontería.- lo dijo el príncipe refiriéndose al tritón de cabellos verdes suaves, y tomándolo del brazo lo jalo hasta que llegaron fuera del palacio.

-Es una advertencia, vi todo.

No te acerques a mi Princesa - dijo de manera agresiva el príncipe Makoa al tritón de cabellos verdes. Este acento con la cabeza y regreso al mar.

Su compañera la de cabellos negros, la habían llevado a una habitación lejos de donde estaba Minerva.

Esa tarde después de comer, llegó una de las sirvientas y nuevamente le preparo un té en lo cuál agrego los Elixires.

Minerva se sentó en la cama esperando que está se lo entregara, le agradeció, y entonces bebió el elixir, y se dispuso a descansar esperando que esté le hiciera efecto.

Cuando empezó a sentir que estaba cayendo nuevamente rumbo al mar del olvido.

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Kai decidió visitar a su amiga, Saraswati aquella que le había dado ropa y las bebidas.

Esta vivía en una isla sola, era una sirena legitima, pero era parte de la familia que estaba dedicada al servicio de la Diosa Sirena.

Así que ella no se podía casar con ningún tritón, y gozar de un estatus familiar.

Saraswati vivía lejos de la isla de las sirenas, Ya que había sido entrenada para ser pitonisa desde pequeña.

Pero solo su hermana gemela había quedó como elegida.

Kai la conocía muy bien, sabía que ella estaba llena de conocimientos, de alguna manera le ayudaría para encontrarse con Minerva nuevamente.

Así que se dirigió hacia ella.

Esperando con anhelo poder reencontrarse con Minerva.

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