Minerva a despertado

Minerva abrió los ojos, miro a su alrededor, estaba en un lugar muy lujoso, acostada en una cama que parecía muy cara, se sentó y observó que traía una túnica hermosamente decorada de color blanco con hilos dorados, que parecía que fuera de oro.

Las figuras bordadas en esta túnica eran sirenas.

Se levantó y miró un espejo, levanto la túnica y vio que su herida ya casi pasaba desapercibida, pero cuando trataba de recordar como había llegado allí, le dolía la cabeza.

De repente entro una mujer y vio que Minerva se había levantado.

De inmediato salió de la habitación y gritaba: "Señora Bianca, la señorita se ha despertado"

Minerva se acercó a la puerta, ya que estaba abierta, y empezó a caminar en el pasillo descalza.

La señora Bianca ingresó en la habitación, pero Minerva ya no estaba allí.

-Dejaste la puerta abierta, mujer tonta- le dijo Bianca a la sirviente.

-Ve a buscarle no debe estar lejos -le ordeno la señora Bianca a la sirviente, con eso ella salió apresuradamente a buscarla.

Pero Minerva, ya había salido fuera del palacio, encontrando que estaba en una isla pero aún que tratara de ver a lo lejos una gran cortina de nubes impedían ver más allá.

Entonces llego hasta la playa, mientras la espuma de las olas le besaban los pies, una caracola llegó a lado de ella, así que tomo entre sus manos la caracola, de repente recordó que eso antes lo había vivido.

Minerva tenía tres días consecutivos durmiendo, en lo cual le habían estado dando los Elixires, que estos ya estaban haciéndole efecto.

-¡Señorita Minerva, no debe estar fuera de cama aún está débil! - le dijo la sirviente cuando la encontró.

Con eso la tomó del brazo, Minerva le miró, sin embargo no se resistió, pero llevaba en sus manos la caracola escondiendole de la vista de la sirvienta,ambas ingresaron nuevamente al palacio Coral, mientras caminaban por el pasillo se encontró con Bianca , está la recibió con una alegre sonrisa.

-Mi señorita Minerva, ya tendrá tiempo de caminar en la playa, por el momento debe tener hambre,le hemos preparado sus alimentos, para que recupere pronto su energía.

Sígame por favor - le dijo Bianca a Minerva.

Minerva no reconocía a nadie, pero su espíritu rebelde parecía que había desaparecido, sentía que no podía decir que no,y siguió sumisa a Bianca hasta la habitación, donde ya le habían servido alimentos.

Abrieron las cortinas que habían estado cerradas mientras dormía.

Los ventanales eran grandes.

Y vio que era un paraíso esa isla en donde se encontraba.

Se veía pequeños niños jugando con sus madres, en la playa, sin embargo, cuando ellas los sacaban del agua tenían cola de pez.

-¿Era normal eso?-se preguntaba Minerva.

Probó los alimentos, que eran mariscos bien preparados como si fueran para la realeza.

-Señorita Minerva, tiene visita, la espera su Prometido, ha venido todos los días para saber de su salud.- le aviso una de las sirvientas.

Minerva le miró extrañada, con una mirada vacía tratando de entender en qué momento tenía un Prometido.

-Señorita, hay que vestirla - le dijeron.

Minerva se levantó y como si fuera una muñeca, se dejó vestir.

Hermosamente arreglada y peinada, quedó Minerva.

Con lo cual la llevaron a la sala de estar,

donde la esperaba su Prometido.

El hombre vestido elegantemente con una túnica real, volteo a verle y dijo: "Que hermosa estás mi princesa"

Minerva le miró, pero parecía una muñeca que no mostraba ninguna emoción, la sentaron a lado de Él.

Y él no paraba de acariciarla, diciéndole al oído: " Estoy contando los días, mi madre pronto regresará de su viaje y te presentaré con ella, entonces te daré la Perla para poder desposar."

Minerva lo miro a los ojos, sin embargo no lo reconocía.

Entonces él se retiró del palacio Coral.

Minerva nuevamente fue llevada a su habitación; sin embargo no había soltado la caracola que había recogido en la playa y cuando todas las sirvientes se salieron de la habitación dejando la sola.

Entonces Minerva, abrió su mano y vio la caracola que tenía en ella.

Dentro de esta había algo.

Se veía un objeto dentro de ella.

Minerva empezó a golpear la caracola y salió de ella una la perla junto con su cadena.

Cuando la vio la perla; de repente recordó a un chico de cabellos negros con una hermosa sonrisa calida.

Minerva dejo correr por su mejilla una lágrima. Y entoces dijo:

-¿Adonde estás,Kai?-

-¿Que ha sucedido contigo?-

-¿No eras tú quien debía traerme aquí?-

-¿Quién es el que me dice que me va a desposar?

-¿Por qué me duele mi cabeza cuando trató de recordar?- Se hacia tantas preguntas Minerva.

Cuando de repente ingresó a la habitación una de las sirvientas.

-Señorita, traigo sus medicamentos, son necesarios que se los tome por qué sino su herida no sanará correctamente.-dijo la sirvienta, siguiendo las órdenes de Bianca.

Minerva se sentó y vio que de unos hermosos frascos le ponían gotas a su té.

-¿Qué es eso?- pregunto Minerva

-Son elíxires que le dejo la Pitonisa, cuando vino a verla.

Ya que vio su estado, para que se recupere pronto, y estará como nueva, en el día de sus nupcias.- le respondió la sirvienta a Minerva.

Minerva miró a la sirvienta y le preguntó: "Tu eres una sirena."

La sirvienta la miro, y le dijo: "Lo soy ahora,

mi esposo sirve en el palacio del rey del mar, tenemos tres hermosos hijos, no tema, será muy feliz con el príncipe".

Entonces le entrego la bebida, y Minerva lo bebió, de repente sintió sueño, la sirvienta viendo que Minerva empezó a sentirme débil la ayudó a recostarse en la cama.

Cuando vio que Minerva se había quedado dormida, se le acercó al oído y le dijo: "No bebas los elixires, estos hacen olvidar todo."

Pero Minerva la escucho entre sueños.

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Kai entre la neblina escondido, había visto Minerva, y le había enviado la perla.

Se alegró cuando Minerva lo tomó en sus manos a la caracola, sin embargo no pudo acercarse a ella cuando vio a la sirvienta.

Y tuvo que seguir escondido al ver al príncipe Makoa llegar al lugar.

Tendría que buscar otra manera para recuperar a su amada Minerva.

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