No aguanto está soledad

Alexie Peigue

Miro las cosas de Richard.

— Es lo unico que hemos recuperado del señor Waker — miro al hombre uniformado, el cual tuvo la molestia de venir a mi oficina — recuerde que aun estamos trabajado en los escombros.

Lo dice como si eso me diera la esperanza de consegirlo como deseo, con vida.

— ¿Saben lo que sucedio? — pregunto y me mira.

Suspira y veo como se rasca la cabeza.

— Hemos tenido mucha claboracion de parte de mucha gente, de empresas… 

— ¿Saben lo que paso? — lo interrumpo — ¿porque sucedio el derrumbe? — el me mira como disculpandose, pero no me da una respuesta.

— Lo siento, aun trabajamos en eso.

El hombre se levanta y se despide.

Aun nadie sabe nada de lo que paso, ese día habia varias audiencias, en el edificio habían muchas oficinas de empresas, el segundo y tercer piso fue él que se derrumbo, el resto callo sobre ellos. En el segundo piso era donde realizaban las audiencias, fue el que mas estuvo afectado.

Miro su billetera y su celular.

¿Donde estas Richard?

Suspiro

Mi celuar empeiza a sonar y era Hiro, otra vez, ha llamado y no le respondo, estoy furiosa con él aunque se que no es culpable, pero mas furiosa estoy conmigo por lo que deje que pasar con él. 

Trato de concentrarme en el trabajo y reanudo mis reuniones con los de proyectos, el nuevo se trataba de una carretera, debemos reconstruirla e incluir un distribuidor que tenga entrada a uno de los pueblos. Miro los planos con el arquitecto encargado, analizo el costo de los materiales, trato de meterme de lleno en todo el trabajo, pero es difícil. Cuando todos se van y me quedo sola en la sala de reuniones recordando a los hombres que me apoyaron desde el comienzo, Thomas que desde la distancia siempre estuvo tan pendiente de lo que yo dijera u opinara. Su fidelidad y su amistad hacia Richard fue única, perderlo de esta manera es muy dolorosa, despedirme de él aún no lo logro aceptar, él me acompañaba, pero ahora me siento tan sola, tan idenfensa. Miro el salón y hace faltan ellos. 

___________

— Tranquila, estaré en casa — le digo a mi amiga Melissa, que quiere que vaya a su casa a comer, me llama luego del trabajo, apenas se acaba de reincorpor al trabajo, Williams no quería, pero ya su esposa se siente que necesita ser útil.

— Eso me preocupa, tu en casa — la escucho suspirar, me pongo a mirar el camino.

La casa siempre se siente sola, pero ahora es peor.

— Estaré bien, hoy Francis y yo comeremos juntas ya que Oscar no quiere — digo para que el hombre me escuche.

Han sido una gran compañía, tanto que les ofrecí agrandar y arreglar la casa de huéspedes que Richard nunca terminó, porque no creyó que era necesario. Pero me gustaría que la pareja comparte más conmigo y yo con ellos, así nos acompañamos, ya que mi madre nisiquiera me ha llamado desde que supo que me separe, lo hizo solo para recordarme que Richard solo fue un error.

— Me llamas cuando te vayas a dormir — es lo que ahora me dice mi amiga.

— No lo haré, lo sabes — respondo mientras rio — ten una vida.

cuelgo antes que responda.

Suspiro.

— Lo siento, señora — me dice Oscar — no es que no desee acompañarlas, es que…

Lo sé, a él también le afecta lo que pasó, y se preocupa porque insisto en decirles que Richard volverá.

Aunque cada hora que pasa siento dudas de eso.

— Tranquilo Oscar — llegamos a la casa — si no quieres no lo hagas.

No dejo que me abra la puerta, salgo. 

Siempre lo primero que hago cuando entro la casa es ver el sofa, algo extraño es ver como las paredes están llenas del agua, alguien encendió las caídas de agua.

— ¿Tahnia? — llamo a la mujer y me acerco donde esta el mando que las controla, no las logro apagar.

— Digame señora — veo a la mujer

— ¿Tu las encendiste? — la mujer me mira extrañada.

— ¿Que señora? — le señalo las ventanas, ambos las vemos.

Jamás las enciendo prefiero ver el jardin cada vez que entro.

— No señora, yo no toco nada de eso porque no entiendo — camino hasta el mando y vemos los botones, yo tampoco se como usarlos, suspiro al usar un botón y quedarnos a oscuras, Thania jadea de la sorpresa, le vuelva a pulaar y se apagan ahora las del pasillo, usó otro y vuelve la luz en la sala y la mujer a mi lado suspira aliviada.

— No se usar muchas cosa eléctricas aquí, el señor… — se queda en silencio — lo sientos señora — siento como se le quiebra la voz,

— Lo sé, no importa, luego veo como se apagan, dejemola asi por hoy — me voy hasta mi cuarto y al pasar por delante de la oficina de Richard me detengo.

¿Por qué no tengo valor para entrar?

Me siento tan sola aquí, porque aunque él y yo no vivimos juntos, sabía que en cualquier momento entraría por esa puerta y seguro que discutiremos por eso.

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