Comiendo con los Smith

Robert y Suzy abrazaron al abuelo, él se coloco en cuclillas con los brazos abiertos para poder recibir a sus nietos en sus brazos.

Los niños estaban tan felices del encuentro familiar, a pesar de que el abuelo es quien se hace cargo de ellos había salido de viaje y viajo de regreso solo para el cumpleaños de Robert.

El Sr. Smith aún tiene un cuerpo atlético y juvenil, sin duda las comodidades del dinero hacen que el cuerpo envejezca a menor velocidad que el de las personas que carecen de dinero, poder y estatus.

Después de un afectuoso saludo el Sr. Smith entro en la oficina de su hijo, tomando de las pequeñas y regordetas manos de sus nietos.

Miraba con ojos inquisitivos a Emily que sostenía en sus brazos al pequeño Peter que se había quedado dormido, a su lado estaba Alexander.

Cualquiera hubiera pensado que eran pareja y Peter su pequeño hijo.

Cuando llegaron al sillón el Sr. Smith se sentó y en cada lado se sentaron sus nietos. Era como un rey con su pequeño príncipe y princesa al lado.

-¿Quién es la joven señorita, una nueva niñera?

-No, no, abuelo, ella es la novia de papá.

Emily se puso roja de vergüenza y se apresuro a corregir a Suzy,

-No pequeña, para nada, estas equivocada. . .

Emily estaba tratando de explicar cuando Alexander la interrumpió.

-¿No quieren una nueva mamá?, que les parece Emily, es bonita y tiene buen carácter.

-¿Eso es cierto, eres la novia de mi hijo?- en la cara del Sr. Smith se notaba la molestia.

-No, claro que no. . . yo soy empleada del departamento de contabilidad, tuve algunos problemas y el Sr. Smith me estaba reconfortando. No hay nada entre nosotros.

El rostro del Sr. Smith padre se relajo un poco pero el rostro de Alexander se entristeció junto con el de Suzy mientras que en en el del pequeño Robert se dibujo una mueca, casi como una sonrisa de burla.

El Sr. Smith se dio cuenta del cambio de ambiente así que se levanto del sofá

-Bien, vamos a festejar al pequeño Robert.

Suzy miro con grandes ojos a su abuelo mientras acariciaba su mano con sus pequeñas manitas, esa táctica era su especialidad cuando quería pedirle algo a su abuelo.

Tenia escasos años pero ya era una maga de la manipulación, al menos con su abuelo. Con su padre nada funcionaba, tenía el corazón tan duro que parecía tener una roca en su lugar.

-Abe, ¿la linda señodita puede id con nosotos?

El abuelo rara vez se negaba a las peticiones de la niña, así que la respuesta era obvia.

Aprovechando la oportunidad Robert continuo.

-Abuelo, papá y la señorita Emily nos van a llevar al parque de diversiones, ¿también irás con nosotros?

La mirada inquisitiva del abuelo hacia Emily regreso, pero no podía decir mucho frente a los niños. Solo dibujar una sonrisa y mover la cabeza para asentir.

-Bien, ya esta dicho todo. Vamos, se hace tarde y aún tenemos un largo día.

El primero en salir de la oficina fue Alexander, afuera de estaba la niñera con las cosas de los niños, una pequeña carriola y la maletita del pequeño Peter.

Alexander se las pidió y le dijo que tenía el resto del día libre.

La niñera estaba tan sorprendida, todo el tiempo que llevaba trabajando con la familia Smith nunca le habían dado una tarde libre así saliera el Sr. Smith con sus nietos.

Emily estaba muy sonrojada.

-S-Señor. . . yo tengo trabajo aún.

-Ya te ha dicho mi papá que te da la tarde libre - Se apresuro a decir Robert.

Al parecer es cierto esa metáfora de las Matrioshka "Un líder pare a otro líder".

Era tan mandón y autoritario como su abuelo, ya que Emily había sido tratada con máxima cautela por Alexander no le conocía el feo carácter que también tiene.

-Si Emidy, ¡vamos!, papá no esta enojado como siempe.

Alexander miro a su hija como queriendo pedirle que no dijera más de él. Robert es un niño muy inteligente y se dio cuenta de inmediato que su padre se estaba conteniendo y siendo muy amable.

Este pequeño rufián ahora tenía un haz bajo la manga y no dudaría en usarlo a su favor. Así que sería bueno tener cerca a Emily, el niño no estaba equivocado.

-Gracias, pero tengo que ir por mis cosas, mi saco y bolso.

-No te preocupes por eso, con nosotros no necesitaras nada de eso.

Alexander los guió a la azotea, un helicóptero los esperaba.

Volaron unos cuantos minutos y pronto llegaron a un restaurante campestre, en cuanto bajaron del helicóptero se acercaron a la puerta del restaurante, Emily seguía con Peter en los brazos.

En cuanto entraron los guiaron a una esplendida mesa con aperitivos.

El camarero les llevo la carta y les ofreció bebidas

Los niños querían jugar, así que el Sr. Smith no tuvo oportunidad de sentarse ni de ordenar.

Afuera había pequeños caballos listos para los niños.

Alexander llevaba las cosas del bebé, así que le pidió a Emily que lo acostará en la carriola y lo acomodo para que siguiera con su dulce sueño.

Estaban los dos solos sentados conversando de cosas sin importancia, trivialidades realmente.

El Sr. Smith miro a la pareja, se sintió muy feliz, nunca había visto a su hijo ver a una mujer como ahora miraba a Emily.

Pero tenía que tomar precauciones para que no fuera una casa fortunas o que su hijo no volviera a matar a la siguiente Sra. Smith, los niños no podrían con tantos cambios y ver mujeres casarse con su padre y morir a los meses como con su madre o la madre del pequeño Peter.

Después de unos minutos los niños y el Sr. Smith entraron a comer, el camarero les llevo los platos que pidió Alexander.

En la mesa había un ambiente muy ameno, los niños tenían buen apetito, unos minutos después de que Suzy y Robert se sentaron a comer el bebé Peter despertó y se unió a la mesa. Emily lo alimentaba, el abuelo le picaba la carne a Robert mientras que Alexander atendía a Suzy.

Llego el momento del pastel, la familia junto con los camareros cantaron "Happy Birthday".

Después todos se levantaron de la mesa, subieron nuevamente al helicóptero, pero ya era tarde para ir al parque de diversiones.

El piloto pregunto al Sr. Smith a donde sería el siguiente viaje.

-A las oficinas- Dijo el Sr. Smith padre.

- A casa- Dijo Alexander.

El piloto no sabía a quien hacer caso pero no se atrevía a preguntar de nuevo.

Alexander se apresuro a hablar antes que su padre - Vamos a casa.

-Señor, yo tengo que regresar a la oficina por mis cosas, por la llave de mi casa y mi auto.

-No te preocupes, en casa pediré que te den lo que necesitas para pasar la noche... Le prometimos a Robert llevarlo al parque de diversiones.

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