La cena esperada llegó, yo estuve en casa de mis padres, traje todo el atuendo que usaría, quería lucir fresca y elegante.
Sentirme cómoda en todo momento es esencial para mí y por supuesto no está demás agradarle a mi novio.
Mi madre estaba muy emocionada e ilusionada, preparó nuestros platos favoritos, mi padre se encarga de que la mesa estuviesen las sillas completas y mi hermano se distraía con Angello.
El timbre de la casa sonó y supuse que sería Fernando quien había llegado, mis emociones estaban a flor de piel. Al verlo tan atractivo, tan guapo, mis ojos no podían dejar de verlo, en mi cara se reflejaba una sonrisa ensimismada y ver esa maravillosa sonrisa que me devolvió, fue derretirme lentamente, estaba loca por este hombre.
-Buenas noches, preciosa dama.-
Me habla con voz tan sexi a la vez que me sostiene para abrazarme y colocar sus labios besando suavemente.
No pude contenerme y devolví ese beso convirtiéndolo en algo más apasionado, que estaba sintiendo fuego en todo mi cuerpo.
Nos vemos interrumpidos por el carraspeo de mi padre, quien llego a la sala al escuchar el timbre, inmediatamente volteo, estaba ruborizada y avergonzada que mi padre viera esa escena, tomo aire y hago las presentaciones:
-Papá te presento a Fernando Márquez, mi novio.-
- Un gusto en conocerlo Señor Villanueva.- Fernando dice mientras le extiende su mano.
- Pasemos a la mesa, ya tu madre tiene todo listo.- Mi padre rechazó el saludo y solo nos pidió avanzar, me sentí avergonzada por su actitud.
Miré a Fernando con cara de disculpa y apenada para que entendiera, le indique el camino hacia el comedor, el me devuelve una suave sonrisa y susurrando que todo estaba bien.
Mi padre quedó detrás de nosotros, por lo que retrocedí un poco para acercarme a él y le digo:
- Papá, no seas tan duro con él por favor, estoy intentando darme una oportunidad.- Le miro con cara de niña, parpadeando y haciendo puchero.
- Lo sé mi pequeña, pero quiero mostrarle que no estás sola, que tienes una familia que siempre va a cuidarte.- Deja un beso sobre mi coronilla.
- Gracias papá, pero es mejor que se lo expreses con tus palabras y no con tu cara que asusta a cualquiera.- le digo de manera divertida.
Ambos reímos porque sabemos que es un amor de padre, no puedo esperar menos de un hombre cuando el ejemplo de mi padre es demostrar el amor, cariño a través del respeto y la comprensión.
Pasamos al comedor, Angello y mi madre ya estaban alrededor de Fernando, mientras que Samuel veía todo desde una distancia prudente, haciendo de su cara un verdadero show, quería parecer molesto, pero era lo contrario, solo pude reírme y este se da cuenta cambiando su expresión a un poco más relajada, justo en ese momento suena nuevamente el timbre y por supuesto no podía faltar Laura, quien entra con una sonrisa de oreja a oreja, esta hace los saludos correspondientes y toma asiento.
- Listo chicos, parece que estamos todos, tomen asiento para cenar.- Dice mi madre dando una palmada para tener la atención de todos.
Obedientemente cada uno tomo asiento, cargué a Angello para sentarlo a mi lado derecho, a mi lado izquierdo tomó asiento Fernando, en una esquina mi padre a la cabecera, mi madre a su costado, frente a mi estaba Laura y mi hermano estaba indeciso si sentarme en el extremo de la mesa o al costado de Laura, ya que quedaban dos asientos disponibles en la mesa para 8 personas. La tortura para Fernando recién estaba comenzando, mi hermano le lanza miradas de odio.
- Buena familia, nuestra pequeña Gabriela ha traído a su pretendiente para que lo conozcamos.- inicia mi padre y a la vez señala a Fernando.
- Ya no tan pequeña papá .- Le respondo haciendo un guiño.
- Buelito mi mami es más gande que yo.- Angello dice muy inocente, haciéndonos reír a todos y permitiendo que el ambiente se relajara un poco.
- Queremos escuchar a Fernando. ¿Qué tienes para decirnos?.- Le interroga Samuel muy serio, aunque su mirada baja un poco mirando a Laura.
- Hola a todos, es un gran honor poder conocer a la familia de mi preciosa Gaby, ella habla maravillas de ustedes y puedo sentir que realmente se preocupan por ella.- Habla Fernando derrochando carisma, su voz firme y amable.
- Cariño bienvenido, espero que pronto formes parte de nuestra familia - Habla mi madre con su trato tan dulce como siempre, aunque mi padre hace un carraspeo incómodo y prosigue con el interrogatorio:
- Cuéntanos muchacho ¿A qué te dedicas? .- Lo mira directamente
Al parecer mi hermano y mi padre se habían puesto de acuerdo en hacer las preguntas, ya que apenas dejaban hablar al pobre Fernando que siempre se mantuvo sereno y cuando por fin logró hablar, respondió de manera segura.
- Entiendo su preocupación y quiero que sepan que lo más importante para mí es ver a Gabriela feliz, me he enamorado de esta bella mujer, admiro su inteligencia y la valentía que siempre demuestra. Espero estar a la altura del hombre que ella merece.- sus palabras me hace sentir emociones y querer besar en ese momento.
- Más te vale no lastimarla, la mínima lágrima que vea brotar de los ojos de mi hermana date por muerto.- Mira de forma amenazadora y al fondo se escucha la aprobación de mi padre a esas palabras.
- Espero no hacerlo y si llega a derramar lágrimas estas serán de felicidad.- Toma mi mano y da un suave beso en el dorso de esta mirándome fijamente, estaba perdida en esos bellos ojos.
- Bueno, bueno creo que debemos terminar de cenar, ya está casi todo frío.- habla mi madre.
Durante todo ese momento aunque la atención era hacia Fernando, quien mi padre seguía interrogando y mi madre intentaba suavizar las palabras, pude ver que mi hermano y Laura quien estuvo callada a pesar de ser tan conversadora, se daban unas miradas que lanzaban chispas. Estos dos se traen algo muy calladitos.
La cena terminó de maravilla, luego pasamos a la sala, todos relajados tomando una copa de vino, la conversación ya estaba tranquila, mi padre reía con las ocurrencias de Angello, quien en todo momento se mostró muy amigable con Fernando, lo invitó a jugar y ambos se divertían, algo que me hizo estar tranquila.
Entre tantos temas de conversación incluí hablar sobre la fiesta de Angello, ya que faltaba solo una semana, invitamos a la familia de Fernando para que también pudiésemos conocerla, mi madre estaba muy encantada y por supuesto mi padre dispuesto, ya que quería conocer mucho más de Fernando.
En un pequeño bostezo que di recordé que Angello debía ir a clases al día siguiente, realmente todos teníamos actividades, pero por la insistencia de mamá no quiso esperar al fin de semana.
Mi pequeño cansado quedo dormido en los brazos de Fernando, la imagen era tan tierna, le hice señas para que este pasara a mis brazos para llevarlo a la cama.
- Yo lo llevo, tranquila.- Me dice suavemente Fernando, le hago señas para que me siga y muestro la habitación donde dormirá, esta noche me quedaré acá en casa de mis padres en mi antigua habitación y temprano llevarlo al colegio antes de ir a trabajar.
Fernando deja a Angello sobre la cama lo hace muy pacientemente y con calma para no despertarlo, yo estaba maravillada de ver a este hombre que cada día me sorprende con estos pequeños detalles.
- Gracias amor.- Le digo cerrando la puerta de la habitación, ambos quedamos en el pasillo.
- Es un niño encantador .- dice Fernando mientras toma mis mejillas con ambas manos y acortar nuestra distancia.
- Haces un gran trabajo como mamá, admiró cada una de tus cualidades y habilidades como mujer y profesional.- Eso lo dijo tan cerca a mis labios, era apenas audible, mis hormonas estaban alocadas. ¡Era imposible que esas simples palabras me desarmaran!
Podía sentir su aroma y su cálido toque. Cerré mis ojos y simplemente la magia se hizo presente con tan solo un beso de esos labios carnosos e irresistibles. Tuve que controlarme recordando donde estábamos, mi familia estaba a unos metros de distancia esperando por nosotros.
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