Las Secuelas del Sueño.

La mañana avanzaba lentamente, y Rig continuaba arrastrando una sensación de cansancio y desolación mientras se dirigía a la escuela. Cada paso que daba parecía un esfuerzo titánico, y la sombra de sus pesadillas nocturnas seguía oscureciendo cada momento de su día. La sensación de que no podía escapar de la angustia era constante, y el mundo exterior parecía no ofrecer ningún tipo de alivio.

Cuando finalmente llegó a la escuela, Rig se encontró con el bullicio de estudiantes y el ruido de las conversaciones, pero todo le parecía distante y ajeno. Sus compañeros de clase estaban inmersos en sus propias rutinas, ajenos al tormento interno que Rig enfrentaba. La desconexión que sentía lo hacía parecer como un observador externo, incapaz de participar realmente en la vida que continuaba a su alrededor.

Rig se dirigió a su casillero con la cabeza baja, intentando evitar el contacto visual con otros estudiantes. Cada interacción, por trivial que fuera, le parecía agotadora y desalentadora. La preocupación de ser juzgado o incomprendido lo mantenía en un estado de constante ansiedad. El miedo y la preocupación por sus pesadillas nocturnas se entrelazaban con su vida diaria, creando una sensación de opresión que no podía sacudirse.

En clase, Rig intentó concentrarse en las lecciones, pero la falta de sueño y el estrés acumulado hacían que su mente se deslizara hacia pensamientos oscuros. Las imágenes de sus pesadillas se mezclaban con el contenido de las lecciones, creando una confusión inquietante. Los profesores y compañeros de clase parecían hablar en un lenguaje distante y desconectado, y Rig se esforzaba por seguir el ritmo sin dejar que su ansiedad lo abrumara.

Durante el almuerzo, Rig se sentó solo en una esquina del comedor, su bandeja de comida apenas tocada. La conversación y el bullicio a su alrededor parecían ser parte de un mundo separado del suyo, un mundo en el que no podía participar completamente. La comida se sentía insípida y sin vida, y la sensación de vacío en su estómago parecía reflejar el vacío en su mente.

Rig observaba a sus compañeros de clase, notando cómo se relacionaban y compartían risas y conversaciones, pero sentía que estaba en una burbuja de aislamiento. La sensación de estar atrapado en su propia pesadilla lo mantenía distante y apartado. Cada intento de involucrarse o conectarse con los demás se sentía como un esfuerzo en vano, y la tristeza y la desesperanza persistían.

La jornada escolar parecía interminable para Rig. Cada clase, cada intervalo, era una lucha por mantenerse enfocado y no dejarse arrastrar por la oscuridad que lo envolvía. La sensación de agotamiento y desesperación continuaba creciendo, y el miedo de que sus pesadillas se filtraran en su vida diaria seguía presente. Rig sabía que necesitaba encontrar una forma de enfrentar sus miedos, pero la tarea parecía cada vez más abrumadora.

Al final del día escolar, Rig se dirigió a casa con una sensación de alivio mezclada con agotamiento. El mundo exterior seguía siendo un lugar desolador, y la esperanza de encontrar alivio parecía distante. La sensación de estar atrapado en una pesadilla interminable continuaba, y Rig se preparaba para enfrentarse a otra noche de incertidumbre y lucha interna.

Mientras caminaba hacia su casa, Rig se dio cuenta de que debía encontrar una forma de enfrentar sus pesadillas y superar la angustia que lo atormentaba. La batalla contra sus miedos no hacía más que comenzar, y Rig sabía que cada día era una oportunidad para buscar la paz que tanto anhelaba. La lucha por encontrar sentido y alivio en medio de su tormento continuaba, y Rig se preparaba para enfrentar otro desafío en su interminable camino hacia la recuperación.