Capitulo 7- 8

CAPÍTULO 7: ALEXIS

Soy Alexis tengo 22 años, desde pequeño sufrí dolores de huesos, pero con el tiempo aprendí a convivir con ellos. Es una maldita maldición con la que cargue toda mi vida. Me volví frío, inexpresivo, calculador. Todos me temen, no solo por mi posición, sino también porque no tengo compasión a la hora de deshacerme o sacar a quien quiera enfrentarnos, ya sea en relación con los negocios o personal. En nuestra familia hay un secreto, un enorme secreto. Mi padre en su búsqueda para curarme de esta enfermedad, acudió a diferentes métodos, hasta el punto en que me inyectaron una medicina que aún no estaba aprobada, era experimental, lo único que logro fue que adquiriera un aspecto totalmente diferente, se volvió mi cabello blanco y mis ojos cambiaron su tonalidad, me volví una persona con un temperamento pesado, una bestia imparable, con fuerza letal. Trato de controlarme, pero cuando el deseo me supera desaparezco, para desahogar esas ganas de romper y destruir participo de peleas clandestinas. A causa de ello el dolor vuelve a surgir y debo inyectarme nuevamente ese suero que me convierte y así se repite el círculo vicioso. Con el tiempo supe dominar ese cosquilleo que me surge, pero soy como dinamita cualquier pequeño chispazo me hace estallar. Pero el dolor de huesos, por alguna razón no me lo quitaba, ya me había resignado al respecto. Hasta que mi padre me anuncio que había una posibilidad, que había escuchado sobre una muchacha con habilidades únicas, no quise creer, y debido a la insistencia de mi padre a que no perdía nada con probar, si era cierto debíamos tenerla con nosotros, sacarla de ese lugar, porque es horrible que consideren a una persona así de especial, como alguien fuera de su juicio. Por lo que acorde con mi padre ir yo mismo a comprobar, no quería que lo engañen. Y él insistió en acompañarme, para asegurarse de que cumpla con lo acordado y de paso sacarse sus propias dudas, porque aunque no lo diga, él se guardaba algo de escepticismo. Fui a ese sitio, la verdad estaba escéptico al respecto, al ver quien era me sorprendió, una joven de unos ojos bellos, con una mirada evaluativa, no mostró emoción alguna al verme, ninguna clase de emoción. Las personas al verme sienten miedo, algunas chicas suspiran, me admiran, pero esta muchacha, nada mostró en su expresión, se la veía relajada, como resignada, como suelo verme en el espejo, en ella me vi reflejado de algún modo. Por lo que no me resigne, ni negué cuando se aproximó, me consulto donde sentía dolor, le respondí que debía saberlo y sin pelos en la lengua me respondió que no era adivinadora. Nadie antes se atrevió a contestarme así de frente. Por lo que le dije el hombro, solo para probarla, apoyo su mano derecha y con un tono impaciente me susurro que si quiero que me alivie debo decirle la verdad y con la mirada le marco la pierna derecha, siento que apoya su mano en mi cuarto y presiona sin miedo, ni vergüenza. Me provoco incomodidad, pero mi mirada no la inhibe, procede con su presión. Y a través del pantalón puedo sentir el calor que irradia de su mano, y una energía que me recorre cada centímetro del cuerpo, y veo que cae de rodillas quejándose del dolor y retira su mano. Me dice que sintió el dolor como una apuñalada en el cuarto, es increíble, eso me sorprendió porque fue exactamente lo que me dieron en la pelea a la que participe. Y me recalca que para lo demás, según entiendo es por el dolor de huesos que padezco, debe descansar. Y me advierte que deje de beber tanto que de la cirrosis no podrá salvarme y si seguía solo tres meses me quedaban. Eso me dio gracias, por lo que pensé en cumplir con lo prometido, llevándola con nosotros y quien dice, en una de esas no será necesario dejar el whisky, que era lo que más me gustaba. Cuando me incorpore, ya no sentí la molestia de la pierna, pude hacerlo con normalidad. No sé porque, pero me agrado la forma de ser de esta muchacha, directa, desafiante, como si no le importara nada lo que uno opine de ella. Le dije que me acompañe, la prueba la paso, al menos la primera parte, faltaba comprobar si podía ver a los muertos. Pero no fue necesario ir muy lejos, vio al espíritu de uno de mis guardias de seguridad, que hace días atrás, en un enfrentamiento, lo mataron de un disparo. Si no es por los que quieren robar, secuestrar, también nuestra competencia nos envían sus mensajes para que desistamos de ciertos negocios, que al final salimos ganándoles. Nuestra familia a sido muy afortunada en cada generación en mantener los negocios familiares. Y siempre tuvieron que enfrentar todo tipo de desafíos. Esta vez son muy pesados los de la competencia, pero para ello estamos preparados.

En casa para la cena, fue todo un show, con lo que les dijo a mi tía y mi prima. Ja, ja, ja, ni se los esperaban. Con sus comentarios sarcásticos, como es de esperarse de ellas, la quisieron hacer quedar de menos, pero ella le dio el revés y les gano en el saque, para nada aburrida fue esa comida. Y en el despacho de mi padre, revelo quien le dio el nombre de la que era mi madre, fue mi hermano menor Dan. Por lo que mi padre quedo satisfecho, ese era su deseo, poder saber si Dan andaba por ahí, y que todo lo que le pasaba, no era por la edad o porque perdía la razón, sino porque Dan buscaba la manera de comunicarse con él.

Para mi fue un dia largo, como nunca no tenia ganas de salir, por lo que decidi ir a descanzar, estando en mi cuarto aún pensaba una y otra vez en todo lo sucesido, como podia ser posible, hasta que vi algo extraño que salia de la piesa que me conectaba a la de Darla. Al abrir la puerta siento un aire frio, ¿puso el aire acondicionado con todo?, me pregunto y veo como ella se encamina a la ventana, esta abrigada, por lo que imagino que se habra descompuesto el aparato. Al aproximarme noto que esta dormida, ¿Sera sonambula?, y le tomo la mano, la senti helada. Sin pensar dos veces la lleve a mi cuarto, asi dormiria mejor. La acomode y abrigue, no se porque, jamas me tome molestias por nadie, pero por ella lo hago.

Termine de hacer unos trabajos y a media noche escuche un ruido, proveniente de la habitación de Darla. Al mirar por las cámaras de seguridad, veo que es mi prima, de seguro tramando algo en su contra, y dicho y hecho veo que le pone algo al vaso de agua, por lo que no me aguanto y la confronto. Flor de susto se pegó, en medio de nuestra particular charla apareció mi padre y fingió que se perdió la muy caradura. Me pregunto lo que realmente paso y se lo dije, no veía razón para no decirle, y fue a confrontarla para aclararle como serian las cosas. Regrese a mi cuarto a evaluar donde descansaría, pero me fijo y ya no está Darla. Miro el baño, su cuarto y nada, pero como era posible, donde se metió. Llamo a los de seguridad si la vieron salir, pero nadie salió según ellos, por lo que les pido que me ayuden a localizarla dentro de la casa y a los alrededores. Por mi parte me fijo en mi cuarto, si hay alguna posibilidad de que salga, y compruebo la salida al galpón, está abierta, salgo y me fijo no está ahí. "Maldición", pienso, no se puede desvanecer.

CAPÍTULO 8: REVELACIONES

En eso, recibo el llamado de unos de los de seguridad:

📱 La señorita se encuentra en el salon de ejercicios. Me asegura.

📱 ¿Pero qué hace?. Le pregunto.

📱Debe venir a verlo... No sé cómo explicarlo. Me responde. Por lo que corto y me encamino.

¿Cómo habrá llegado ahí?, No la vi cruzar la puerta y queda alejado en la planta baja, pensaba mientras me encaminaba.

Al llegar la veo que se encuentra haciendo acrobacias en el aire, sujetandose por unas telas. Con razon no me supo explicar el de seguridad, ni yo entiendo que hace.

-DARLA... ¿QUÉ HACES?. Le pregunta Alexis. Ella como despabilándose al verlo, le responde.

-Me estiro un poco... No podía dormir. Le responde.

- ¿CÓMO LLEGASTE HASTA AQUÍ?. Le pregunto aún desconcertado de como llego hasta ahí.

-Dan, me enseño un atajo. Le contesto haciendo sus giros en el aire.

- BAJA DE AHÍ Y MUÉSTRAME. Le dijo Alexis con impaciencia, creyendo que le tomaba el pelo. Ella suspiró profundo y bajo de la tela mirándolo seria, con un gesto le indico que la siguiera. Lo llevo hacia una pared y al ver un cuadro le dijo.

-¿QUÉ VAMOS A HACER?... CONTEMPLAR LA PINTURA. Exclamo esceptico Alexis.

-Solo observa y deja de ser tan pesado. Le respondió Darla. Toco una parte del cuadro y se abrió una puerta.- Me sigues o ¿te da miedo?. Le pregunto.

- No me da miedo... No sábia que estaba esto aqui. Le respondió Alexis. Que le resultaba extraño esa puerta secreta, como podía existir y él jamás se enteró.

- Segun Dan... Su abuelo le habia enseñado este lugar...Era su forma de esconderce y poder jugar tranquilo. Le respondio Darla.

- ¿Cómo es que puedas tener ese contacto con los espíritus?. Le pregunto Alexis.

- No te sabría decir... Solo sé que desde pequeña... Podía sentirlos, al principio... Y cuando fui más grande... Los podía ver... Que te digo... Tenía esa forma particular de poder contactarme con ellos. Le respondio Darla guiandolo por un pasillo estrecho que estaba iluminado con una luz tenue.

-¿Cómo fuiste a parar al psiquiátrico? Le interrogo Alexis siguiéndola.

- Mis padres me llevaron ahí... Me creyeron desquiciada por decir que veía espíritus y podía hablar con ellos. Le contesto Darla y freno en una pared donde toco una parte que estaba un poco salida. - Aquí es la habitación le indico y entraron a la pieza de Darla.

- ¿Sabes algo de ellos?. Le consulto Alexis, sintiendo curiosidad por saber más de ella, que le respondía como si nada.

- Nunca más supe nada de ellos... ¿Y como estas de tu pierna?. Le pregunto Darla que se sentía incómoda con el interrogatorio, le recordaba las sesiones que tenía con la doctora.

- La verdad... No sentí ninguna molestia... ¿ Qué sientes cuando curas?. Alexis insistía con sus preguntas. Darla suspiro profundo y después de una pausa le respondió.

- Es como una electricidad que me recorre todo el cuerpo... Hasta que siento el dolor en el área donde le duele a la persona... Para no sufrir por mucho tiempo... Lo expulso de mi cuerpo... Es agotador... Por lo que no hago dos sesiones el mismo día. Contesto Darla.

- Darla... Es cierto... ¿Qué puedes predecir cuando alguien va a morir?. Le dijo Alexis.

-¿Quieres saber?... Dame tu mano. Le indico Darla, y extendió su mano izquierda. Alexis con algo de duda le paso la mano. Ella lo miro fijo un momento y sintió un escalofrío que le recorrió el cuerpo. - Es algo extraño... No aparece nada... Así que no debes preocuparte. Le contesto.

- Tu expresión, en la mirada, me dice otra cosa... Dime que viste... Porque no me lo dices. Le insistió serio.

- Ok... A vos no te pasa nada... Pero en la pelea que tuviste... Tu contrincante no se llevó la mejor parte... Tu técnica no es buena... Te falta flexibilidad. Le respondió al final.

- Espera... Me estás diciendo... Que pudiste ver... Una pelea que tuve... Con solo tocarme la mano, con tu mano izquierda... Creí que veías la muerte de uno. Le dijo Alexis.

- Pues... Como te explico... En lo que te comente... Hay un muerto... Que lo vi... Porque te relaciona... Con los que tengo cercanía... Puedo ver eso... Y predecir una muerte... Entiendes... No quiere decir que seas tú precisamente... Por eso te dije que no te pasaba a vos. Trato de explicarlo Darla.- Ya es difícil para mí manejar lo que sé... Como para que lo entiendas... Si preguntas... Obtienes una respuesta.

- Bien... Pues... Te dejo descansar. Le respondió Alexis pasándose la mano por la cabeza.

Darla se sento en la cama suspirando, habia algo extraño en él, al tocarlo con la mano izquierda, por lo general ella podia ver cuando moriria la persona, pero con el no fue asi, al contrario vio una escena donde el peleaba con otro de una manera incontrolable y que el contricante despues fallecia. Dejo de lado esa imagen y decidio descanzar, no era su problema, asi que no debia llenarce con aflixiones ajenas.

Alexis por su parte quedo con una duda, ¿por qué diría que le faltaba flexibilidad?, y hasta que no se la quitara no quedaría tranquilo. Se había puesto una remera y un jogging para dormir, dio vueltas en su cama, las palabras de Darla lo aturdían. Por lo que se dirigió a la habitación de ella.

-DARLA... La llamo observándola que dormía.

- Siii. Respondió fastidiada, y al abrir los ojos se encontró con Alexis.- Creí que era un fantasma, le dijo con una mueca.

-¿Qué quisiste decir con que me faltaba flexibilidad? Le pregunto de una.

-¿De qué hablas?... ¿Podés preguntar dentro de ocho horas?... Quiero descansar. Le dijo Darla.

- De lo que me dijiste hace un momento... De que cuando peleo me falta flexibilidad... ¿Sabes pelear?...¿ Practicas algo de lucha?. Le insistia y Darla dormitaba.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***