CAPITULO 08

En la habitación de los emperadores, Loretta daba vueltas, tenía un pequeño camisón y su cabello suelto, sabía lo que pasaría esa noche, pero tenía muchos nervios, solo quería cumplir como esposa y no defraudar a su padre.

Sus maestras le hablaron de lo que pasaba en la habitación de una pareja casada, pero no dejaba de tener miedo, todas las mujeres que entraban a la habitación de su padre salían casi muertas, aunque ella podía sanar sus propias heridas no quería ser torturada por su ahora esposo.

Zeus después de tomarse una copa más se encamino a la que sería su nueva habitación, ahora que fue coronado ocuparía las habitaciones de sus padres.

Cuando entro, sus ojos se agrandaron al ver a su esposa en acostada en la cama completamente desnuda, Loretta pensó que entre más rápido menos sufriría y optó por esperar desnuda, así le ahorraría tiempo.

Zeus por su parte pensó que ella intentaba seducirlo y no era tan inocente como pensó, pero ya que ella estaba dispuesta no perdería la oportunidad, se sirvió una copa y camino por la habitación con toda la calma posible, aumentando los nervios de la mujer que lo miraba atentamente y que hasta ese momento mostró un rostro inexpresivo para ocultar sus nervios.

Después de tomar su copa, se se quitó las botas y parte de su vestimenta quedando solo con su ropa interior, Loretta impaciente quería decir algo, pero no era capaz, era capaz de enfrentar cualquier peligro, pero ese hombre con solo una mirada la ponía nerviosa.

El ambiente en la habitación era tenso, ninguno decía nada, solo se miraban intensamente, Zeus no aguanto por mucho y le pregunto directamente, pues él pensaba que ella al esperarlo de esa forma era experta en esos menesteres.

- Que sabes hacer y qué es lo que más te gusta que te hagan.

- De que está hablando, soy buena en pelea y me gusta mucho practicar con mis sombras.

- No hablo de eso, te pregunto qué te gusta hacer en la cama, quieres que te ate o que sea rudo.

- Ni lo uno ni lo otro, me ofenden sus palabras alteza, mi pureza esta intacta y no tengo conocimientos en estas cosas solo lo básico que me enseñaron mis tutoras, pero eso no quiere decir que sea una tonta, no me trate como una, le pido respeto.

- Lo pensé por la forma en la que me espero, por lo general es el hombre quien se encarga de desvestir a su esposa.

- Solo pensé en ahorrarle tiempo y así salíamos más rápido de esto, sé que afuera de la habitación están los ministros que certifican que se dio la unión de las almas.

- Así es, los vi al entrar aquí, pero no se preocupe aclarado el malentendido le prometo que seré cuidadoso, igual le dolerá, pero tratare que sea placentero para ambos.

- Le agradezco, solo quiero cumplir con mis obligaciones.

Después de la conversación corta que tuvieron la habitación volvió a tornarse silenciosa, Zeus termino una copa más y suspiro antes de subir a la cama, la habitación tenía buena iluminación y eso le permitió detallar cada centímetro de su cuerpo, aunque era pequeño tenía una linda figura con pechos bien formados.

Toco sus piernas con curiosidad y se deleitó al sentir la suavidad, el roce de sus dedos la hacían estremecer y por minutos cerraba los ojos, era la primera vez que sentía esas sensaciones al ser tocada y no parecían desagradables, el por su parte decido tomarse su tiempo ya que esa sería una noche oscura muy largar para ellos y pensaba disfrutarla hasta el último momento.