capítulo 14, COMANDANCIA

—¡Adelante! Grito desde adentro, sé que es Nana, es la única que tiene autorización para venir a mi habitación.

— Buenos días, Señora como amaneció, waooooo!!!!! Pero ya veo que está muy bien, esta muy hermosa señora.

— Gracias nana, bueno aún falta la ropa, pero nada me queda, perdí tanto peso que todo se me cae, no sé que hacer, agarrando los trajes y viéndolos uno a uno para ver por cuál me decido.

— Ah no hay problema, dígame cuál le gusta y lo arreglamos ahorita mismo. La nana se veía emocionada y yo sonreía porque ella me quería ayudar.

— Quiero este, pero¿tú eres costurera? Pregunto por qué no quiero que dañen mi ropa, porque algo que cuido y amo es la ropa y zapatos.

—¡Yo no! no se como es una aguja, pero linda si coce muy bonito y arregla ropa, pásamelo ya vengo.

— Ok, nana aquí espero— la nana se fue y yo solo suspiro y me quedo esperando a que ella regrese y pienso que, Dyron tenía razón, yo aquí encerrada sufriendo yo sola creyendo que los demás no sufren, o que mi dolor es más grande que el de los demás, si soy una desconsiderada y egoísta que ha descuidado la empresa que con tanto esfuerzo levantó mi padre y mi madre y cuando ellos no estuvieron mi abuelo se esforzó al máximo, la verdad yo no puedo dejar que mi empresa se vaya en picada.

— Listo mi niña a ver pruébeselo. dice la nana entrando con rapidez, ella parece una avispita, que se mueve rápido por todos lados, tomo el traje y me lo coloco, quedo sorprendida con el resultado, me queda muy lindo busco mis tacones y ya estoy lista, llamo a Yaili y la pongo alerta, le pido que llame a mi chófer, el es un amor y un señor muy responsable que ha trabajado toda su vida con la familia Greco.

— ¡¡Señora!!La razón que tenían cuando decían que usted es un bombón, es muy, muy hermosa.

— ja, ja, ja nana¿quién dice que soy bombón? Le pregunto con Intriga.

— Ah bueno le voy a decir, pero no vaya a decir nada, el abogado del Señor siempre que habla de usted le dice "la bombón Greco", no vaya a decir nada, por que sino, no le cuento más, jajaja.

— jajaja, ay nana, ni sé quien es ese y como se atreve a decirme así.

—Bueno señora, ¿qué quiere para desayunar?. le mando preparar eso ahorita.

— No nana, yo comeré en la empresa, Yaili se encargará de todo eso, tu tranquila, solo manda a arreglar mis otros trajes con Linda, y le pides el valor de su trabajo para decirle a Yaili que le haga el pago correspondiente— agarrando mis cosas para salir de la habitación y nana me detiene.

— Señora solo quiero decirle una cosa más. Apretando sus manos junto con las mías— Estoy muy feliz de que por fin haya salido de esa cama, sé que mi hijo estuvo muy mal ayer, pero él es un buen hombre, solo está preocupado por la empresa.

— Tranquila nana, él tiene razón de estar tan preocupado y molesto, así que por eso yo tomé la decisión de salir hoy y empezar de cero para rescatar mi empresa y poder pagar su dinero, lo que paso anoche, esa discusión me hizo volver a la realidad—sé que ella lo quiere justificar porque es leal a su jefe, pero bueno yo también fui grosera.

Salgo de la habitación junto con Tere, la verdad me siento muy hermosa y con muchas ganas de trabajar, cuando comenzamos a bajar las escaleras veo a lo lejos dos hombres pero lo que se llama hombres, bien vestidos bueno para mi gusto, guapos, altos, buen porte, la sala estaba impregnada del olor de sus perfumes amaderados y sus voces gruesas hacían eco al hablar, era Dyron y el otro no se quien es.

Yo sigo como si nada y al pasar a su lado solo digo buenos días, por que ante los ojos de Dyron soy grosera, pero el otro no se quien es y no quiero dar mala impresión, así que camino con mi cabeza en alto, y llego a la entrada donde ya esta Yaili esperando y hablando con el jefe de seguridad por que no quieren dejar pasar a mi chófer, Dyron se acerca y el hombre le explica que esta mi chófer afuera y que ellos no lo dejan entrar.

En todo momento Dyron no dejó de mirarme, muy serio y sombrío diría yo, así que yo también lo miraba de la misma manera, no me voy a intimidar por él ni por nadie, me diseñaron para soportar indiferencia, orgullo y arrogancia de otros eso no me afecta en lo absoluto y él simplemente dijo.

— Déjalo pasar— con una mano en el bolsillo y la otra sujetando su café— volteando a ver a Yaili le dijo— aquí tenemos un chófer asignado para la señora, por hoy dejaremos que vaya con su antiguo chofer, pero mañana comenzará a ir con Julián y eso no se discute.

 Se giró para encontrarse con su compañero. Yo escuché todo, a este estúpido que le pasa yo quiero a mi chófer, ahora me asignan al tal Julián que le pasa, me muero por decirle sus cosas pero me muerdo la lengua, para no seguir con discusiones además no quiero que nada me quite la alegría con la que me levante, cuando veo al frente esta estacionado mi auto y mi chófer se baja yo salgo corriendo y lo abrazo tan fuerte que casi lo parto en dos.

— Mi señorita bella, cuánta falta nos ha hecho a todos— decía Manuel un viejito dulce y cariñoso.

El es muy profesional y al que amo como si fuera un abuelo más, además su esposa es mi amiga también, sus hijos son mis amigos, los adoro a todos.

—También los extrañé mucho, Manuel, tú ¿cómo estás? Y la viejita ¿cómo está?— pregunto emocionada.

—Estoy bien y mi esposa, también, no ha dejado de preguntar por ti.

— Vamos ya es tarde, señorita Greco suba a su auto—Yaili abriendo la puerta y Manuel caminando muy rápido para poner el auto en marcha.

— Buenos días, querida jefa, al llegar a la oficina tendrás un delicioso desayuno y un cerro de carpetas, hice lo mejor que pude, a las 9:00 horas llegan los inversionistas del extranjero para certificar la oferta que ofrecieron hace uno dos meses, a las 10:00 horas hay reunión con los socios, debes aclarar todo lo referente a la empresa, eso se puede extender hasta el medio día, hice reservación en el restaurante que te gusta, pero si no quieres salir, pido a domicilio, la tarde está libre de reuniones, pero no de llamadas aquí está la lista y ya te la pase a tu teléfono, de todas las personas que debes llamar, ah y te tengo una cremita y algunas píldoras para el dolor por si acaso.

 La verdad es que una asistente como esta no voy a conseguir, así que solo sonrío, ya me siento en un día normal de mi vida, muy movido.

— Buenos días Yaili, gracias por todo, pero me puedes dar un abrazo antes de comenzar mi dia— lo pido por que de verdad lo necesito y ella prácticamente es lo único que me queda, ella me mira y sus ojos asoman algunas lágrimas y me abraza.

— Perdón por mi ausencia, te extrañé mucho.

— Nada que perdonar amiga mía, yo también te extrañé mucho— Yaili limpiaba sus lágrimas y sonreía.

— Hay algo que quiero hacer antes de llegar a la empresa— mirando mi reloj— aún hay tiempo.

— ¿A dónde quieres ir?—pregunta Yaili intrigada

— La comandancia policíal, quiero saber como va el caso de mi hermana, quiero ponerme al día con todo.

—Copiado jefa para allá vamos. le dijimos a Manuel y nos fuimos a la comisaría./

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