CAPITULO 10

...*Neil*...

Me siento adolorido después de haberme enfrentado a Amelia, en un principio creí que no sabía utilizar el arma, pero cuando empezó el enfrentamiento me di cuenta de que en realidad es muy buena y tengo que admitir que verla con en su forma de guerrera inalcanzable solo hizo que me enamorara más de ella, hoy tenemos que viajar junto a nuestros amigos en el carruaje que llevábamos y mis padres irán en otro carruaje aparte al que será nuestro castillo después del matrimonio.

No puedo negar que estoy muy emocionado por mi boda que aunque al principio no era lo que quería ahora es con todo lo que sueño al igual que el ser rey, pero como siempre no todo es felicidad y tengo miedo de lo que está por venir, sé que no será fácil enfrentamos al mal que se avecina y confío en que estaremos unidos y acabaremos con esta amenaza.

El viaje es más corto que los que hicimos Amelia y yo, pero aun así ella se queda dormida y sin darse cuenta poco a poco se va recargando en mi hombro lo que hace que todos hagan un sonido de ternura y me haga señas dándome a entender que la abrace para que duerma mejor y por supuesto que lo hago y sigo hablando con los chicos mientras acaricio el cabello de Amelia el cual es hermoso.

Ya estamos llegando a nuestro castillo que además de estar ubicado en medio de los dos reinos es hermoso, ya que es grande de color blanco y especifique que tuviera detalles en rojo porque sé que a Amelia le encanta ese color que la representa tan bien.

Estoy tan embelesado viendo como quedó el castillo que será nuestro hogar que no noto que Amelia despertó hasta que siento en mi mano que paso por su cabello un ardor y la quito rápido mientras ella me ve con seriedad.

Amelia:—Me puedes explicar el por qué me abrazabas y acariciabas mi cabello?— se cruza de brazos y me frunce el ceño.

Neil:—Tú fuiste la que se acurrucó contra mí y todos lo vieron— al parecer mi comentario no le gusta porque se voltea esperando a que se abra el carruaje.

Una vez páramos soy el primero en bajar y ayudo a las chicas a bajar, pero cuando va a bajar Amelia la agarro de la cintura y la volteo para que quede de espaldas al castillo.

Amelia:—¿Qué haces? Vas a tirarme— La veo ocultar una sonrisa que me encanta.

Neil:—Quiero que sea una sorpresa cuando veas nuestro nuevo hogar— rueda los ojos —Ahora cierra los ojos y los abres cuando yo te diga ¿bien?— no parece muy entusiasmo, pero aun así me hace caso y cierra los ojos y le doy la vuelta, cuando ya esta afrenta me pongo detrás de ella y mientras la sostengo de por los hombros y le susurro al oído.

Neil:—Bienvenida a nuestro nuevo hogar, ya puedes abrir los ojos— siento como tiembla de nerviosismo y como poco a poco va abriendo los ojos, cuando los tiene abiertos por completo notó sorpresa y emoción en su mirada que intenta disimular.

Amelia:—Es lindo— Son simples palabras, pero sé que en el fondo le encanta.

No había notado que todos nos miraban con ternura mientras le mostraba el castillo a Amelia, me encargue de que estuviera cubierto de rosas rojas ya que son sus favoritas, entramos y es increíble, en el recibidor se encuentra una gran escalera que conduce al segundo piso, todo es blanco lo que hace que se vea hermoso.

Todos nos quedamos impresionados y me sorprendo cuando siento que me rodean la cintura con unos brazos y al bajar la vista me encuentro con Amelia que es la persona que me está abrazando, sin poder contenerme le devuelvo el abrazo, siento su mano en mi mejilla y escucho un susurro que proviene de ella.

Amelia—¡Gracias! Es hermoso y sé que todo lo hiciste tú— Sus palabras calientan mi pecho, pero parece que cae en cuenta de que me sigue abrazando y se separa rápido de mí.

Reina Alizeh:—Porque no tomamos el té en el jardín— voy a decir que si cuando mi madre continúa hablando —Neil y Amelia ¿Por qué no recorren su nuevo hogar y nos alcanzan en el jardín?—

Neil:—Claro madre, es una gran idea— sonrió y volteo a ver a Amelia —¿Me acompañas cariño?— ella solo asiste y empezamos a caminar por los pasillos.

Vamos caminando y la tomó de la mano, al principio intenta alejar su mano de la mía, pero después simplemente me deja tomarla, lo más cercano que encontramos es un comedor impresionante en que cabría un reino entero.

Recorremos todo el inmenso pasillo y llegamos a una inmensa biblioteca que hace que los ojos de Amelia brillen.

Amelia:—¡Me encanta! Este lugar es inimaginable, creo que pasaré aquí mucho tiempo— sonríe y yo también lo hago.

Continuamos recorriendo la planta baja llegamos a un gran salón de baile que luce hermoso y en el hay un piano blanco al que Amelia se acerca y toca unas pocas notas.

Neil:—No sabía que tocaras el piano— Me siento cautivado por el sonido que viene del piano.

Amelia:—No sabes muchas cosas de mi Neil— es la primera vez que la escucho llamarme por mi nombre y me pareció de las mejores cosas que he escuchado en mi vida.

Amelia:—Este lugar es increíble para hacer un baile cuando acabemos contra los seres oscuros—

Neil:—Si quieres un baile entonces se hará un baile— sonrió y seguimos caminando hasta llegar a un salón que es especialmente para ella.

Neil:—¿Te gusta? Este es tu salón para cuando invites a las chicas o quieras privacidad o dolo alejarte de mí— lo último que digo la hace reír.

Amelia:—Me encanta, gracias— me da una sonrisa sincera.

Subimos al segundo piso donde hay muchas habitaciones y nos costó un poco encontrar la nuestra y cuando entramos nos quedamos impresionados pues era toda de blanco con una cama enorme en blanco y negro.

La alcoba tenía dos puestas más una era de un baño en colores blanco y dorado que daban ganas de meterse a la tina.

La otra puerta era un closet enorme que tenía un segundo piso.

Al terminar de ver todo el lugar salimos hacia el jardín donde nos esperaban nuestros amigos junto con mis padres y los de Amelia que acababan de llegar. El jardín al igual que el interior del castillo es hermoso hay un quiosco que me encargue que tuviera rosas y demás flores rojas, mientras que en el lugar donde se encuentran tomando té es igual de hermoso.

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