Capítulo 17. Celos

Jade despidió al Duque Robert, no le respondió a su pregunta solo dijo que lo pensara, además debe leer toda la información que le dio el chico, sabe que para ese punto, él debía tener suficiente información, aunque en la historia original, es hasta que Jade se une a Robert, que descubren el complot contra el príncipe heredero.

La chica sube a su habitación con los documentos en mano, pero al entrar siente una sensación extraña y una sombra rodea su cintura.

─No pensarás aceptar la propuesta de ese sujeto ─le susurran a su oído.

Un estremecimiento recorre su cuerpo, hasta que la sombra se torna más sólida, ella sonríe.

─¿Celoso?

Leonardo aparece detrás de ella, abrazándola, había llegado al mismo tiempo que el Duque Robert, pero decidió esperar, aunque al escuchar que los padres de Jade no estaban, entró a hurtadillas y espiar la conversación.

El chico le hace darse vuelta y la mira a los ojos, para luego inclinarse y terminar escondiendo el rostro en el cuello ajeno.

─Si… ─dijo avergonzado ─Ese sujeto, dijo -Otra vez- eso quiere decir que ya le habías pedido asesinar al príncipe… ¿Por qué no me lo has pedido a mí?

La voz de Leonardo sonaba triste y Jade solo sonríe para sus adentros.

─Se lo pedí, porque sabía que no lo haría ─dijo restando importancia al asunto ─Además… no necesito la ayuda de nadie, soy completamente capaz de hacerlo por mi cuenta.

Leonardo la abraza, para luego alzarla, sin mostrar su rostro. Camina hasta la cama y ahí coloca a la chica, él se levanta un poco.

─Jade… Si tú me lo pides, ahora mismo soy capaz de traer su cadáver… por ti sería capaz de eso y más… Incluso si me pides entregarte el imperio, lo haría sin pensarlo. Quiero ser la única persona, en quien pienses, la única en quién te apoyes…

El corazón de la chica estaba acelerado al escuchar las palabras de Leonado. Jamás en su vida anterior había sentido ese sentimiento, eran un poco retorcidas las palabras de él, pero a ella solo le emocionaba, tener a un hombre dispuesto a hacer todo por ella.

─Leonardo ─dijo la chica, mientras le acariciaba la mejilla.

Esa era la primera vez que él, escuchaba que lo llamaba por su nombre, se acercó a ella y le beso con pasión y desesperación, introduciendo su lengua en la boca ajena, explorando cada rincón de ella. Mientras su mano baja por la cadera de la chica, buscando tocar más, la tela era delgada, por lo que fácilmente la levantó, tocando directamente la piel.

Al separarse, ambos estaban agitados, Leonardo se levanta un poco, solo para quitarse su saco y la camisa, dejando ver su dorso marcado, Jade al verlo trago seco, mientras sus manos se deslizan por el abdomen de él. 

Leonardo sonríe por la reacción de la chica.

─¿Te gusta lo que ves? ─Jade le sonríe con ternura, provocando que pierda el poco autocontrol que le quedaba ─Lo siento… Jade.

La chica se sorprende cuando Leonardo empieza a romper el camisón que traía, dejándola casi desnuda, entre tiras de tela. El chico la observa un momento, para después inclinarse y empezar a besarle el cuello, mordiendo un poco, causando que pequeños gemidos salen de ella. A Leonardo le gustaba sentir como la chica se estremecía bajo de él, siguió besándola hasta llegar a sus pechos, tomándolos con sus manos, para luego empezar a chupar uno de ellos, mientras que masajeaba el otro.

─¡Ah! Leo-Leonardo.

Jade se estaba perdiendo en un mar de sensaciones, Leonardo al escucharla, no dudó en morder y jalar sus pez*nes, causando que la chica arqueara la espalda, dejando salir un grito de placer.

El chico sonríe, para luego seguir bajando esparciendo besos, en su camino y colocarse entre las piernas de la chica, saboreando su inti**dad, pasando su lengua por entre la abertura y llegando a ese punto de placer, Jade tenía la mente nublada y perdida, su cuerpo temblaba con cada roce, sintiendo como una sensación electrizante recorre su cuerpo, haciendo tensarse, llegando a un org**mo.

─Sabes, perfecta ─sonríe el chico. Se levanta, pasando su lengua por sus labios.

El chico se deshace de sus últimas prendas, dejando ver su mi**bro, mientras se vuelve a colocar entre las piernas de Jade. Ella aún estaba con la respiración agitada, pero cuando ve al chico completamente desnudo y con una mano dirigiendo su mi**bro a su entrada, se sobresalta.

“¡Mierda! Ahora entiendo el encanto de los personajes de las novelas” Pensó la chica.

Sin esperarlo, de una sola estocada, el chico la pen*tra y ella deja salir un grito.

─¡Mierda!

Leonardo se inclina y la vuelve a besar, callando su voz.

─Lo siento ─le dice esparciendo pequeños besos en todo su rostro ─Empezaré a moverme ahora.

Al chico le estaba costando contenerse, desde ese día en el lago, había deseado tenerla y ahora que estaba pasando, no quería lastimarla, así que empezó con un vaivén lento, sintiendo como su mi**bro era envuelto en el cálido interior de la chica, mientras ella dejaba salir sus gemidos, sin poder controlarse, esperando que nadie escuche eso.

─Le-Leonardo… ─Jade le acaricia la cabeza ─No… tienes que contenerte.

El chico se detiene, observa el rostro sonrojado de ella y su corazón late con fuerza, un gruñido sale de su pecho, mientras se levanta, coloca sus manos en cada lado de las caderas de Jade, ella se sorprende cuando ve que Leonardo baja la mirada.

─Si quieres detenerte, solo dilo ─la voz del chico le salió más grave.

Un escalofrío recorrió la espalda de Jade. Cuando se empieza a mover el chico, más rápido y con más fuerza, Jade se agarra de los brazos de él, sintiendo como con cada estocada, su cuerpo temblaba y el aire se calentaba un poco más. El ruido que se provocaba con el roce de sus cuerpos llenaban la habitación, mezclados con sus respiraciones agitadas y los gemidos incontrolables. Hasta que ambos llegaron al clímax al mismo tiempo, Leonardo se apoyó sobre sus manos, respirando copiosamente, al igual que Jade, sin embargo, antes de poder hablar, el chico la levantó, colocándola en cuatro sobre la cama.

─¿Q-qué haces? ─pregunto sorprendida ─¿No pensarás…?

─Si… tenerte una vez, no es suficiente.

Jade siente como es tomada de la cintura.

─Pero si acabas de… ¡Ah! ─grita al sentir de nuevo el mi**bro del chico dentro de ella.

“Esto es antinatural” Piensa Jade, un poco nerviosa.

Sus piernas temblaban con cada embestida, dejó caer la parte superior de su cuerpo, aferrándose a las sabanas, esta vez Leonardo se movía más bruscamente contra ella, sujetándola con fuerza, no sabía que pasaba por la mente del chico, pero podía escuchar pequeños gruñidos de parte de él.

─Más… despacio ─dijo Jade casi sin aire.

─Solo… un poco más.

“Creo que voy a morir”

El chico siguió moviéndose de la misma forma, no quería detenerse, estaba completamente extasiado, como si sus sentidos estuvieran completamente nublados, al igual que su juicio, quería seguir haciendo suya a esa pequeña chica, toda la noche.

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