Todo había salido bien, a pesar de que Jade se salió del plan. Niccolò había llegado con los refuerzos y carruajes especiales para los prisioneros, ya iban de regreso. Jade que en su antigua vida gustaba de hacer equitación, no le fue difícil montar un caballo, ya que en el carruaje disponible iba el marqués Simón.
─Me puedes explicar ¿Por qué a la marquesa le faltan dos dedos de su mano izquierda y su oreja derecha? ─le preguntó Leonardo a Jade.
La chica empezó a reír como si le hubieran contado un chiste.
─Ni idea, debió quedar en medio de fuego cruzado ─dijo inocente ─Además… ya tenemos las pruebas en su contra, aunque hubiera muerto, la van a asesinar cuando llegue a la capital, que más da si muere antes ─ella se encoge de hombros restando importancia al asunto.
Leonardo da un suspiro, él vio las heridas de la marquesa y esas no eran causadas por un simple accidente, estos eran signos de tortura, no le sorprende después de ver a lo que le hizo a su hermano, pero debió ser muy rápida para hacerlo y todavía tener tiempo de atrapar a los nobles.
─Sobre lo que te dije, no quiero que le digas a nadie ─dice refiriéndose a lo de ser príncipe.
─Como quiera, no es algo que me importe contar, ya tengo suficiente con un príncipe.
Jade no le contó nada sobre haber visto al chico en la fiesta, pues ella quería matarlo con sus propias manos y hacerlo sufrir tanto que desearía estar muerto, así como la verdadera Jade lo quiso.
─Puedo preguntar ¿Qué le hizo el segundo príncipe, para vengarse así de él? ─presunto Leonardo, al ver que se había quedado atrás ─Sé que es un bueno para nada y se merece muchas cosas, pero debe ser algo realmente malo.
Jade lo miró dudando un poco, no era que sintiera vergüenza, a ella no le ocurrió, pero debió ser difícil para Jade afrontar todo, sin poder decirle a nadie.
─Bueno… digamos que el muy bastardo, se atrevió hacerme lo peor que se le puede hacer a una mujer ─dijo con enojo ─Y luego de intentar terminar con mi vida, pensé que era mejor terminar con la de él.
El chico quedó en silencio viendo como Jade aún mantenía la vista en el camino, parecía que ella estaba en un proceso de superación.
─¿Él la…? ─Leonardo no pudo terminar su pregunta.
─Dígalo con todas sus letras, él me violó ─terminó la oración ─Espero que no intente proteger a su hermano, porque no le tendré piedad.
Jade apresuró su caballo para que avanzara más rápido, mientras que Leonardo se quedó atrás sintiendo como sus manos temblaban un poco y una opresión en el pecho le dificulta la respiración, una ira profunda se apoderó de él, aunque Jade se veía tranquila por fuera, había rastro de tristeza en sus ojos y no estaba tan equivocado. Más adelante Jade sentía una tristeza profunda y unas lágrimas empezaron a salir, ella no podía controlarse, pero pensó que eran los sentimientos de la verdadera Jade, que aún quedaban en su cuerpo.
“¿Cuánto debiste sufrir en soledad, Jade?” Se preguntó, mientras colocaba su mano en el pecho.
La noche cayó y tuvieron que detenerse para que los caballos descansaran, además de que era peligroso andar por el camino en la noche, montaron un campamento y tomaron turnos para la guardia. Leonardo no se había vuelto acercar a Jade y la chica pensaba que era porque es como todos los demás hombres en esa época, una mujer que no es virgen, no es el interés de ningún hombre, así que ella solo se fue a su tienda para dormir.
“Mejor así, no me molestará más” Pensó la chica.
Pero sin querer también se sintió decepcionada, en aquella época una mujer deshonrada no era bien vista, ni aunque ella fuera una simple víctima, la chica se dispuso a dormir, no quería seguir pensando en aquello, al final su plan es irse lejos y empezar una nueva vida, tal vez regrese de visita con los Duques Hilton, pero eso sería todo.
Sin embargo, Jade estaba equivocada, Leonardo no se había acercado a ella, porque estaba furioso, quería asesinar a su hermano por atreverse a tocar a Jade. El chico estaba en su propia tienda, dando vueltas de un lado a otro, ya no podía negar lo que sentía por Jade y esa furia que sentía al saber que alguien le había hecho daño, lo comprueba. Aunque no quería acercarse a Jade en estos momentos por temor a que la chica lo malinterprete y piense que se quiere aprovechar de su pasado.
“Tal vez debí acercarme antes… Y dejar mi orgullo a un lado” Se reprocha.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos, cuando Niccolò entró a la tienda.
─Me disculpo ─dice haciendo una reverencia ─Pensé que estaba dormido, llego esto ─mostró una carta ─Es… de su madre ─dudo un poco.
─¿El mensajero ya se fue? ─Leonardo tomó el sobre, sin muchos ánimos y Niccolò asintió ─Veamos qué quiere ahora… nunca manda cartas, solo cuando hay problemas.
Un pequeño rastro de tristeza cruzó por su mirada, mientras abría la carta, su madre no era precisamente la madre más amorosa del mundo, pero en cierta forma entendía su forma de ser con él, en toda su vida, solo la había visto tres veces a lo mucho. Abrió el sobre y se sorprendió al leer el contenido, para luego reír, mientras colocaba su mano sobre la cabeza.
─¿Todo bien, jefe? ─preguntó curioso.
Leonardo deja de reír y le extiende la carta a Niccolò.
─Lee por ti mismo… ─dijo con una sonrisa distorsionada.
Niccolò tomó la carta un poco dudoso, cuando se trata de esa mujer, Leonardo se comportaba de manera diferente.
─Príncipe Leonardo Walter ─empezó a leer ─No espere que le agradezca que salvara a mi hijo, de la masón Simón… ─Niccolò levantó la mirada asombrado ─Espere… ¿Estaba ahí el joven Anderson?
─Ya decía yo que había un olor conocido ahí… ─murmuró Leonardo ─Incluso estaba impregnado en Jade, así que debió ser ella quien lo liberó… ni siquiera sé cómo luce mi propio hermano y ella piensa que yo lo salve ─dice molesto.
─Tal vez… es el primer paso para acercarse a su madre y arreglar él…
Un fuerte golpe se escuchó, Leonardo había golpeado la mesa en la que estaba recargado, Niccolò se asustó, sabía que cometió un gran error, pero en verdad quería que el chico fuera amado por su madre, lo había visto desde pequeño, como se ilusionaba cada que recibía una carta de su madre, para luego desilusionarse al leerla.
─Niccolò… sabes muy bien que para ella solo soy un maldito bastardo… ─dijo con amargura.
─Entiendo señor. Me retiro, entonces.
Leonardo se volvió a quedar solo, recordando a su madre, cuando la vio por primera vez, tenía siete años y le pareció ver a un ángel, la mujer era hermosa, de cabello castaño y ojos celestes, en ese momento se alegró de tener un rasgo característico de su mamá, pero cuando se lo hizo saber a ella, esta solo respondió con un ─Por desgracia, no se puede corregir ese error ─siempre le mostraba una mirada fría y llena de odio.
El chico se acostó, tratando de olvidar el pasado, se cubrió el rostro con su antebrazo, mientras se dispuso a dormir, sin embargo, un destello se vislumbra bajo sus ojos.
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En el siguiente capítulo les diré que pasa con la madre de Leonardo y no la odien antes de tiempo.
Chao 🤗
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Comments
Marleen Constanza Henriquez
UPS😅😅🤣🤣🤣🤣🤣
2023-09-09
6
Monserrate Sherezade
🤭🤭🤭🤭🤭🤭tengo una hipótesis de que el lobo blanco se llama Anderson y es medio hermano del principe Leonardo . dígame qué no estoy mal 🤣😃
2023-07-19
3
Vanessa Ibáñez Fernández
lo intebtate de verdad que lo intentare... pero no prometo nada
2023-07-18
4