Leonardo tardó más de lo planeado en la capital, pero su padre había insistido en que se quedara, más tiempo. Cuando por fin decidió volver, ya habían pasado casi dos semanas, solo esperaba que Niccolò tuviera todo bajo control en su ausencia, además en el fondo también esperaba ver a Jade, en todos esos días solo se preguntaba qué estaría haciendo la chica.
Al llegar, fue recibido por Mara, ya que Niccolò no estaba, Leonardo observó por todo el lugar, sin ver a la pelirosa, pero tampoco quiso preguntar, así que se fue directo a su tienda, para descansar un poco. Niccolò no tardó mucho en regresar y al enterarse de la llegada de Leonardo, rápido fue a su tienda.
─Jefe, que bueno que ha regresado ─dijo Niccolò apenas entró ─¿Quiere que le informe sobre el avance con el marqués Simón?
Leonardo se levanta, pues estaba acostado sobre una cama pequeña, para una sola persona.
─Está bien ─se escuchaba cansado ─Dime ¿Qué encontraste?
─Si ─Niccolò se mostró serio ─Según la información, es la Marquesa, quien está detrás de los negocios con el conde Miller, además según nuestras sospechas es que el marqués Simón fue asesinado, esto último aún no se confirma…
─Vaya problema ─Leonardo se pasa la mano por su cabello ─Necesito pruebas contundentes.
─No se preocupe, tenemos a dos infiltrados en la mansión, son quienes han estado mandando información de todos los movimientos de la Marquesa. Además, han dicho que dentro de tres días, se hará un evento importante para ella, será nuestra oportunidad para atraparla ─Niccolò está orgulloso del avance que habían tenido.
Por su parte Leonardo solo deseaba descansar y dormir un rato.
─Excelente, ahora dime algo, ¿Cómo va el entrenamiento de la señorita Hilton? ─preguntó volviéndose acostar.
─Señor, ella y Dori son nuestras infiltradas dentro de la mansión.
Leonardo se levantó de inmediato.
─¿Qué has dicho?
Niccolò se puso nervioso al ver la expresión de Leonardo, parecía molesto, sin embargo, no entendía la razón de su molestia.
“¿Será que no confía en ella?” Se cuestionó, Niccolò.
─Bueno… señor, ella está haciendo un excelente trabajo… además usted dijo que era buena con la magia de sombras…
Leonardo se levantó molesto, pero sabía que Niccolò tenía razón, él mismo la elogio, aun así, por alguna razón no le gustó la idea de que ella se expusiera al peligro o hiciera algo tan descabellado como con el conde Miller, de solo pensarlo le enfurecía.
─Arregla todo, también iré.
Niccolò le ve extrañado.
─Señor, es peligroso mandar a alguien y más si esa persona es usted, deje que yo vaya.
─No ─dijo tajante.
Niccolò salió de la tienda sin entender a su señor, pero aun así cumplió con sus órdenes. Por suerte Leonardo, no había parecido entre los nobles durante un tiempo largo, ni siquiera se presentó cuando fue nombrado príncipe heredero y es que, al chico jamás le gusto la idea de algún día gobernar el imperio, sin embargo, tampoco podía dejar el puesto a su incompetente hermano.
En cuestión de horas Niccolò había preparado todo para el viaje de Leonardo, dado que la Marquesa iba a ofrecer una fiesta, le sería más fácil al chico entrar sin levantar sospechas, se haría pasar por un sirviente más.
Cuando llegó, fue recibido por el mayordomo de la Marquesa, el hombre ya era mayor, pero tenía una mirada despiadada, le hablaba a Leonardo con desprecio, el chico no le tomo tanta importancia, solo le siguió por la mansión, él estaba más concentrado observando a cada sirvienta que veía, pero ninguna era Jade o Dori.
─¿Cómo dijiste, que te llamabas? ─preguntó el hombre con arrogancia.
─León ─dijo el chico sin prestarle atención.
─Era de esperarse ─el hombre le ve con molestia ─Los animales no tienen modales.
Leonardo solo sonrió de manera amable, el hombre solo se molestó más, pues el chico no mostró sus respetos al contestarle. Dio un suspiro y terminó de instruir al chico, para luego entregarle un uniforme, tenían tanto trabajo que no se molestan en investigar a sus empleados, al menos que estos actuaran de una manera sospechosa.
Leonardo acató cada orden y mientras cumplía con sus labores buscaba a las chicas, no entiende como era tan complicado encontrarlas, esa mansión no era tan grande, pero como jamás había buscado personalmente a alguien, por lo común siempre mandaba a otras personas.
Sin embargo, al pasar por un pasillo, le llegó un olor particular, a pétalos de rosa y algo dulce, ese era precisamente el olor que recordaba de Jade, así que se apresuró y a lo lejos vio a dos chicas con ropa de sirvientas, llevaban cubierta la cabeza, pero se dejaba ver un poco de su cabello, reconoció enseguida el color rosa de Jade y la otra parecía ser Dori. Se acercó a ellas y puso la mano sobre el hombro de la pelirosa, ella se giró viendo sorprendida al chico.
─¿Jefe? ─dijo en un susurro Dori ─¿Qué hace aquí?
─B-bueno ─dijo nervioso ─Vine para ayudarles.
Jade entrecerró los ojos algo dudosa, Leonardo no parecía un chico del servicio, aun si estaba vestido como un sirviente más, lo había notado desde que lo conoció, el chico tenía un porte diferente.
─Señor, ¿Sabe lo riesgoso de su imprudencia? ─le dijo Jade ─Además no pasa por sirviente.
Leonardo la miró impresionado por las palabras y una sonrisa se dibujó en su rostro.
─Gracias por el cumplido…
La chica suspira molesta, eso no es lo que ella quiso dar a entender, pero tal parece que aparte de orgulloso, vanidoso.
─Eso no fue un cumplido ─respondió molesta ─¿Quiere que nos descubran?
Dori quedó sorprendida por el cambio drástico de Jade, siempre se había mostrado amable con ella, pero ahora parecía otra persona.
─Sara, llevaré esto ─dijo Dori, quitándole una charola de las manos a la pelirosa ─Será mejor que platiquen en otro lado.
Dori se fue casi corriendo, pues el ambiente se había tornado pesado, estar entre ellos era sofocante y eso le hizo recordar lo que le dijo Mara ─Si te encuentras entre León y Jade, sal corriendo de ahí ─en ese momento no entendió la razón de sus palabras, pero ahora entendía. Se había sentido aterrada al ver el aura oscura de Jade y luego la calma de León era aún más aterrador que verlo enojado.
Mientras que Leonardo y Jade se quedaron viendo como desaparecía la chica.
─¿Sara? ─preguntó Leonardo.
─Si, Niccolò dijo que ocupará un nombre falso ─respondió.
─¿Por qué, Sara?
─Um… cosas del pasado ─dijo ella ─Además es menos obvio, León… la cuestión de los nombres falsos es que sean lo más alejado de tu nombre real.
El chico entendió la indirecta, pues León era muy parecido a su nombre real.
“No sé porque me preocupe tanto, por esta mujer insolente”
Se dio la vuelta molesto, se sentía algo herido, él se había preocupado por ella y, sin embargo, ella parecía muy calmada, ni siquiera le preguntó, cómo le fue, al darse cuenta el rumbo que estaban tomando sus pensamientos, cerró sus manos en un puño.
“¡Maldición! ¿Qué me pasa?”
Mientras tanto, Jade permaneció viendo como el chico se iba molesto.
“Es agradable molestarlo” sonrió la chica, pero rápido se cubre la boca sorprendida “¿Qué mierda fue eso? ¿A cabo de sonreír como estúpida?”
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Comments
Flor Leila Quirino Muñiz
Esta siendo demasiado arrogante Sara 😒
2024-03-31
1
Claudy
no pues, este ya cayó solo que nadie se lo avisado
2023-07-16
11
Vanessa Ibáñez Fernández
jajajajajajjajajajajajaja ya calleron en las redes del amor estos 2 pero son taaaan orgullosos que no lo reconocen jajajajajajajajajaja aver quien da el 1er paso
2023-07-15
2