Capítulo 7. ¿Amigo o enemigo?

Después de un día, algo raro Jade solo deseaba dormir. Ese chico era bastante extraño, pero de algo estaba segura, él era peligroso.

Jade cepilla su cabello para después ir a dormir, pero un escalofrío recorre su nuca.

─¿Sabe que entrar a la habitación de una dama es de mala educación? ─dice molesta.

Se escucha una risita a sus espaldas, cuando una figura empezó aparecer sobre la cama.

─Necesitaba terminar nuestra plática ─el chico estaba sentado con los brazos y piernas cruzadas ─Te tengo una propuesta.

Jade se gira para verlo, el chico era bastante descarado, ni siquiera saludo o se disculpó por entrar sin avisar.

─No me interesa nada de lo que diga y para que quede claro, no vuelva a entrar sin mi permiso…

Leonardo ladea la cabeza y en un parpadeo está frente a la chica, la sujeta del rostro, pero Jade se mantiene tranquila.

“Esta chica es…”

─Si, mi error, me disculpo ─dijo un poco molesto ─No está en posición de negarse, así que lo diré de otra forma, me ayudara en algo a cambio de guardarle su pequeño secreto.

“Maldito bastardo, juro que me las cobraré” Da un suspiro y aparta su rostro.

─No sé de qué habla.

─Bueno… ─él se aleja y vuelve a sentarse al borde de la cama ─Recuerdo perfectamente que alguien se llevó al príncipe Alejandro y le hizo algo terrible, piénselo, usted y su familia, terminarán en los calabozos del palacio y al final serán ejecutados.

Jade no quería caer en un chantaje tan ridículo y tenía la opción de escapar e irse muy lejos, ese chico no tenía evidencia, sin embargo, los que eran sus padres, podrían terminar pagando por algo que ella había hecho, era un sentimiento de culpa, nada grato. 

─No tiene evidencias de lo que dice.

─Con mi palabra basta ─el chico se muestra muy seguro y eso le molesta a Jade ─¿Te vas a arriesgar tanto?

“Lo que tienes de guapo, lo tienes de imbécil” Jade suspira molesta y resignada.

─Primero dígame de qué se trata y luego le diré, si prefiero morir antes que ayudarlo.

Leonardo sonríe, se nota que la chica está molesta y era algo adorable.

─Debes saber que solo pocos pueden despertar magia oscura o de sombras ─empezó a decir ─Es efectiva cuando se trata de evadir guardias. Ahora mismo solo hay dos personas con ese tipo de magia, aparte de ti, pero debo admitir que tienes talento… a lo que voy es que, necesito de tus habilidades para llevar a cabo algunos trabajos. No sé si estás enterada, cerca de la frontera hay un grupo de nobles, causando problemas, cuentan con magos poderosos, lo que complica la entrada al lugar.

Jade escuchó al chico con atención, temía que su propuesta tratara de otro tipo, pero era simplemente laboral. 

“Ahora que lo pienso, su magia se siente diferente a la mía, así que él debe ser un mago oscuro”

─Muy bien ─eso también le favorece, así estará lejos del Duque Robert ─Solo que como puede ver, soy mujer y no podré ir lejos sin el permiso de mi padre.

Aunque a Jade no le agradaba ese hecho, pero tampoco quería preocupar a su papá, era un hombre bastante bueno y considerado con ella.

─Bien, yo me ocuparé de eso ─se vuelve a levantar y extiende su mano hacia Jade ─¿Entonces, tenemos un trato?

Ella tomó la mano y la sujetó con fuerza, no confía completamente en Leonardo, pero no quiere seguir con esa vida poco activa, ya que, en esa época las mujeres solo debían dedicarse al hogar, casarse, tener hijos como si no hubiera un mañana y estar sometida a un esposo, eso no era para ella.

Luego de eso, el chico desapareció y Jade no sintió su magia cerca, por lo que debió marcharse de verdad, así que se dispuso a dormir tranquila.

A la mañana siguiente, como todos los días, se levantó y fue a desayunar con sus padres, la comida fue servida, pero antes de poder probar, habló el Duque, parecía preocupado, Jade quedó asombrada al escuchar las palabras de su padre, pues le dijo que su maestro la recomendó para trabajar entre los magos del palacio, lo malo es que tendría que estar fuera de casa por varias semanas o quizás meses, ella no comprendía y cuando iba a decir algo, se acordó de Leonardo.

“No creo que esto sea obra suya” Jade no estaba segura.

El duque le aseguró que podía negarse, pero ella no lo hizo, no sabía si eso era plan del pelinegro o solo una simple coincidencia, de igual forma le convenía. Así que el hombre le explicó que debía partir dentro de tres días, para ir primero a la academia de magos, donde iba a pasar algunos meses para prepararse, el Duque parecía más emocionado luego de que su esposa le dijera que sería más seguro para su hija aprender a defenderse.

En esos tres días Jade preparó sus cosas, no quería llevar tantas y tampoco vio o sintió la presencia de Leonardo, con suerte no tendría que verlo nunca más, pero algo le decía que todo eso era obra suya.

El día de la partida llegó, su madre se puso a llorar, siendo su única hija era difícil verla partir, lo que no entendía Jade, era porque no tenían más hijos, ellos aún se veían jóvenes. 

Su carruaje la esperaba, pero no llevaba guardias, pues había llegado un mago para escoltarla, así emprendió su viaje, se despidió de sus padres y el carruaje empezó a andar.

Pasó poco tiempo y estando lejos de su casa, es que sintió el carruaje detenerse, ella suspiró con pesar, quería no tener razón, pero la tenía. La puerta se abrió y entró Leonardo con una sonrisa brillante, el carruaje volvió a ponerse en marcha.

─¿Me extrañaste? 

Jade lo observa con molestia.

─Para que quede claro, no confió en ti y si me traicionas o tratas de hacer algo en contra de mi familia, te mataré ─la seriedad con la que lo decía, le dijo a Leonardo que no estaba jugando ─Quedas advertido.

“Vaya que si es osada, la pequeña… Eso me gusta”

─Muy bien… eso también va para ti ─se inclina para verla de cerca ─Te mataré, si llegas a traicionarme.

Jade se sorprende al verlo a los ojos, una mirada salvaje y peligrosa, la chica ladeó su cabeza, pues ver a los ojos del chico le hizo recordar a sus perritos, algunos tenían la misma mirada feroz. Su corazón empezó a latir de emoción, siempre había sido así, cada que rescataba a un animalito de las calles y luego tenía que hacer el proceso de adaptación, era como adrenalina.

“Me pregunto si…” la chica extiende su mano y empieza a acariciar la cabeza del chico “Se siente tan suave” cerró los ojos y siguió alborotando el cabello del chico.

Leonardo se había quedado pasmado ante el acto de la chica, pero rápidamente le sujeta la mano, Jade abrió los ojos sorprendida y luego mostró una gran sonrisa.

─Lo siento ─dice apenada ─Su mirada feroz me hizo recordar a mis perritos…

El chico frunce el ceño.

─¿Me está comparando con un perro? ─dijo molesto.

Jade deja de reír, pues puede notar la molestia del chico por ser comparado con sus perritos, lo mira fijamente a los ojos sin temor.

─Siéntase alagado ─tira de su mano con brusquedad para soltarse del agarre del chico ─Ellos son mejor que cualquier persona y si le molesta váyase, este es mi carruaje.

La chica se cruzó de brazos y desvió la mirada, estaba muy molesta, la forma en que hizo la pregunta de la comparación había sido tan molesta.

“¿Como si pudiera compararse con ellos? Ellos son leales hasta la muerte, hermosos, aman incondicionalmente y sobre todo son inocentes”

Leonardo no comprendía la molestia de la chica, cuando el molesto debía ser él, pero no dijo nada, tampoco salió del carruaje, aunque la chica era tierna en apariencia, parecía tener un carácter del demonio.

“No sé cómo llegué a pensar que estaba interesado en ella, de una forma romántica… es tan malditamente insoportable”

Así pasaron su viaje, en silencio, ninguno planeaba doblegar su orgullo solo para complacer al otro.

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