Leonardo se deja caer sobre una cama, nunca pensó encontrar a una mujer que llamara su atención tanto, hace días, durante su recorrido por el jardín del palacio, pudo detectar algo inusual, una magia similar a la suya, pero más débil, así que la siguió, se sorprendió cuando vio a una pequeña figura entrar al palacio, siguiendo al segundo príncipe, lo primero que pensó, fue que era un asesino, sin embargo, no parecía serlo, no olía a sangre, más bien olía a agua perfumada con pétalos y esencia.
“¿Qué clase de asesino es?” Fue lo primero que pensó.
Vio entrar a la pequeña figura al cuarto y luego salir, sabía que llevaba al príncipe, pero aun así no actuó, quería ver lo que realmente pasaba. Su sorpresa fue ver esa pequeña figura, era una chica, aunque llevaba cubierto el rostro, pero su cabello y complexión la delatan, se veía frágil como si cualquier brisa la fuera a romper, se quedó observando un buen rato, mientras la escuchaba hablar y gritar, lo que provocó una sonrisa en él, la chica lucía totalmente desquiciada, algo contrastante a su apariencia.
Sabía lo que hacía, como si ya lo hubiera hecho antes y aunque Leonardo no creía que se podía sorprender más, al terminar ella usó magia de luz, para al final regresar al príncipe a su habitación, quería seguirla, pero ya casi iba a amanecer y debía estar en el palacio.
Leonardo observó el techo, luego levantó su mano, aún podía sentir la sensación cuando tocó la cintura de la chica, una electricidad le había recorrido su cuerpo, era como si fuera atraído por ella. Se había sorprendido al verle el rostro, pues solo le reconoció por su olor y su magia.
“Es absurdo, debe ser por la impresión de verla hacer algo así” Piensa él.
Aunque también, tenía curiosidad por saber quién era realmente. Así que se levantó y volvió a salir, conocía al Duque Hilton, pero nunca había visto a su hija, Antonio Hilton era un hombre sensato, inteligente y bastante reservado, con una gran posición dentro del imperio, el emperador le tenía un alta estima, sin embargo, este no era ambicioso, tuvo la oportunidad de casar a su hija con el príncipe heredero, pero en repetidas ocasiones se negó, esto nadie lo sabía, así que nunca se escuchó nada del tema.
Llegó en pocos minutos a la mansión de los Hilton y se escondió entre las copas de los árboles, esperando poder ver a la chica. No tardó mucho en tener suerte, vio a Jade salir al jardín, mientras esperaba junto a una sirvienta, poco después llegó un hombre a quien reconoció como un maestro de magia, pasaron un tiempo en los que el hombre instruyó a la chica y ella parecía entender a la primera.
Durante los siguientes días Leonardo se la pasaba observando a Jade en secreto, su rutina no era complicada, tomaba clases de magia, luego daba paseos por el jardín, salía de compras, algunas veces espiaba a los caballeros del ducado, durante el entrenamiento y actualmente ha empezado a recibir clases de pelea cuerpo a cuerpo. Para distraerse, el chico empezó hacerle bromas, como en una ocasión donde Jade llevaba una canasta para comer afuera, él utilizó su magia para hacerla tropezar.
Después de varios días Leonardo trató de no volver a ir para espiarla, pero le fue difícil, era como un mal hábito adquirido. Luego de tres semanas, ya hasta lo encontraba divertido.
Ese día Jade estaba acostada bajo la sombra de un árbol, estaba agotada, sus músculos dolían, había tenido que insistir a su padre para que le deje tomar clases de defensa, aunque también le dijo de aprender el arte de la espada, a ella aún no le convencía del todo.
“Por suerte el Duque Robert no ha insistido más” Pensó ella “Al menos tiene dignidad… Ahora debo pensar en mi futuro, tal vez deba regresar a salvar animales… aunque no sé que clase de animales hay en este lugar”
Su cabeza no dejaba de dar vueltas, no quería convertirse en la heroína de la novela, enfrentado a los villanos, a excepción del príncipe, a ese bastardo lo quería matar con sus propias manos o al menos con su magia, sonríe un poco al sentir la magia saliendo de la palma de sus manos, pero rápidamente, se levanta.
“Eso fue…”
Se sentó con las piernas cruzadas, para luego dar un suspiro, se levantó sacudiendo su ropa y camina para alejarse un poco más, era impresionante como el Duque Hilton tiene una mansión así de grande, con un pequeño estanque oculto, donde solamente, quien pertenece a la familia podía entrar.
Jade se adentró al pequeño jardín oculto, había varios árboles alrededor, mientras caminaba hacia el agua, pero en un movimiento rápido se gira alzando la mano en dirección a un árbol, algo cae al suelo, Jade no le había tomado mucha importancia a un pequeño escalofrío que estaba sintiendo desde hace unos días, hasta ahora cuando activó su magia, una sensación similar a su magia le llegó, era obvio que alguien la está vigilando.
─Este es un lugar privado ─dice en voz alta.
La chica alza la falda de su vestido y en su pierna toma una daga que traía escondida, un regalo de su padre, la levanta, pero algo la sujeta de ambas manos, la sombra que había caído se incorpora y en cuestión de segundos, ya lo tenía frente a ella, por el susto cae al suelo.
─Impresionante ─dice una voz y se cierne sobre Jade ─Antes nadie pudo detectar mi presencia.
Jade observa al hombre que está encima de ella, se sorprende al ver a Leonardo, pero en lugar de sentir miedo, sintió un estremecimiento electrizante y sonrió de manera coqueta.
─Vaya forma de saludar, ¿acaso así seduce a señoritas nobles?
Leonardo se queda quieto, la chica lo había deslumbrado, pensó que empezaría a gritar, sin embargo, estaba tranquila.
─Solo las que llaman mi atención ─Leonardo no podía apartar la vista de los labios de la chica ─Y hasta ahora, solo ha sido usted.
Jade se da cuenta de la mirada del chico, podía sentir la tensión y un calor envolvió su cuerpo, era extraño, porque solo había visto una vez a ese chico y ahora quería besarlo.
─Que afortunada soy… ─dijo en casi un susurro.
Leonardo se acercó un poco más y un olor dulce proveniente de ella, llenó sus fosas nasales. Sin poderse contener y más que nada hechizado por el agradable aroma, se dejó llevar, besando a la chica, la cual corresponde al beso, al principio era uno tierno, que poco a poco se convirtió en uno apasionado, disfrutando el roce de sus lenguas y la calidez de la boca ajena, Leonardo se separó viendo el rostro sonrojado de la pelirosa, sus labios aún permanecen un poco separados, el chico pasó su mano por la mejilla ajena, para luego colocarla por detrás de la cabeza, volviendo a besarla, su cuerpo estaba ardiendo y el aroma de ella se estaba haciendo más fuerte, cuando un pequeño gemido sale de la garganta de la chica, Leonardo sabe que se excedió, con dificultad se separa de ella, pero no se aparta.
─Lo-lo siento ─dice agitado el chico ─Me dejé llevar.
Jade se mantiene quieta, ella tampoco estaba segura de lo que pasó.
─Está bien ─dice avergonzada, pues ahora recuerda que tiene un pendiente con él ─Ahora dígame, ¿Por qué me está espiando?
Leonardo se mantiene serio, pero en el fondo sonríe.
─Simple curiosidad.
La chica frunce el ceño, parecía algo arrogante el chico, además que aún no se había levantado, seguía sobre ella y no se podía concentrar bien, así que usa su magia para apartar al chico, este es rodeado de la cintura por una sombra y luego lanzado lejos, Jade se incorpora sacudiendo su ropa, mientras que el chico la mira con sorpresa, la pelirosa era bastante audaz por tratarlo de esa forma.
─¡¡SEÑORITA!! ─se escuchó gritar a una sirvienta.
Jade ve venir a una chica corriendo, se veía agitada y un poco preocupada, luego se vuelve a ver al chico, pero este ya no estaba, había desaparecido. Ella se quedó pensando, algo en él, se le hacía conocido.
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Comments
Alheli🌹
Uno que tiene higiene?
2024-03-04
2
Marleen Constanza Henriquez
pensaba que era el principe heredero pero no lo es,quien será?
2023-09-08
6
Anna Luna
ese guapote es un 🐺🐺🐺🐺🐺🐺mi detector de lobos me lo dice ji ji ji
2023-07-17
3