Capítulo 5. Ya no me interesa

Durante los siguientes días, se hablaba de como en el palacio se había aumentado la seguridad, incluso el Duque Hilton fue mandado a llamar, por supuesto no se decía nada de lo ocurrido, aunque nada se puede mantener oculto por siempre, se empezó a esparcir un rumor donde decían que alguien le había hecho algo al segundo príncipe, pues el chico se la pasaba gritando todas las noches y ya no salía de su habitación. 

Jade que también, ya había empezado a salir, escuchaba eso con mucho agrado. Ese día fue a una pastelería famosa, a la cual Jade gusta de ir, estaba tranquila comiendo una rebanada de pastel, junto a la ventana.

“Todo es tan perfecto” se dijo.

Desde que había cobrado esa pequeña venganza, dejó de tener pesadillas y ahora dormía como una bebe, a lo mejor la antigua Jade estaba tranquila ahora. 

Una campana suena, anunciando que alguien había entrado, Jade observa y rápidamente frunce el ceño, quién había entrado era el Duque Robert, quien al verla se acerca y toma asiento.

─Señorita Jade, la busqué en su casa, me dijeron que salió, así que he venido a buscarla.

Jade sigue comiendo, aunque con menos ánimos que al principio.

─Gracias Duque, pero no es necesario, como puede ver, estoy completamente bien. Puedo regresar sola.

Robert se asombra por lo dicho de la pelirosa, Jade jamás le contestó así antes, incluso podía ver que le desagrada su presencia.

─No entiendo ─dice el chico ─¿Qué ocurre con usted? Antes era amable y cariñosa.

─Lo siento Duque, pero ya no me interesa ─dijo tajante ─Aquella Jade de la que se enamoró, no existe… Las personas cambian.

─No me diga que planea hacerle caso al príncipe, después de lo que le hizo.

Jade quedó incrédula por las palabras del hombre, así que empezó a reír.

─¿Usted me cree estúpida? ─dice molesta ─Porque es la única forma en la que me explicó que haya hecho esa pregunta ─la chica se levanta ─Deje que le diga algo, entiendo que no pudiera hacer nada para protegerme, pero no hacer nada para que ese infeliz pagara, eso ya es diferente.

La chica se va, pero Robert la persigue y le da alcancé afuera de la tienda.

─Espere… ─la jala del brazo ─Claro que estoy haciendo algo para hacerle justicia, pero entienda que Alejandro es un príncipe.

Jade le ve molesta, no solo porque la tiene sujetada del brazo, sino también por su actitud, ella se le acerca.

─Yo no busco justicia, yo lo que quiero es venganza, además busca justicia por otros crímenes, no por el mío ─se aleja un poco, pero Robert aún la tiene sujetada ─Ahora suélteme.

Robert, no podía entenderla, su Jade jamás había actuado de esa forma, le dijo que ella confiaba en él, pero ahora la veía totalmente diferente, incluso le causaba un poco de miedo, sin embargo, se rehusaba a dejarla, ella tal vez solo necesitaba que le dijeran que estaba equivocada.

─¿No escucho a la señorita? ─dijo alguien al lado de Jade.

Jade al verlo se sorprendió, era un chico alto, demasiado, se notaba su musculatura a través de su camisa medio abierta, de cabello negro y largo, ojos de color celeste, era como si estuviera viendo el mismo cielo. Al verlo, la chica se quedó impresionada, pues ella estaba por debajo de los hombros, se sentía una miniatura junto a él y ni hablar de Robert, a su lado era como una pulguita, que si bien era alto, ese chico le sacaba una cabeza por mucho.

─No se meta en nuestro asunto ─dijo Robert, jalando a Jade ─Ella es mi prometida.

Jade le miró con molestia, ni siquiera eran nada, pues ellos se comprometen hasta la aparición de la villana, así que se aparta bruscamente de él.

─¿Dígame desde cuándo? ─le mira molesta ─Que yo recuerde, mi padre jamás ha aceptado una petición de matrimonio y por si no lo recuerda le acabo de decir que ya no me interesa.

Jade se da vuelta para irse, pero Robert insiste en retenerla, la vuelve a tomar del brazo, pero esta vez el extraño interviene sujetando la muñeca de Robert.

─La señorita ya fue clara, así que no la moleste más.

La chica sonríe al ver al chico, “Ese si es totalmente mi tipo… guapo, sexi y muy varonil”

─Gracias mi Lord ─dice en un tono suave.

El chico sonríe y suelta la mano de Robert, quien los mira furioso.

─¿Me permite acompañarla, mi Lady? ─el chico hace una reverencia y extiende su mano.

Jade no estaba muy segura del porqué, pero sentía una electricidad recorrer su cuerpo, coloca su mano sobre la de él y ambos se van. 

─Realmente le agradezco su ayuda.

El chico la ve con una sonrisa dibujada en su rostro, la chica era tan pequeña y delgada, como una linda muñequita, tenía un buen cuerpo, pero eso no era lo que más le llamaba la atención, sino su mirada, era misteriosa y peligrosa.

─No tiene que agradecer, mi Lady ─dijo con una sonrisa coqueta ─Fue un placer.

─¿Puedo preguntar su nombre? ─Jade estaba curiosa por darle un nombre a ese hermoso rostro ─El mío es Jade Hilton.

─Leonardo ─dice el chico y Jade se queda esperando su apellido, él lo nota y suelta una risita ─Solo Leonardo.

Jade entendía perfectamente esa indirecta, es como decir, no preguntes y ella lo respeta, solo necesita el nombre.

─Muy bien, mi Lord ─ella se detiene, pues ha llegado a su carruaje ─Yo me quedo aquí. Gracias por acompañarme.

Jade se separa un poco y hace una reverencia, no era que le gustara ese modo de saludar o despedirse, pero su cuerpo lo hacía en automático. Estaba a punto de subir, pero Leonardo se acerca y la sujeta de la cintura para tenerla cerca.

─Espero que hayas ocultado muy bien tu ropa ─le dijo susurrando a su oído ─El palacio ha estado en caos por eso.

Jade se aleja un poco y el chico mantiene su posición inclinada, mientras le dedicó una sonrisa, luego compone su postura y se va, la pelirosa se queda sorprendida.

“¡Mierda! ¿Qué fue eso? ¿Acaso él me vio?, pero ¿Quién es?”

La chica tenía un caos en su cabeza, había sido tan cuidadosa, aunque también se reprochó, debió apegarse al plan original, solo hacer una inspección y salir, para luego ejecutar su verdadero plan.

“Tranquila Sara, sin evidencias no pueden hacer nada”

Ella repitió varias veces la misma frase, además, ese chico pudo haber dicho algo, sin embargo, ella aún sigue libre. Algo que también se le hace extraño.

“Entonces ¿quién es y que busca?”

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