17. La herencia de la abuela

Cuando estuvimos de vuelta en nuestra ciudad, teníamos dudas sobre que era lo que encontraríamos, sabía que mi padre no se iba a quedar quieto le he arruinado su negocio; así que, cuando Cristóbal estaba por dejarnos en el departamento de Lucía, pude darme cuenta de que personal de seguridad de mi padre estaba afuera del edificio, así que alertando de ello, seguimos adelante; lamentablemente sucedía lo mismo en el edificio del departamento de los chicos, además que Ignacio no quería que Paulina estuviera ahí por la reacción que pudiera tener su exnovio, el abusador.

Cristóbal estaba conduciendo y de copiloto estaba mi primo Ignacio; atrás del vehículo estábamos Paulina, Lucía y Yo; puedo sentir una mirada de preocupación en el rostro de Cristóbal a través del retrovisor, y todo se volvió más extraño cuando dio una vuelta en U en un lugar prohibido.

- "¿Qué fue eso?, te volviste loco", expresó Ignacio por el giro intempestivo.

- "Nos estaban siguiendo", respondió Cristóbal.

- "Debe ser la gente de mi padre, ¿qué haremos ahora?, debe estar muy molesto, he puesto en peligro a todos", comenté angustiada.

- "Por ahora los llevaré al único lugar en que tu padre no podrá hacerte daño", dijo Cristóbal mientras conducía velozmente a la zona noreste de la ciudad.

Pasamos por la mansión de un importante consulado, en una de las zonas más exclusivas de la ciudad; era curioso que dijera que ahí mi padre no podía hacerme daño, porque al final de cuenta pese a ser otro barrio, mi casa no se encontraba muy lejos de ahí.

Llegamos a un enorme pórtico de una villa chalet que calculo tendría un extensión de unos 2 000 metros cuadrados; los de seguridad parecían conocer a Cristóbal y dejaron pasar nuestro vehículo, dentro la residencia es de un lujo increíble, las zonas ajardinadas son preciosas; las casas donde he vivido siempre han sido hermosas, pero se quedan muy pequeñas al lado de la exquisita propiedad que tenemos en frente.

Cristóbal fue a la zona de parqueo, y estacionó el vehículo, invitándonos a bajar; realmente no teníamos mucho equipaje porque tuvimos que adquirir ropa improvisada en Ibiza; todo alrededor de nuestras vidas estaba sucediendo muy rápido.

 - "¿Dónde estamos le pregunto a Cristóbal?", evidentemente ingresar a esa residencia tipo villa no era fácil tiene un sistema de seguridad excelente.

- "La mansión Tudela, el único lugar donde tu padre no podrá hacerte daño", me responde Cristóbal con una mirada melancólica.

- "Así que esta es la famosa mansión Tudela, ¿estás seguro de que nos podemos quedar acá?, dice Ignacio.

En ese momento se acerca a nosotros el señor Antonio Fuentes, nos mira a todos.

- "Bienvenidos a la mansión Tudela, joven Cristóbal sinceramente nos avisó con poco tiempo de previsión, el personal está arreglando la casa de huéspedes para sus invitados; tengo una duda, ¿usted y su novia van a quedarse en la casa de huéspedes o ambos usarán su habitación en la residencia principal?, expresó el señor Antonio, provocando que me ponga completamente roja.

- "Es mi novia, no es mi esposa, no compartimos habitación; me quedaré con mis invitados, procuraré que sea muy poco tiempo, sé que a la señora Tudela mi presencia nunca le es grata", dijo Cristóbal tomando mi mochila y dirigiéndose a la casa de huéspedes, mientras que los demás nos quedaron mirando.

- "Lo siento joven Tudela, no quise importunar", manifestó el señor Antonio siguiendo a Cristóbal.

Mientras nosotros también avanzábamos detrás de ellos, Ignacio me susurró al oído "¿eres la novia de Cristóbal?, ¿cuándo pensabas decirme eso?", di un suspiro, respondiendo también susurrando "es una larga historia, te la explico de acá".

Ingresamos a la sala, tenía suelos de parquet de roble natural, se podía sentir un clima adecuado dentro, y me doy cuenta que tiene un sistema de calefacción mediante aerotermia, además de que la casa posee electrodomésticos de alta gama.

- "Debo señalar la identificación de cada uno a seguridad para que puedan tener pase libre, vendrán mañana temprano para ello", dijo el señor Antonio.

- "Está bien, por cierto, cualquier persona que venga a buscar a alguno de ellos, primero deberá recibir confirmación de ingreso; además que está prohibido que Máximo March ingresé hasta acá", respondió Cristóbal.

El señor Antonio Fuentes se sorprendió, pero asintió con la mirada, pronto el personal de limpieza salió de la casa.

- "Se ha llenado la nevera y también la alacena de cosas que pudieran necesitar para cocinar; sin embargo, si requieren que mejor se les preparé las comidas en la cocina principal me avisa sin problema, el señor Rafael ha señalado que su novia y sus invitados sean atendidos adecuadamente", manifestó el señor Antonio.

- "Nosotros estaremos bien acá, no tiene por qué molestarse más, estaremos poco tiempo acá", dijo Cristóbal.

El señor Antonio Fuentes se retiró después de despedirse y lo seguí, alcanzándolo un poco más allá de la puerta.

- "Disculpe, siento tanto las molestias que estamos causando por mi causa, dígale a don Rafael que le agradezco mucho lo que está haciendo, y que entienda a Cristóbal, él es bueno, pero ha sufrido mucho acá", dije porque sentí que Cristóbal había sido grosero con su padre.

- "Es muy amable señorita, y no se preocupe, entiendo los motivos del joven Cristóbal, es gratificante saber que ahora tiene a una persona como usted a su lado, buenas noches, señorita March", me dijo el señor Antonio con una sonrisa.

Volví a ingresar a la casa, al parecer querían distribuir las habitaciones.

- "¿Qué pasa?, a qué se debe el alboroto", expresé confundida.

- "Hay una habitación principal y dos habitaciones dobles, creo que Cristóbal y yo debemos compartir una de las dobles, al igual que Lucía y tú, y la otra puede ser usada por Paulina", dijo Ignacio.

- "No puedo usar la habitación principal, eso es demasiado abuso, en todo caso esa debe ser del dueño de la casa", expresó Paulina avergonzada.

- "Las tres podemos usar una doble, no hay problema, y Cristóbal usa la principal e Ignacio la otra", digo para sanear el problema.

- "Todos trabajamos y debemos descansar bien, ustedes tres no pueden compartir dos camas; Paulina y Lucía usen una habitación doble, Ignacio y yo usemos la otra, Sofía usa la principal; y antes de que puedas sentirte incómoda considera que si mi padre se entera, cuestionaría mucho que no te haya dado la habitación principal", manifestó Cristóbal mientras se dirigió a una de las habitaciones dobles.

Paulina se fue a otra de las habitaciones dobles, Lucía se me acercó y susurrando me dice "no creo que haya sido por su padre, sino que quiere darte lo mejor, es tan lindo", la escucho y me sonrojo.

- "Voy a ponerme más cómoda, de acá vengo para ver qué podemos hacer para cenar", dice Lucía mientras se va a su habitación.

Iba a avanzar sin más remedio a la habitación principal, cuando Ignacio me toma de la mano y me señala que nos sentemos en el mueble.

- "¿Cómo terminaste siendo la novia de Cristóbal?, y ¿por qué no me dijeron nada?, expresa, Ignacio con expresión molesta.

Iba a responder, y sacarlo del malentendido, cuando sonó mi móvil y me sorprendió descubrir el nombre que aparecía en mi pantalla "Alberto March", mi tío, el hermano menor de mi padre y el presidente de la Corporación, no sabía si responder.

- "Es el tío Alberto, vamos atiende y ponlo en altavoz, tal vez el tío Máximo ha hecho alguna de sus cosas", me dice Ignacio; y termino haciéndole caso.

- "Aló, buenas noches, tío Alberto, dime", le respondo.

- "Buenas noches, Sofía, sé que es tarde y normalmente no te hago llamadas, pero estoy ante dos situaciones muy extrañas; y solo tú me las puedes absolver. Una es que de acuerdo a uno de mis asistentes, te casabas ayer con Fabián en una ceremonia improvisada en Ibiza, que al parecer no se realizó; y la segunda es que acabo de salir un momento de una reunión que estoy sosteniendo con Rafael Tudela y me dice que la novia de su hijo menor es mi sobrina Sofía March; así que tengo dos preguntas; la primera ¿te casaste o no con Fabián? Y la segunda ¿Estás de novia con Cristóbal Tudela?", me pregunta mi tío, con una seriedad absoluta.

En mi vida anterior, mi tío Alberto me pidió que no me casara con Fabián pues no era un hombre adecuado para mí, pero mi padre me dijo que mi tío hacía eso porque Fabián no era de nuestro círculo y lo menospreciaba, estaba muy enamorada de quién en esa vida se convirtió en mi esposo; por lo que, me molesté con mi tío y nunca le hice caso; creo que cometí un error al no escucharlo; ahora siento que es la oportunidad de descubrir la verdad sobre su rechazo a Fabián.

- "Tío, es difícil explicarte la razón de esa boda, si te lo contara es probable que no me lo creas, pero es cierto que no se realizó, yo no me he casado con Fabián, mi relación con él se terminó, solo que ni él ni padre querían entenderlo"; le respondo tratando de mantener la calma.

- "No sabes la tranquilidad que me da escuchar eso, tú nunca debiste involucrarte con un hombre así, y entiendo el apuro de tu padre por ese matrimonio, que claramente es poner las manos en la herencia de mi madre, tu abuela. Mi madre estuvo muy preocupada por Andrea y tú, sabía que tu hermana jamás tendría el valor de enfrentar a tu padre, y tenía la remota esperanza de que tú si fueras capaz de hacerlo, por eso te ha dejado una importante herramienta para que tengas la fuerza para protegerte; sin embargo, siendo tu abuela una persona tan tradicional, pensó que debías tener a tu lado un hombre cuando tengas esa herramienta; por eso me preocupaba mucho que el hombre que escogiste fuera alguien como Fabián Álvarez. Lo que me lleva a volver a preguntarte, ¿Es Cristóbal Tudela tu novio?", dice mi tío Alberto.

En ese momento escucho en el teléfono a lo lejos la voz de don Rafael Tudela que le dice a mi tío, "Alberto vamos a concluir la reunión", mi tío responde "solo un momento don Rafael estoy con Sofía al teléfono", a lo que don Rafael responde "Está bien, es grandioso tenerla en casa", mi tío se sorprende y pregunta "¿mi sobrina está en su casa?", luego de lo cual escucho "claro, Cristóbal la ha llevado a casa con unos amigos, no estoy muy seguro porqué razón ya que aún no he llegado a casa", a lo que mi tío dice "don Rafael ¿cree que sea un inconveniente que vaya ahora a ver a mi sobrina a su casa?", casi enseguida responde don Rafael "por supuesto Alberto, puedes ir, como que compruebas lo bien que tratamos a tu sobrina, estoy encantado de que sea la novia de mi hijo".

Escucho todo desde el altavoz y me pongo completamente nerviosa, Ignacio me mira molesto, he recibido esa ayuda y estamos seguros en esa casa, por el hecho que el señor Rafael Tudela cree que soy la novia de su hijo menor, cómo reaccionaría si descubre que le hemos mentido.

- "Sofía ya no es necesario que me respondas, ya que has decidido ir a vivir a la casa de tu novio, estaré más tarde por ahí para hablar de la herencia de la abuela, también me gustaría hablar con tu novio, nos vemos linda", me dice mi tío, con una voz que suena alegre.

- "Está bien tío, nos vemos", respondo en automático y cuelgo el teléfono.

En ese momento, Cristóbal sale de la habitación, lo miro y no sé qué decirle; Ignacio está muy incómodo.

- "Ustedes se hacen novios y no me dicen nada; hasta tu padre con quien apenas hablas lo sabe, y yo no tengo la más mínima idea, ¿qué pretendes con ella, Cristóbal?", dice Ignacio dirigiéndose a Cristóbal.

- "¿Qué pretendes decirme con eso?, ¿qué tengo alguna mala intención con ella?, ¿no me conoces lo suficiente Nacho?", le responde Cristóbal bastante incómodo.

- "Sé que no juegas con las mujeres, pero díganme si no es extraño que no me hayan dicho nada de que están saliendo; ella es mi única familia, y...", expresa, Ignacio sin dejar de mirar a Cristóbal.

- "Basta, Ignacio, por favor cálmate y te explicamos", interrumpo porque sinceramente Cristóbal no se merece esa inquisición.

Ellos han sido tan buenos amigos, que me lastima que por este mal entendido que yo provoqué ellos empiecen una discusión que pueda quebrantar su amistad, tengo que aclarar el tema de una vez por todas, al menos con Ignacio, y debo hacerlo antes de que llegue mi tío Alberto, quien también tiene ahora una idea equivocada de mi relación con Cristóbal.

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