8. Pañuelo vintage, clásico y a cuadros

Estoy afuera de la oficina de mi cuñado, Miguel Santillana, presidente de un importante banco de mi país, tengo preparado el plan de negocios que desarrollé para “CRIGN Technology”, hice los ajustes necesarios y estaba preparada a enfrentarme al desafío más grande de mi corta carrera, conseguir el primer inversionista importante para la empresa. Estoy lista para explicarle el modelo de negocio, nuestro mercado, la cartera de clientes que ya teníamos y a la que aspiramos, en qué invertiremos el dinero y nuestro plan de expansión; sin embargo, una cosa era tenerlo estudiado y otra muy diferente poder plantearlo a alguien con la experiencia que él tiene.

Después del alboroto ocurrido en el cumpleaños de mi hermano Mauricio, creí que mi cuñado no iba a querer tratar sobre el negocio, me sorprendí mucho cuando el domingo recibí el correo electrónico en que citaba para el lunes al director financiero de “CRIGN Technology” para una reunión, aún me cuesta asimilar que soy la directora financiera y que aún esté cuerda después del vorágine de acontecimientos ocurridos estos días.

Todo empezó el viernes pasado, luego del incidente con Fabián en el que sentí que le faltó muy poco para abusar de mí, debí darle un rodillazo en la entrepierna me dije pero me quedé tan paralizada que no hice absolutamente nada; luego de unos minutos salieron los clientes con los que estaba hablando Ignacio y tomé valor para ponerme de pie e ingresar silenciosa a la oficina; caminé lentamente tratando de avanzar, estaba muy nerviosa, cuando los clientes tomaron el ascensor Ignacio se acercó para ayudarme a ingresar a la sala.

- “Sofi, estás bastante pálida, ¿tan feo fue lo que te dijeron los tíos?, me espetó Ignacio preocupado.

No sabía qué responderle, lo que había pasado con mi padre no había mellado mi voluntad, pero lo sucedido con Fabián me había hecho sentir muy mal, no tenía las palabras para contarle lo ocurrido y lo único por lo que opté hacer fue llorar desconsoladamente; sentía tanta rabia, cólera y frustración; podía notar que Ignacio no sabía qué hacer conmigo porque trataba de que le contara lo ocurrido pero lo único que yo podía hacer era sollozar; debió haberse escuchado tan fuerte que Cristóbal salió de la parte posterior de la oficina, se acercó a nosotros y al verme así cerró la puerta de la oficina, luego se sentó a mi costado, ofreciéndome un pañuelo vintage, clásico y a cuadros, lo tomo nerviosa debo reconocer que en verdad lo necesitaba.

- "Llora todo lo que quieras, todo lo que necesites Sofía, no te quedes con eso dentro", me dijo Cristóbal con una voz tan serena que mi corazón sintió una sensación de paz que no me pude explicar.

Cuando me calmé, me di cuenta que le había llegado un mensaje a los chicos, acompañado de un vídeo que empezaron a observar, mientras eso sucedía podía notar que fruncieron el ceño; luego mi primo Ignacio no se pudo contener y se puso de pie.

- "Ese idiota te besó a la fuerza Sofía, frente a mi oficina", expresó Ignacio indignado.

Había olvidado que ambos estaban trabajando un prototipo de app que permita la identificación de posibles agresiones captadas en cámaras de video, sin embargo, no habían reducido el tiempo de remisión de la imagen al dispositivo de control, por eso los videos aún llegaban pasando unos minutos, y ellos habían colocado una cámara de prueba en el pasillo de la oficina. Ignacio cogió su casaca y noté que se iba a retirar.

- “¿Qué vas a hacer Ignacio?”, le expresé preocupada.

- “Ir a darle la golpiza que se merece a ese idiota”, respondió muy molesto mi primo.

- "No hagas eso, por favor", le dije mientras sujetaba su brazo.

Estaba desesperada, Ignacio me quería mucho pero no era el tipo de chico que se involucra en una pelea, era demasiado noble para esas cosas, siempre fue muy inteligente, pero su afición por los videojuegos y su manera extravagante de vestir siempre le molestó a su padre, mi tío Oscar March, mucho más cuando se desaparecía para ir a alguna convención disfrazado de superhéroe o de un personaje anime; además Ignacio siempre tenía problemas para darse cuenta que las chicas le coqueteaban ya que creo que hasta ahora no se ha dado cuenta que es un hombre muy apuesto y no se imagina que puedan interesarse en él, así que no puedo permitir que se vaya a enfrentar a Fabián, porque estoy segura que saldrá lastimado.

- “¿Luego qué lo golpees qué vas hacer Nacho?, te advierto que pueden pasar dos cosas, terminar lastimado o denunciado por agresión”; dijo tranquilo Cristóbal.

- “No puedo dejar que la trate así, ella no está sola en esta vida”; respondió molesto Ignacio.

- “Cálmate Ignacio, esa actitud no ayuda en nada a Sofía, quien es la que tiene que calmarse para que tome la decisión de qué hacer al respecto, entiendo lo indignado que te encuentras pero debes tratar de controlarte”, expresó Cristóbal mirando a Ignacio.

Agradecí que Cristóbal haya detenido a mi primo, la última vez que nos enfrentamos a Fabián, ambos terminamos muertos, y no soportaría que Ignacio saliera lastimado una vez más.

- “Sofía tengo un amigo, tiene un centro de defensa personal, si gustas te puedo llevar mañana para que te dé un programa especial, siempre es bueno que estés preparada para situaciones difíciles”, me dice Cristóbal de manera muy serena; a lo que asiento con la cabeza.

Ya por la tarde estaba más tranquila, al parecer romper con Fabián no iba a ser algo sencillo, así que llegué a la conclusión que debía obtener poder, para ser capaz de enfrentar a mi familia y a Fabián, ese poder que tienen gracias al dinero y sus conexiones; definitivamente sí quería esos nexos necesitaba ir al cumpleaños de mi hermano, cuando se lo conté a Ignacio me miró como si me hubiese vuelto loca.

- "No Sofía, quítate esa idea de la cabeza. No vas a meterte en la boca del lobo", expresó Ignacio de manera enérgica.

- "Ignacio, en la vida pasada, Fabián nunca se había atrevido a tratarme así, y era porque necesitaba este compromiso, pues debo continuar con el juego, hasta tener el poder suficiente para no dejar que me vuelva a lastimar", le respondí a mi primo.

- "Te hago una pregunta Sofía y quiero que seas sincera, ¿Aún amas a Fabián?", me preguntó mirándome a los ojos.

- "Ese hombre me engañó con mi mejor amiga, cuando lo descubrí me pasó el automóvil encima, y me preguntas eso", le respondí indignada.

- "Pregunté si lo amabas, puedes estar molesta, decepcionada, dolida, pero tal vez sigas enamorada, después de todo, fueron cinco años de matrimonio y lo adorabas", me dijo Ignacio mientras apagaba su laptop, para continuar diciendo "antes de descubrir el engaño, para tí Fabián era el hombre perfecto, ¿se pueden realmente desaparecer todos esos sentimientos?, temo que empieces a ceder a ese amor que de repente aún sigue ahí y que vuelvas a sufrir una vez más".

Era imposible que yo volviera a ver a Fabián de la misma manera, no sé cómo hubiese reaccionado si me hubiese pedido perdón, quizás tan enamorada como estaba de él hubiese existido una pequeña oportunidad de intentarlo una vez más; pero cuando se atrevió a disparar contra mí y luego a atropellarme, nos llevó a un punto en que ya no había retorno después de eso.

- "Ese hombre nos mató Sofía, nos mató", dijo molesto Ignacio.

- "Lo sé y tengo miedo de que lo vuelva hacer, antes no sabía de lo que era capaz mi familia porque al fin de cuentas terminé haciendo lo que ellos querían sin saberlo, viéndolos como actúan ahora, ¿crees que se quedarán tranquilos?, ¿qué poder tienes Ignacio ante su dinero?", le respondí con amargura.

-"El poder de ser una persona que no tiene que mentir o atropellar para ser feliz, haz lo que quieras hacer Sofía, pero no dejes que los demás controlen tu vida dándote miedo, tengo que ir a comprar algunas cosas nos vemos en la noche", me manifestó Ignacio mientras se iba cerrando la puerta.

Ignacio siempre fue así, y seguía siendo así honesto aunque duela, un alma demasiado noble a pesar de las circunstancias; salgo de mi recuerdo cuando la secretaria de mi cuñado me indica que ya puedo pasar; cuando ingreso a la oficina Miguel, me recibe sin expresión en el rostro y me indica que tome asiento.

Me pongo a explicar todo lo que tenía preparado, él escucha serio cada una de las cosas que estoy diciendo, solo intervino con dos preguntas puntuales; Miguel Santillana es un hombre elegante que luce más joven que su edad real, enviudó diez años atrás y se casó con mi hermana el año pasado, tiene dos hijos de su anterior compromiso, que son mayores que mi hermana; a pesar de la enorme diferencia de edad es considerado con Andrea, pero también sé que es una persona difícil de convencer; en mi anterior vida poco antes de que él muriera se lamentó mucho por no haber dejado bien protegida a mi hermana, ya no tuvo tiempo de arreglar las cosas, después de todo frente a la ambición de los hijos de Miguel, mi hermana tuvo que ceder la administración de su herencia a la voluntad de mi padre.

- “Debo ser sincero contigo Sofía, este plan de negocios está muy bien hecho y puedo ver que la posibilidad de la rentabilidad es muy alta; sin embargo, cómo puedo confiar que jóvenes como ustedes puedan manejar adecuadamente esta empresa por la que has venido a pedir inversión, después de lo que pasó este sábado”, me dice Miguel mirándome seriamente.

Entiendo sus dudas, el sábado en el cumpleaños de mi hermano las cosas se salieron de control, a pesar de la recomendación de mi primo; decidí asistir al cumpleaños, después de todo pensé que delante de tanta gente podía estar segura, sabía que podrían originarse situaciones incómodas pero ninguna como la que ocurrió, en ese momento pensé que si debí haberle hecho caso a Ignacio, meto mi mano en el bolsillo y me doy cuenta que aún tengo ahí el pañuelo vintage, clásico y a cuadros de Cristóbal que había lavado y aún no se lo había podido devolver a su dueño, me sonrojo de recordar lo que pasó entre nosotros.

...... Ignacio March ......

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