Capitulo 20

Julieta se durmió mientras que Lucas no podía dejar de observarla, nunca imagino que una mujer estaría dispuesta a entregarle algo tan preciado. Las horas pasaron y ella despertó en la madrugada asustada porque debía volver a su casa.

-¿Qué sucede?-Pregunto Lucas al verla así.

-Es que es muy tarde, si mi padrastro se entera que no dormí en la casa se enojara conmigo.

-Pero si llegas en la madrugada también será sospechoso.

-Si, pero al menos puedo decirle que no llegue al autobús.

-Bueno princesa, te llevaré a tu casa. Pero me gustaría que un día me presentes con el.

-Esta bien amor...-Contestó desganada.

-Bueno me cambiaré y pasaremos por la farmacia.-Dijo Levantándose de la cama.

-¿Por la farmacia?-Pregunto confundida.

-Si cariño, es que me he dejado llevar y no nos hemos cuidado.

-¡¿Qué?!-Exclamo tapando su boca.

-Tranquila amor, yo comprare la píldora del día después. Es muy buena.

-¿Estás seguro que es buena?

-¡Claro que si! No te preocupes.-Contestó pellizcando la mejilla de Julieta.

Aun estando preocupada, Julieta se levantó y se cambió rápido, pasaron por la farmacia y fue directo a su casa para que su padrastro no la descubriera. Entró sigilosamente a la casa y se metió rápido a la habitación para que él no la descubriera, pero el ruido de la puerta despertó a su padrastro y fue rápido a golpear la puerta.

-¿Tú has vuelto recién?-Pregunto enojado apenas ella abrió la puerta ya con el pijama puesto.

-No...-Contestó nerviosa, eso le dio la pauta de que ella estaba mintiendo. Rápido le dio un puñetazo haciendo que le sangre la nariz, Julieta toco su rostro pudiendo ver la sangre que ya tenía en sus manos.

-¡A mi no me Mientas ramera! -Grito. -Al final eres igual que tu madre.

Julieta salió corriendo al baño y comenzó a lavar la sangre de sus manos y rostro, mientras que su padrastro sin mediar más palabras volvió a encerrarse en su habitación, al escuchar que el ya se había encerrado, sus hermanos salieron rápido para ver a Julieta.

-¿Qué pasó? -Pregunto preocupado Tomas.

-No es nada, no se preocupen. -Intentó minimizar el golpe. Los niños de todos modos la observaban con preocupación mientras que la rabia se apoderaba de Tomas que cada día odiaba más a su padrastro.

En la mañana, Julieta se levantó y preparo el desayuno para sus hermanos, intentó evitar hablar sobre lo que había sucedido en la noche, aunque ya tenía un moretón junto al ojo que no pudo esconder y los niños se sintieron muy mal por la ocurrido. Más tarde fueron a la escuela todos juntos, mientras que Julieta intentó tapar el golpe con maquillaje para que nadie en la escuela lo viese.

Todo iba normal, pero para su sorpresa apareció Lucas con el auto para retirarla, todos los que estaban fuera del establecimiento quedaron sorprendidos al ver un auto último modelo fuera de la escuela y que encima viniese a buscar a la joven.

-Hola amor... ¡Qué bella estas! -Dijo Lucas con una sonrisa.

-¡Hola! Que sorpresa amor.-Contestó con una sonrisa.

-¡Suban! ¿Quieren ir por un helado?-Le pregunto a los niños.

-¡Siiii! -Contestaron con alegría. Tomas rápido subió al auto captando la atención de sus compañeras que lo observaban y Murmuraban.

Julieta subió al auto y fueron por un helado, los niños estaban felices, no sabían que sabor elegir. Se sentaron en una de las mesas y comenzaron a degustar, de repente la luz del lugar alumbra bien el rostro de Julieta dejando ver el golpe que tenía e intentaba ocultar.

-¿Qué es eso? -Pregunto acercándose a ella.

-¿Qué cosa?-Se tocó el rostro.

-¿Tienes un moretón?-Pregunto intentando descifrar lo que veía.

-No, no.-Contestó nerviosa poniendo la mano en su rostro. -Son ojeras.

-¿Ojeras? -Frunció el ceño.

-Si, casi no dormí anoche. -Contestó ella mirando hacia abajo, Lucas giró su mirada hacia los pequeños y se dio cuenta que todos estaban nerviosos y no se atrevían a mirarlo, sabía que algo había sucedido, pero no iba a ser fácil que ellos hablaran.

Minutos más tarde Julieta fue al baño antes que pudieran irse de la heladería y aprovecho rápido a preguntar, ya que no se quedaría con la curiosidad.

-¿Qué sucedió con su hermana? -Le pregunto a los 3 hermanos.

-Nada...-Contestó Tomas.

-Eso es un golpe, a mi no me engañan.

-No sabemos nada...

-¿Fue su padrastro?-Pregunto y los niños bajaron la mirada. -Deben decirme la verdad para que pueda ayudarlos, yo no quiero que le suceda nada a ella.

-Deberías hablar con ella... -Contestó Tomas.

-Osea que me lo confirmas. ¿Fue el?

-Mira Lucas, yo no confirme nada, solo que debes preguntarle a ella.

-Es tu hermana Tomas, no debes permitir que le hagan nada, por más que tu seas menor, a una mujer no se la golpea.

-Lucas tu no conoces nuestra realidad...

-Entonces dime... Cuéntame que es lo que sucede en su casa.

En ese momento Julieta apareció y quedo observando el momento tenso que se estaba originando e intentó saber que había sucedido pero ninguno de los dos quiso responder. Los niños fueron al baño mientras que ella los esperaba y luego se fueron de la heladería.

Lucas la llevó hasta su casa y aguardó a que ella se cambie para ir hacia el trabajo nuevamente, durante el camino quiso indagar un poco, pero Julieta era una tumba, no hablaba sobre nada entonces decidió cambiar la conversación.

-Debo admitir que verte con ese uniforme me ha entusiasmado mucho.

-Jaja ¿Si? ¿Por qué?

-Nunca tuve una colegiala en mi cama...-Ella se sorprendió y le dio un pequeño golpe.

-¡Atrevido!

-Ahora eres mía princesa, quiero cuidarte. - Dijo acariciando su mano.

-Gracias amor, gracias por todo lo que haces por mi. Anoche he pasado la mejor noche de mi vida, gracias por ser tan dulce conmigo.

-Es que te quiero tanto, lo que hemos hecho fue una prueba más de lo mucho que nos queremos, yo me siento bendecido por lo que hemos hecho, se que no habrá sido fácil para ti.

-No lo fue... Pero tú te has encargado de hacer todo tan especial.-Respondió besandolo.

-No me beses así amor que ya siento ganas de nuevo.-Reía.

-¡Ay Cállate! Siento vergüenza.

-Tu no tienes que tener vergüenza, soy tu novio y nos queremos es normal. Dime...¿Te sientes bien? ¿No te hagas hecho sentir mal la pastilla?

-Pues no, estoy muy bien por suerte.

-Me alegro princesa... Bueno ahora vamos a trabajar que llegaras tarde.-Arrancó el auto nuevamente y fue directo hacia el restaurante dejando el auto en el estacionamiento.

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