Capitulo 12

Al día siguiente Julieta volvió a su trabajo, cada día que pasaba era más feliz en donde estaba, poco a poco las compañeras fueron tomando confianza y ya la habían incluido en su círculo de amistad, así fueron pasando los días y se cumplió finalmente el primer mes, al fin cobraría su tan ansiado sueldo.

Al terminar su jornada laboral Julieta se acercó al mostrador donde estaba la caja y Lucas le quiso entregar un sobre donde estaba su sueldo. Julieta rápidamente intentó tomar el sobre que él tenía entre sus dedos, pero Lucas rápidamente lo volvió hacia atrás dejándola confundida.

-Primero debes firmar tu recibo. -Le dijo con una sonrisa.

-¡Ay me has hecho asustar! -Sonrió Julieta.

-Jaja solo es una broma. Debo felicitarte desde que has llegado aquí has facilitado el trabajo de las chicas.

-No lo creo, solo somos un buen equipo.

-Bueno, pero el equipo de la cocina ha mejorado con tu llegada.

-Muchas gracias Señor Lucas. -Contestó feliz.

-¿Señor Lucas? ¿Acaso soy un viejo?

-Jaja no, solo intento ser formal. -Contestó tímidamente.

-Está bien pequeña, no te preocupes. -Contestó el mientras le entregaba el sobre. -Solo firma el recibo y ya puedes retirarte.

-¡Muchas gracias! -Contestó ella firmando el recibo que le entrego Lucas.

-Bueno, ahora eres libre...

-Esta bien, que tenga buena noche. Nos veremos más tarde. -Contestó tomando su mochila mientras se retiraba del lugar.

-¡Buena noche! -Exclamo Lucas y se dispuso a cerrar el lugar, ya que todos sus empleados ya se habían marchado.

Por su parte Julieta fue directo a la parada del bus con intención de volver a su casa, pero el autobús tardaba demasiado. Talvez había tardado mucho hablando con Lucas y ya había perdido el último autobús de la noche, comenzó a desesperarse y no estaba dentro de sus elecciones buscar un taxi, ya que no quería malgastar el dinero. Por su parte Lucas subió a su auto y comenzó a conducir en dirección a su casa cuando vio a Julieta sola en la madrugada, se sintió mal por ella, una joven tan bonita y sola en la madrugada no era bueno.

-¡Julieta! -Grito Lucas estacionando frente a la parada de autobús.

-Hola señor Lucas. ¿Qué sucede? -Contestó ella en voz alta para que él la escuchara.

-¡Ven! Te llevo a tu casa.

-¡No señor Lucas! No se preocupe.

-¿Cómo que no? ¡Ven! Podría sucederte algo aquí sola. -Contestó bajando de su automóvil. Julieta observó su alrededor y se percató de que realmente estaba sola allí, tenía el dinero de su sueldo y seguramente ya había pasado el último autobús de la noche, no tenía otra opción que irse con él.

-¿Usted seguro que no tiene problema de llevarme?-Contestó cruzando la calle para acercarse a él.

-Claro que no, por esa razón se lo he ofrecido.

-Está bien, muchas gracias.

-De nada, ahora Ven, sube... -Le dijo abriendo una de las puertas delanteras, Julieta subió y se quedó allí sentada mientras le entregaba la dirección de su casa. Lucas encendió el auto y emprendió rumbo a casa de Julieta.

-No hemos hablado demasiado últimamente. -Intento romper el hielo, ya que ella se mantenía callada.

-Es que trabajo demasiado...

-Jaja me siento como un explotador.

-¡Ay no! No fue mi intención decir eso.-Contestó tapando su boca.

-Es broma, no te preocupes ... -Contestó con una sonrisa.

-Jaja ya es la segunda vez que me asusta hoy.

-Y eso que aún no he dicho muchas bromas...

-Si, pero igualmente... Yo soy muy asustadiza.

-¿Y eso por qué?

-No lo sé... Solo soy así.-Contestó encogiendo sus hombros.

-Por alguna razón debe ser, yo estudié un poco de psicología.

-¿Si? ¿Y?

-Y dicen que si una persona es muy asustadiza es por algún tipo de situación que la haya causado mucho miedo o causado mucho daño.

-No, yo solo soy así...

-Jaja Ok niña. ¿Siempre tomas tu autobús allí?

-¡Si! Todas las noches.

-Pero no es seguro...

-No importa, de todas maneras llego segura a casa, solo que hoy me tarde un poco más.

-Bueno, para el próximo mes te gestionaremos tu tarjeta, así no debes de salir con dinero desde el restaurante.

-Muchas gracias!

-De nada... ¿Vives con tus hermanos verdad?

-Si, y con mi padrastro.-Contestó virando sus ojos.

-Disculpa que pregunte... Pero¿Y tu madre?

-Mi madre trabaja en el extranjero...

-¿Si? ¿En qué País?

-En Canadá.

-¡Qué bello lugar!

-¿Usted lo conoce?

-¡Claro que si! He ido algunas veces.

-¡Uff! Yo quisiera ir un día a ver a mi madre allí.

-Te encantará... ¿Por qué no has ido aún?

-Mi madre se comunica poco con nosotros, Además no tengo el dinero para ir...

-Mmm entiendo.

-Pero bueno, un día mi suerte cambiará. -Intento cambiar la conversación.

-Claro que si! Si uno mismo se lo proponen todo es posible.

-Yo sé que sí... Bueno si quiere puede dejarme aquí.-Dijo Julieta mientras le apuntaba una esquina.

-Pero aún quedan dos calles para llegar a tu casa...

-Lo sé, pero si mi padrastro me ve llegar contigo a la casa, tendré problemas.

-Mmm esta bien, no quiero ocasionarte problemas..

-Muchas gracias. -Contestó ella mientras el estacionaba el auto. -Gracias por haberme traído, tenga cuidado por favor...

-No te preocupes niña, yo estaré bien. -Contestó el con una sonrisa. Ella bajo del auto y continuo caminando hacia su casa mientras que Lucas la observaba, había algo en ella que lo hacía sentir bien y aún no sabía que.

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