Capitulo 6

Julieta seco sus lágrimas y aprovecho el tiempo que le quedaba para buscar que podría vender y generar un ingreso hasta que su hermano saliera del hospital y pudiera ayudarla nuevamente con las ventas. Debía ser algo no elaborado, ya que no contaba con ayuda para hacerlo, entró en un bazar y con el poco dinero que contaba compró vinchas y hebillas para el cabello, y así como salió de ese bazar comenzó a vender casa por casa y a las personas que encontraba por la calle, hasta llegar al colegio de sus hermanos para retirarlos.

En la mansión se encontraba Bruno en su oficina y Dante volvió a ingresar un poco apenado por la situación.

-¡Bruno! ¿No te parece muy joven? -Dijo ingresando a la oficina de Bruno.

-¡No vengas con moralidad aquí!-Contestó irritado apenas levantando la mirada de los papeles que tenía frente a él.

-Pensé que sería más grande... Solo eso.

-Al parecer es mayor de edad, pero continúa en la escuela.

-¿Por qué será?

-¡Debe ser una burra!-Exclamo.

-Mmmm ¿Y como conoce tu hermana a esa joven?

-No lo sé...

-Tu hermana ya es mayor y es enfermera.

-Debe ser que la conoció en alguna campaña de salud, ve tú a saber.

-¿Y lo harás? -Pregunto Dante preocupado por la situación.

-¿Quieres hacerlo tú?

-No no, no.-Se Negaba con las manos.

-A mí parecer si quieres hacerlo...-Contestó con una sonrisa.

-¡No! Solo que no la vi con esa malicia que las caracteriza a las mujeres.

-Actúa Dante, actúa. Aquí en mi oficina quiso enfrentarme.

-¿En serio?-Pregunto sorprendido.

-¡Si! Y yo también la veía un poco joven, pero al enfrentarme así, decidí hacerlo.

-¡Ah bueno! Entonces si es así, hazlo.

-¡Claro que lo haré! No siento remordimiento por eso.-Contestó sin dudar.- Ahora quiero que envíes a vigilarla. ¿Le has entregado las instrucciones?

-Claro que si Bruno.

-OK! Entonces mañana será el día.

-¿Usaras protección?

-Sabes que siempre me cuido, hay tantas enfermedades por ahí. Aunque sea una cara bonita, no me confío.

-Es lo mejor...

-Dante ya cambiemos de tema, al fin y al cabo solo la utilizaré como moneda de cambio.

-Solamente me intrigaba saber que sucedería con ella, sería una picardía que te enamores.- Contestó con una sonrisa.

-¿Enamorarme yo? ¡Pero por favor!

-¿Quieres que te recuerde a Lorena?

-Pero Lorena era una fiera en la cama, te compraba de mil maneras. ¿Cómo renunciar a tanto placer?

-Con ese placer te dominaba...

-Pfff .-Vociferó levantando los brazos. - Solo me quitaba algunos pesos y con eso sentía que podía dominarme.

-Si te dejabas ...-Contestó clavándole la mirada.

-¿Dante no tienes algo mejor que hacer? Ve a cerciorarte de que estén cargando toda la mercancía.

-Está bien, me iré porque te pongo nervioso.

-¡Sí, Lárgate de una vez!- Exclamo Bruno con una sonrisa en su rostro, sabiendo que su amigo era burlista y Dante se retiró

Al día siguiente Julieta se levantó y comenzó a planear con quien dejar a sus pequeños hermanos mientras en la noche se quedaba a dormir con Bruno, preparó el desayuno para los pequeños y disfruto junto a ellos de la mañana.

En la tarde, luego de dejar a los pequeños en la escuela decidió ir a visitar a su hermano que continuaba en el hospital. Al estar junto a él acarició su mano y unas lágrimas cayeron por su rostro, sentía mucha frustración, mucha tristeza en su ser, la vida la había golpeado tantas veces, pero nunca se había sentido tan humillada como ahora, entregar su cuerpo a una persona tan desagradable como Bruno le parecía un horror, pero no quería perder a su hermano.

Seco sus lágrimas y tomó valor para salir de allí, sabía que las horas pasaban y la acercaban aún más a la habitación de Bruno. Se pasaban muchas cosas por su mente, la manera de boicotear su encuentro, pero a su vez recordaba que la vida de su hermano estaba en medio y no podía cometer ningún error. Luego de buscar a los pequeños en la escuela pasó por un local de ropa y retiro una caja que había dejado Dante para ella, allí estaba la ropa que Bruno había elegido para que ella usará. Volvió a su casa y comenzó a alistarse, desde el cabello hasta las uñas de los pies, no quería dejar ningún aspecto fuera de detalle, poco a poco esa niña con uniforme escolar fue quedando de lado y surgió una hermosa mujer.

Llevo a sus hermanos a casa de Selene, ella se encargaria de ellos por esta noche, Julieta sabia que los dejaba en buenas manos y aguardo que viniera el auto a buscarla para llevarla junto a Bruno. Selene la observaba de vez en cuando sintiendo pena por ella, podía sentir los nervios de su amiga, sentir su respiración agitada y como su cuerpo temblaba, y aunque ella quisiera ayudarla no podía, ya había comprobado que su hermano no se dejaría convencer de ninguna manera y mucho menos cuando su honor está en juego.

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