Herreros contra constructores

 Una bandera con el escudo de Costa Ocelotes flameaba en el campo de deportes municipal. Se trataba de un enorme predio verde que tenía todo lo que un atleta podría necesitar. Había múltiples canchas, pistas de atletismo, gradas para alentar, piletas, vestuarios y zonas de descanso. Quedaba en los límites del pueblo, del lado contrario a la costa, y recibía a cientos de jóvenes todas las semanas, provenientes de distintas escuelas. Allí iban a tener clases de educación física, pero también se solían hacer eventos deportivos, recitales y fiestas. Era un espacio multifunción muy cuidado y adorado por todos, pero especialmente por los jóvenes, pues allí encontraban un espacio de recreación y, más importante aún, para el cortejo.

  Santa María, El Mixto, El técnico N°1 y El Wallace eran los cuatro colegios que llevaban a sus estudiantes a hacer sus prácticas deportivas al campo. Una vez más, en un día viernes, estaban distribuidos en zonas y por colegios todos los estudiantes, que se volverían a ver las caras luego de la locura de las fiestas de verano.

  Los del técnico formaban un grupo de aproximadamente cincuenta muchachos, que hablaban en elevado tono de voz, y miraban hacia todos lados buscando chicas. Pero los colegios restantes estaban bastante lejos como para interactuar. No había mujeres en el montón, pues las pocas chicas del colegio habían ido a mezclarse con otras, principalmente del colegio Mixto. El único que no mostraba una actitud tan primitiva o ruidosa era David, que alejado de cualquier grupo, miraba atentamente la copa de un árbol e intentaba hacer caso omiso a las miradas que recibía por parte del Polo y su grupo.

  Un hombre de estatura media, vestido con ropa holgada y deportiva, salió de una de las habitaciones de materiales, luciendo unos anteojos de sol. Caminó despacio hasta el grupo de chicos, que no se percató de su presencia hasta que el hombre dio un chiflido. Por un segundo, todos se callaron, pero al ver a quien tenían al frente, algunos estudiantes comenzaron a saludar con entusiasmo y confianza a su profesor de Educación Física. El hombre, quien a simple vista parecía serio y malhumorado, sonrió al ver el gran recibimiento, y comenzó a dale charla a sus estudiantes.

_ ¿Cómo andan muchachos? ¿Se cansaron de salir de joda este verano, no?

_ Seeee_ Respondió en coro la gran mayoría.

_ Profe, llevenos más cerca de las del Santa María._ Gritó uno, y su pedido fue respaldado con alientos, risas y aplausos.

_ Ya los voy a dejar ir a chamuyar. Pero primero les voy a tomar lista y vamos a hablar un poco de cómo va a ser la cursada.

 Se escucharon algunos bufidos de protesta, pero por la complicidad que habían establecido con el profesor, todos se mostraron dispuestos a esperar un rato. Luego de unos largos minutos de tomar asistencia, el profesor se disponía a iniciar con las novedades, cuando en la lejanía se vió un punto negro que se acercaba a velocidad de trote.

 Agitado y todo transpirado, se sumó al grupo Arlo, que parecía haber retomado su hábito de llegar tarde. Saludó a su profesor con aliento agitado, y provocó risas y comentarios entre los compañeros.

_ Buenas Arlo. ¿Este año también pensas llegar todos los días tarde?Ya se había hecho costumbre durante la cursada anterior que Arlo llegara tarde al campo de deportes, y era por eso que, mientras sus compañeros ya jugaban al fútbol o al basket, el continuaba dando vueltas a la pista trotando y haciendo la entrada en calor.

_ Pero... profe uff, esta... vez... vine corriendo... uff_ Dijo mientras intentaba recuperar el aire y se abanicaba violentamente con su remera. La carrera desde su casa, el día de intenso sol, y la mala decisión de vestir ropa negra habían formado un combo sofocante.

_ Bueno igual zafaste, no hicimos nada de momento. Estaba por contarles a los chicos una gran noticia. _ Dejó de mirar a Arlo y se dirigió a todos en general. Mientras, el recién llegado, buscó un hueco y se paró al lado de sus compañeros, Giovanni y Mateo. _ Muchachos, escuchen. Algunos quizás sepan, otros no, pero este año se van a hacer Los Juegos Olímpicos. Y para traer ese espíritu competitivo, y promover la deportividad en el pueblo, vamos a hacer una competencia Intercolegial que van a ser "Los juegos Olímpicos de Costa Ocelotes"._

  Hubo buena respuesta por parte de los estudiantes. Aún no conocían los detalles, pero una competencia entre todos los colegios cuyo objetivo era determinar quien era el mejor, se escuchaba interesante. El que más se alegró fue Arlo, que era el único en toda esa ronda que podía dar fe de que ese sería un evento espectacular. En su vida pasada, en el curso de Arlo se había formado un equipo de fútbol que acabó siendo campeón de los juegos. Además, él también había participado en pruebas de atletismo.

Quizás fue su festejo lo que hizo posible que David lo encontrara. El hasta entonces solitario chico lo tomó por la espalda y lo saludó.

_ ¿Cómo va? No te había visto. Bien ahí que nos tocó juntos._ Dijo Arlo, y empezó a mirar a su alrededor, identificando a todos los que estaban allí. Entonces, sintió cierta incomodidad, que intentó apaciguar mirando una vez más, girando su cuello de un lado a otro.

_ Te vas a desnucar boludo. ¿Se te perdió algo? _ Dijo David, a quien empezaba a molestarle que moviera tanto la cabeza justo enfrente de sus narices._ ¿Y los pibes de química? ¿No están con nosotros?

_ Y, parece que no. ¿Por qué? ¿A quien buscás?

_ No, a nadie.

_ "A nadie" las bolas. Si no buscases nadie, no preguntarías porque no están acá.

Giovanni, que estaba al lado de los dos, no pudo evitar participar en la conversación._ Che, perdon que me meta, pero por lo que me contó un amigo, Química tiene los miércoles gimnasia.

_ ¿Enserio? _ Arlo no ocultó para nada su expresión de decepción, y tanto Giovanni como David se dieron cuenta.

_ Aaah ya entiendo. Vos querías cruzarte por acá a la nueva, ¿no? _ Digo Giovanni, acertando increíblemente. _ Te entiendo, es muy linda.

_ Mira vos, ¿y no me lo ibas a decir? _ Protestó David.

_ Y bueno, son mis cosas. Igual no importa, porque no me la voy a cruzar acá.

_¿Y?_ Lo retó David._ ¿Me estas jodiendo? Tenes todos los recreos para hablarle a esa chica, Tenes que aprovechar para conquistar pibas de otros colegios. Están las del Santa María acá, ¡las pibas más lindas de todo Costa Ocelotes! No pierdas tiempo ahora pensando en esa piba.

_ Cierto._ Dijo Giovanni.

Arlo estuvo a punto de retar a David por referirse con un término tan despectivo como lo era "esa piba", a su futura esposa. Pero por supuesto, su amigo no sabía que se trataba de alguien tan importante. Además tenía razón, en ese campo había muchas otras mujeres. Entonces, ya un poco más tranquilo, volvió a prestar atención al profesor, que seguía el formato que iban a tener las olimpiadas. Finalmente, cuando el profesor ya había dicho lo que tenía que decir, la clase pasó a la parte divertida.

_ Así que bueno, van a ser dos semanas muy divertidas, pero para llegar a eso tenemos que trabajar y entrenar mucho. Pero de momento, es la primera clase, así que tranquilos, hoy pueden jugar a lo que quieran._

Rápidamente, se dividieron en varios grupos, cada uno con ideas diferentes para pasar el rato. La mayoría quiso jugar al fútbol. Con Polo a la cabeza, varios estudiantes de Herrería se acercaron hasta donde estaban Arlo, Giovanni, David y un par más de construcciones. Polo sostenía una pelota y miraba a todos de manera desafiante, específicamente a sus dos enemigos.

La noticia de la pelea había corrido como pólvora, sumado a que muchos de los presentes la habían visto con sus propios ojos. Por lo tanto, las cosas entre los dos cursos estaban un poco tensas. De hecho, desde el suceso, David había sido bastante excluido de su propio grupo.. _ ¿Quieren jugar un partido?_ Propuso Polo. _ ¿O les tiembla?_

_ De una, pero no vale llorar después._ Lo confrontó Dante, uno de los mayores amantes del deporte entre los constructores. Tenía un jopo increíble y muy bien peinado, y un gran físico también.

_ Perfecto. Curso contra curso entonces._

  Se movieron en masa hasta la cancha de fútbol más cercana, y como no había que perder tiempo armando los equipos, ya estaban listos para empezar. El otro curso que estaba en el campo en representación del colegio Técnico eran los constructores de sexto, pero sin interés en la pelea, se habían ido a otras canchas.

Ya todos estaban posicionándose en la cancha, en lo que sería un partido de ocho contra ocho. Al ver que David caminaba hacia afuera del campo, Polo se burló de él._ Podes jugar con tu novia si querés. Si es que aguanta.

_ Vos primero preocupate por no caerte de culo al piso, después vení a patotearme._ Respondió Arlo, al tiempo que parodiaba la dificultad de Polo para levantarse el día de la pelea.

El clima ya estaba al máximo sin siquiera empezar el partido. Y como Arlo se había defendido, David, que no quería ser menos, también le contestó._ Cuando te animes, hacemos un uno contra uno. Cara a cara. Vos y yo. Ahora jugá contra ellos. _

Polo no dijo nada, pero el resto de los de Herrería respondieron con puteadas y gestos groseros. Era como si David se hubiera transformado en un traidor. A quien no los conociera desde antes, le costaría creer que él y Polo  soliesen ser amigos.

 Con todo listo, todos posicionados, la pelota en el centro, y la sangre de cada jugador hirviendo, comenzó el partido. La concentración era máxima. Se habían olvidado que su objetivo principal al pisar el Campo municipal era otro completamente diferente. Y sin embargo, el orgullo los había citado. Pesaba más el deber de proteger el honor  no solo de un curso, sino también de un compañero. Las chicas podían esperar. Vendrían después. En la mente de los competidores, como trofeo para quienes se alzaran victoriosos.

  El juego estaba en llamas. Casi todos los presentes gozaban de un excelente estado físico. El ritmo era frenético. Corrían sin parar. Remataban con una fuerza bestial que chocaba y era suprimida por los excelentes paradones de los porteros. Aunque estos no eran imbatibles, por lo que las manos comenzaron a arder y ceder, y los goles empezaron a entrar.

Gol de los herreros. Polo se valía de su altura para, con un cabezazo, inaugurar el marcador.

Gol de los constructores. Como no podía ser de otra forma, Dante y su derecha prodigiosa igualaban el encuentro.

Penal para los constructores, que tras una entrada fuerte del portero de los herreros a Giovanni, era cobrada. Quien pateaba era Dante, que no perdonaba y volvía a acertar para dar la ventaja a su equipo. Provocó a sus contrincantes haciéndoles un gesto burlón que dinamitó el partido.

Gol de los herreros. Pero es anulado por una supuesta salida de la pelota del campo. Protestas y peleas. Una vez más, los docentes ausentes. Nadie impedirá lo que va a suceder.

Gol de Arlo. Tres a uno. La agarraba desde mitad de cancha y, con un sprint, pasaba a todos y amagaba al arquero.

Los herreros estaban furiosos. Tras el saque del medio, Ortega recuperaba la pelota, y daba a Arlo una asistencia que lo dejaba mano a mano con el portero. El doblete está cerca. Rebasa al último defensa. Mano a mano con el arquero. Y entonces...

_ ¡Aaaah!_ Un grito desgarrador fue consecuencia de un dolor punzante que se inyectó en el tobillo de Arlo. Sintió cómo unos dientes se hundían en su piel. Un gran peso dobló su pie. Cayó al suelo y comenzó a retorcerse, mientras sus oídos eran víctima de un bombardeo de palabras tan cargadas de odio como el golpe, claramente intencional, que le asestaron en el tobillo.

" ¡Deja de actuar boludo!" "¡No llores marica!" "Dale, bancatela gil"

Pero el que más resonaba era quien estaba detrás suyo, el responsable de que sintiera que el pie se le iba a desprender del cuerpo: Polo.

_ A ver, levantate forro. Dale, levantate._ En su rostro se notaba la satisfacción de la venganza cumplida. Arlo dejó de ver su expresión cuando el agrasor fue sacado del medio por los constructores, que fueron al rescate del lesionado.

Pero por más que lo asistían, no podía pisar. Apoyar el pie le dolía horrores. Al mirar hacia abajo, Arlo vio una enorme bola roja en donde tendría que haber estado su tobillo. De un momento a otro, el ambiente pasó de claro a oscuro, y todos comprendieron que era grave. Al notar que algo andaba mal, David corrió hasta donde yacía Arlo, y al ver su inflamación, sin vacilar, intentó levantarlo. Lo ayudó Giovanni, y entre los dos lo cargaron hasta donde estaba el profesor. Pocas cosas registró Arlo en esos instantes, pues su mente estaba tomada por el dolor y la bronca. Escuchó como todos seguían peleando. Hasta que se alejaron lo suficiente. Entonces, escuchó los insultos de David y Giovanni, que se apagaron con la aparición del profesor, al cual le explicaron la situación.

  Todo era caos. Hasta que Arlo entró en la enfermería, y se hizo el silencio. Pero él seguía en caliente, lleno de ira. La enfermera puso un poco de hielo en su pierna, y Arlo sintió cómo su cuerpo y su mente se enfriaban, apagando así, solo de momento, el fuego que crecía dentro de él.

Capítulos
1 El hombre ideal
2 Tan solo hace falta una chispa
3 El príncipe que no quiso ser rey
4 La verdad de Ema
5 En el limbo
6 Los dos ángeles del placer
7 La quinta
8 El peso de cada decisión
9 El verdugo de Arlo
10 Apogeo
11 Una princesa entre los gladiadores
12 La primera pretendiente
13 En la mira de la serpiente
14 Como agua y aceite
15 Herreros contra constructores
16 Postrado
17 El pabellón del segundo piso
18 Dos veces con la misma piedra
19 Elixir
20 La mujer de la daga
21 Tener el control
22 Las primeras señales
23 Falsos rumores
24 La puerta
25 Jaque Mate
26 La confesión de Kim
27 El sustituto
28 Convertido en lo que juraste destruir
29 El último hombre en la tierra
30 Oler el peligro y huir
31 Dispuesto a todo
32 Punto de partida
33 Un sueño hecho realidad
34 La prueba irrefutable
35 La guarida de investigación
36 Los puntos clave
37 La ley de la manzana en el plato
38 La manzana en la balanza
39 La manzana podrida
40 El reencuentro y las novedades
41 El papelito
42 Dejando entrar al enemigo
43 Un día para celebrar
44 Ni una sola gota
45 Dalias
46 El grupo de la muerte
47 Tiempo de revancha
48 Pies anclados
49 El detonante
50 El complot
51 El próximo gran evento
52 El carrito
53 Un arduo trabajo por delante
54 El del clima nunca acierta
55 Un pequeño detalle
56 Más allá de la reja
57 Entre tres olmos
58 La apuesta
59 Los cuatro días
60 Conexión y desconexión
61 Filo contra filo
62 El indicado
63 Paranoia
64 El peor verano
65 La semilla de la discordia
66 Las reinas
67 No te prives de la diversión
68 La mata y el arbusto
69 El perdón más dañino
70 El mar sanador
71 El comentario de Giovanni
72 La mirada femenina
73 Pendiendo de un hilo
74 Antes de partir
75 A bordo del expreso del viento
76 A paso lento va la caravana
77 Va llegando gente al baile
78 Solo
79 El beso
80 Flor del desprecio
81 Reconciliacion
82 Fruto del despecho
83 El tabú máximo
84 Desaparecido en acción
85 El nacimiento de un nuevo mal
86 Un testigo peligroso
87 La grieta
88 Decime que no es cierto
89 Sin velas ni timón
90 El accidente
91 La última reunión
92 No voy a extrañarlos
93 El impacto de una gota
94 El viajero apunta hacia el Oeste
95 Solo Ella
Capítulos

Updated 95 Episodes

1
El hombre ideal
2
Tan solo hace falta una chispa
3
El príncipe que no quiso ser rey
4
La verdad de Ema
5
En el limbo
6
Los dos ángeles del placer
7
La quinta
8
El peso de cada decisión
9
El verdugo de Arlo
10
Apogeo
11
Una princesa entre los gladiadores
12
La primera pretendiente
13
En la mira de la serpiente
14
Como agua y aceite
15
Herreros contra constructores
16
Postrado
17
El pabellón del segundo piso
18
Dos veces con la misma piedra
19
Elixir
20
La mujer de la daga
21
Tener el control
22
Las primeras señales
23
Falsos rumores
24
La puerta
25
Jaque Mate
26
La confesión de Kim
27
El sustituto
28
Convertido en lo que juraste destruir
29
El último hombre en la tierra
30
Oler el peligro y huir
31
Dispuesto a todo
32
Punto de partida
33
Un sueño hecho realidad
34
La prueba irrefutable
35
La guarida de investigación
36
Los puntos clave
37
La ley de la manzana en el plato
38
La manzana en la balanza
39
La manzana podrida
40
El reencuentro y las novedades
41
El papelito
42
Dejando entrar al enemigo
43
Un día para celebrar
44
Ni una sola gota
45
Dalias
46
El grupo de la muerte
47
Tiempo de revancha
48
Pies anclados
49
El detonante
50
El complot
51
El próximo gran evento
52
El carrito
53
Un arduo trabajo por delante
54
El del clima nunca acierta
55
Un pequeño detalle
56
Más allá de la reja
57
Entre tres olmos
58
La apuesta
59
Los cuatro días
60
Conexión y desconexión
61
Filo contra filo
62
El indicado
63
Paranoia
64
El peor verano
65
La semilla de la discordia
66
Las reinas
67
No te prives de la diversión
68
La mata y el arbusto
69
El perdón más dañino
70
El mar sanador
71
El comentario de Giovanni
72
La mirada femenina
73
Pendiendo de un hilo
74
Antes de partir
75
A bordo del expreso del viento
76
A paso lento va la caravana
77
Va llegando gente al baile
78
Solo
79
El beso
80
Flor del desprecio
81
Reconciliacion
82
Fruto del despecho
83
El tabú máximo
84
Desaparecido en acción
85
El nacimiento de un nuevo mal
86
Un testigo peligroso
87
La grieta
88
Decime que no es cierto
89
Sin velas ni timón
90
El accidente
91
La última reunión
92
No voy a extrañarlos
93
El impacto de una gota
94
El viajero apunta hacia el Oeste
95
Solo Ella

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