Como agua y aceite

En soledad, Arlo volvió caminando hacia su casa luego de un segundo día de clases que, afortunadamente, había sido más tranquilo que el primero. Extrañamente, se sentía bastante cansado. Iba despacio, apreciando la belleza de las casas bajas y de un cielo tan despejado como había estado durante todo el día.

Cuando llegó a su casa cruzó el patio de entrada y abrió la puerta. Desde la cocina llegaba un olor exquisito. Arlo fue para ver que se estaba cocinando, pero encontró una cocina sin señales de uso. Estaba todo limpio, no había ni un plato sucio, ni rastro de alimentos. Notó que el horno estaba encendido, así que se acercó y se agachó, intentando ver qué había dentro. La oscuridad interior y el reflejo del acrílico no le permitían ni siquiera adivinar, así que abrió el horno, cuya puerta soltó un chirrido. En una enorme fuente se cocinaba una tarta de zapallo.

_ Todavía no está. La pusimos hace diez minutos._

Como le pasaba cada vez que escuchaba una voz perteneciente a su pasado, Arlo se emocionó.

_ ¿Mamá? _ Atinó a decir, sin dejar de mirar la tarta. Se había preparado para este momento. Desde su reencarnación no se había encontrado ni una vez con su madre. Había tenido tiempo para asimilar que estaba viviendo una repetición de su vida. Y aun así, se emocionó al escuchar la voz de la mujer que lo había parido.

_ Cerrá antes de que vaya el calor, y vení a saludarme que hace mucho que no te veía. Arlo obedeció, se dio vuelta, y corrió a abrazarla. Ahí estaba, joven, sonriente, rebosante de vida, con su pelo castaño corto, y vestida muy elegante a pesar de ya no estar en el trabajo. Tras un largo abrazo, Arlo dijo: 

_ Cierto, mucho tiempo sin vernos._ Y aunque para su madre probablemente solo habían pasado dos semanas sin ver a su hijo, para él habían sido un par de décadas.

A menudo pensaba que quizás las personas encontraban un poco estupido que Arlo reaccionara de formas tan emocionales al toparse con alguien que veía todos los días, pero eso no le importaba, pues para él eran reencuentros únicos, tan únicos que jamás sería capaz de explicarle al resto todo lo que implicaban.

Angela acarició la cabeza de su hijo con ternura

_ ¿Cómo arrancaste las clases?

_ Bien, tranqui de momento, viste como son los primeros días..._ Mintió Arlo descaradamente, justo en el preciso instante en el que entraba su padre a la cocina. Inevitablemente, Ruben estaba enterado de la pelea en el colegio. Pero conocía a su esposa mejor que nadie y, previendo su reacción, había aceptado ser cómplice de ocultarle todo lo referido al asunto. De la confrontación a Verutti, ninguno sabía nada de momento.

_ ¿Los horarios están buenos? _ Con sutileza, Angela iniciaba su ronda de preguntas, algo que hacía muy frecuentemente cuando pasaba unos días sin ver a Arlo, o en un suceso novedoso como el inicio de clases.

_ Supongo._ Al notar que se iba a poner a interrogar, llevó las manos detrás de la espalda para que no se viera su venda, y rogó porque su madre no notara la cicatriz de su labio.

_ ¿Puedo verlos?

Arlo sacó una carpeta de su mochila, y en la primera hoja se encontraba una fotocopia con la grilla de horarios. Su madre la tomó y la revisó rápidamente.

_ Bueno, mañana fijate si la podes fotocopiar, así la pegamos acá en la cocina.

A pesar de que ya tenía diecisiete años, seguía siendo muy común que su madre quisiera tener control o conocimiento sobre los lugares a los que Arlo iba, o la rutina que manejaba. Pero no era buen momento para reprocharle nada, pues estaba feliz de volver a verla, y quería salir de allí lo más rápido posible para ocuparse de ocultar adecuadamente sus heridas.

_ Dale._ Respondió e intentó salir de la cocina rápidamente. Lo fugaz de cada una de sus respuestas se debía a que no quería que su madre descubra las lastimaduras, pero además, luego del efusivo saludo a su madre, le había empezado a doler mucho el labio, y sentía que su herida estaba a punto de abrirse. Por eso, antes de comenzar a sangrar, buscaba escabullirse. Pero no iba a salirse con la suya tan fácilmente.

_ Un momento señor._ Lo frenó Angela. _ Hace más de dos semanas que no te veo, me saludaste re cariñoso y ahora de repente me hablas así de seco, ¿qué pasa?

_ Nada ma, es que estoy cansado._ Buscó complicidad en su padre, pero este iba y venía entre la cocina y el living completamente despistado, así que no podía recurrir a él.

_ Cierto, tenes carita cansada. _ Antes de que Arlo pudiera hacer algo, la mujer comenzó a mirar en detalle su cara, y entonces, descubrió algo mucho más preocupante de simples signos de cansancio. _ ¡¿Qué te pasó en la boca?!

Arlo supo que ya no había vuelta atrás, nada iba a hacerla olvidar lo que acababa de ver. Era hora de inventarse una buena excusa. Excusa que tenía tiempo de pensar, pues su madre comenzó a revisar la herida con sus dedos, impidiéndole hablar.

Ay hijo, ¡¿cómo te hiciste esto?!_ La tendencia de Angela a exagerar todo lo que le pasara hizo que elevase el tono de su voz, hecho que convocó a Ruben a la cocina, quien en un ataque de lucidez, se convirtió en el salvador de Arlo.

_ Pero che amor, tranquila! no hace falta gritar así. Se lastimó mientras trabajábamos el otro día. Sabes que trabajar en construcción implica cierto riesgo._ Si, ¡lo sé! Pero no puede ser que me entere recién ahora. ¡Y mirá su mano por favor!Descuidar aunque sea por un segundo la posición del cuerpo significaba darle pie a Angela para seguir preocupándose. Eso había hecho Arlo, había relajado la posición de sus manos, y la venda en sus nudillos saltaba a la vista. Por esto, recibió una dura mirada de parte de su padre, que ahora tendría que dar más explicaciones.

_ ¡Pelota te hiciste la mano! _ Suspiró Angelica con angustia. Bueno, mañana entonces va a ser mejor que no vayas a Educación Física, así te recuperás.

Eso sí que no podía permitirlo. Había intentado no discutirle nada a su madre, pero la expectativa porque llegara el viernes había ido en aumento toda la semana, y no pensaba faltar por una herida menor.

_ ¡Pero no me pasó nada! Solo me golpeé un poco la mano. Estoy bien para ir mañana.

_ Vos pensás que estás bien, pero mira si mañana te volves a golpear y termina siendo peor.

_ No me va a pasar nada ma, enserio. A parte necesito ir para distenderme un poco, y cerrar la semana haciendo deporte con mis amigos.Exponía sus argumentos de manera seria y Angela los escuchaba con preocupación, y buscando motivos para sostener la prohibición. Pero, contrastando con lo dramático que parecía el ambiente, Ruben soltó una carcajada. Su esposa e hijo lo miraron atónitos.

_ Pero dejalo ir amor, no ves que quiere ir a hacerse el lindo con las chicas.

A veces le sorprendía lo rápido que su padre le sacaba la ficha. No iba a negarlo, porque era completamente cierto, pero tampoco iba a darle la razón. Así que prefirió dejar que su madre hablara._ ¿Pero qué decís Rubén?

_ Y si, el pibe ya está grande. Y se pasa toda la semana metido en esa escuela con olor a huevo. El viernes es el único día donde se cruza con chicas. Quiere ir a hacerse el lindo, ¡¡dejalo!!

De repente Angela parecía haber entrado en razón, porque ni siquiera le preguntó a Arlo si lo que decía su padre era cierto, simplemente lo asumió. Con expresión conformista, dio su consentimiento._ Bueno, pero porfa tratá de no excederte, hacé ejercicio tranquilo.

_ Si no sudás mucho mejor, mas limpito para las minas.

_ No le digas así, como si fuese a ir detrás de todas. Seguro ya tiene una en mente, ¿no?

_ ¡Pero no! Escuchame hijo, vos andá y mira lo que surge, no te enganches con ninguna todavía, sos muy joven.

_ No le metas esas ideas, ¿que tiene de malo que esté con una sola chica?En el debate de sus padres Arlo vio el fiel reflejo de la disputa entre Amor y Tentación de la cual había sido testigo en el limbo. No quería participar en algo similar nuevamente, así que se excusó para poder irse.

_ Bueno, voy a ver si me saco esta venda.

_ Ah si, para que te doy una de mis cremas para que te pongas. _ Angelica ya se disponía a salir de la cocina, pero Arlo la detuvo.

_ Gracias ma, pero ya tengo esta._ dijo mostrándole el ungüento que le había dado su compañera.

_ Que raro vos con esas cosas encima. ¿De donde lo sacaste?

_ Me lo dió una compañera.

_ ¿Quién?

_ Agustina.

_ ¡Ah si! Esa chica es divina. Yo a la madre le suelo comprar. Una chica como ella haría una linda pareja con vos.

_ Pero para de asfixiarlo amor. Deja que se curta, y después, si quiere, se pondrá de novio.

Nuevamente, sus padres comenzaron a exponer sus argumentos, pero esta vez Arlo no se quedó para escucharlos. Lo que sí pudo oír unos minutos más tarde desde el baño, fue la risa de ambos, que habían pasado de discutir, a divertirse con quien sabe que cosas. Eso era lo que siempre le había encantado de sus padres. Ambos eran completamente distintos, como agua y aceite, y aún así hacían una pareja increíble.

Con una risa contagiada por ellos, se aplicó con cuidado la crema en la mano, intentando curar una herida que, al día siguiente, estaría lejos de ser la más grave.

Capítulos
1 El hombre ideal
2 Tan solo hace falta una chispa
3 El príncipe que no quiso ser rey
4 La verdad de Ema
5 En el limbo
6 Los dos ángeles del placer
7 La quinta
8 El peso de cada decisión
9 El verdugo de Arlo
10 Apogeo
11 Una princesa entre los gladiadores
12 La primera pretendiente
13 En la mira de la serpiente
14 Como agua y aceite
15 Herreros contra constructores
16 Postrado
17 El pabellón del segundo piso
18 Dos veces con la misma piedra
19 Elixir
20 La mujer de la daga
21 Tener el control
22 Las primeras señales
23 Falsos rumores
24 La puerta
25 Jaque Mate
26 La confesión de Kim
27 El sustituto
28 Convertido en lo que juraste destruir
29 El último hombre en la tierra
30 Oler el peligro y huir
31 Dispuesto a todo
32 Punto de partida
33 Un sueño hecho realidad
34 La prueba irrefutable
35 La guarida de investigación
36 Los puntos clave
37 La ley de la manzana en el plato
38 La manzana en la balanza
39 La manzana podrida
40 El reencuentro y las novedades
41 El papelito
42 Dejando entrar al enemigo
43 Un día para celebrar
44 Ni una sola gota
45 Dalias
46 El grupo de la muerte
47 Tiempo de revancha
48 Pies anclados
49 El detonante
50 El complot
51 El próximo gran evento
52 El carrito
53 Un arduo trabajo por delante
54 El del clima nunca acierta
55 Un pequeño detalle
56 Más allá de la reja
57 Entre tres olmos
58 La apuesta
59 Los cuatro días
60 Conexión y desconexión
61 Filo contra filo
62 El indicado
63 Paranoia
64 El peor verano
65 La semilla de la discordia
66 Las reinas
67 No te prives de la diversión
68 La mata y el arbusto
69 El perdón más dañino
70 El mar sanador
71 El comentario de Giovanni
72 La mirada femenina
73 Pendiendo de un hilo
74 Antes de partir
75 A bordo del expreso del viento
76 A paso lento va la caravana
77 Va llegando gente al baile
78 Solo
79 El beso
80 Flor del desprecio
81 Reconciliacion
82 Fruto del despecho
83 El tabú máximo
84 Desaparecido en acción
85 El nacimiento de un nuevo mal
86 Un testigo peligroso
87 La grieta
88 Decime que no es cierto
89 Sin velas ni timón
90 El accidente
91 La última reunión
92 No voy a extrañarlos
93 El impacto de una gota
94 El viajero apunta hacia el Oeste
95 Solo Ella
Capítulos

Updated 95 Episodes

1
El hombre ideal
2
Tan solo hace falta una chispa
3
El príncipe que no quiso ser rey
4
La verdad de Ema
5
En el limbo
6
Los dos ángeles del placer
7
La quinta
8
El peso de cada decisión
9
El verdugo de Arlo
10
Apogeo
11
Una princesa entre los gladiadores
12
La primera pretendiente
13
En la mira de la serpiente
14
Como agua y aceite
15
Herreros contra constructores
16
Postrado
17
El pabellón del segundo piso
18
Dos veces con la misma piedra
19
Elixir
20
La mujer de la daga
21
Tener el control
22
Las primeras señales
23
Falsos rumores
24
La puerta
25
Jaque Mate
26
La confesión de Kim
27
El sustituto
28
Convertido en lo que juraste destruir
29
El último hombre en la tierra
30
Oler el peligro y huir
31
Dispuesto a todo
32
Punto de partida
33
Un sueño hecho realidad
34
La prueba irrefutable
35
La guarida de investigación
36
Los puntos clave
37
La ley de la manzana en el plato
38
La manzana en la balanza
39
La manzana podrida
40
El reencuentro y las novedades
41
El papelito
42
Dejando entrar al enemigo
43
Un día para celebrar
44
Ni una sola gota
45
Dalias
46
El grupo de la muerte
47
Tiempo de revancha
48
Pies anclados
49
El detonante
50
El complot
51
El próximo gran evento
52
El carrito
53
Un arduo trabajo por delante
54
El del clima nunca acierta
55
Un pequeño detalle
56
Más allá de la reja
57
Entre tres olmos
58
La apuesta
59
Los cuatro días
60
Conexión y desconexión
61
Filo contra filo
62
El indicado
63
Paranoia
64
El peor verano
65
La semilla de la discordia
66
Las reinas
67
No te prives de la diversión
68
La mata y el arbusto
69
El perdón más dañino
70
El mar sanador
71
El comentario de Giovanni
72
La mirada femenina
73
Pendiendo de un hilo
74
Antes de partir
75
A bordo del expreso del viento
76
A paso lento va la caravana
77
Va llegando gente al baile
78
Solo
79
El beso
80
Flor del desprecio
81
Reconciliacion
82
Fruto del despecho
83
El tabú máximo
84
Desaparecido en acción
85
El nacimiento de un nuevo mal
86
Un testigo peligroso
87
La grieta
88
Decime que no es cierto
89
Sin velas ni timón
90
El accidente
91
La última reunión
92
No voy a extrañarlos
93
El impacto de una gota
94
El viajero apunta hacia el Oeste
95
Solo Ella

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