Era el último día de febrero. Al verano le quedaba menos de un mes, y luego tendría que dar paso al ambiguo otoño. Y como si el clima de Costa Ocelotes fuera consciente de ello, regalaba a los habitantes del pueblo días calurosos y despejados.
En la entrada del colegio Técnico N° 1, tres chicos se resguardaban a la sombra de un árbol mientras bebían una gaseosa helada. Se iban pasando la botella y la tomaban de a sorbos pequeños para hacerla durar. Dos de ellos hablaban muy animados contándole algo al tercero, que se apoyaba sobre un poste de luz.
_ ... si, ya se que eran amigos, pero te juro que se pelearon. Parece que Polo estuvo con la hermana de David.
_ Algo ya se sabía._ Acotó el otro. _ Ayer simplemente lo sacaron completamente a la luz. Pero eso no es lo mejor. De repente un pibe de construcciones, no me sé el nombre, se metió en la pelea, ¡y trompeó a Polo!
_ ¿A polo? No te creo, si es uno de los más grandotes del curso.
_ ¡Es verdad! Tampoco podía creerlo. Pero lo tiró al piso.
_ ¡Dos veces! _ Agregó el otro narrador, refiriéndose al primer intento de separar a los peleadores.
_ ¿La única vez que falto un primer día y pasa todo esto? Que mierda _ Exclamó indignado el chico del poste, y dio un sorbo a la gaseosa para consolarse.
_ ¡Mira Mati, ahí viene! Ese, el de remera azul. Ese le pegó a Polo.
Los tres chismosos guardaron silencio y miraron con disimulo hacia la esquina, por donde se acercaba caminando Arlo. Su aspecto era intimidante. Tenía una remera ajustada al cuerpo, jeans sueltos y zapatillas desgastadas. Los nudillos de su mano izquierda estaban cubiertos con una venda. Estando cerca, se podía ver su labio con un corte cicatrizado. Sin dejar de mirar hacia adelante, llegó hasta la entrada del colegio y cruzó sus puertas sin notar a los tres chicos, que seguían observando en silencio. Cuando Arlo desapareció, retomaron la charla, y no se callaron hasta que apareció, por la esquina opuesta, David. Hicieron entonces lo mismo, y la misma respuesta obtuvieron por parte del observado: indiferencia total. Convencidos de que la estrategia del disimulo les funcionaba, repitieron el procedimiento cuando vieron llegar a Polo. Pero este se percató de que lo observaban, y los apuró con un brusco "¡¿Que miran loco?!". Entonces, negaron con la cabeza y entraron rápidamente al colegio.
Arlo había llegado nuevamente temprano, pero esta vez para evitar un tumulto de gente que probablemente querría hablarle sobre la pelea. Estaba resguardandose del sol y los curiosos en un rincón del patio, cuando vió que David se acercaba.
_ Eeeh te hiciste pelota la mano, ¿estás bien?_ Preguntó el recién llegado
_ Si, que se yó._ Estaba enojado, y más de mal humor se puso cuando vio que su amigo parecía estar impecable, sin una sola herida visible. Solo él había sufrido la consecuencias de la pelea. Pero lo que mas le molestaba era que David le había ocultado que estaba peleado con Polo.
_ Decime una cosa: ayer durante el primer recreo, cuando estuviste rato largo contándome que "tal" de nuestro colegio se había chapado a "una fulana de tal"del Santa María, ¿no te pareció importante mencionar el hecho de que te peleaste con nuestro grupo de amigos?
_ Mí grupo de amigos querrás decir..._ dijo enfatizando en el "Mí", como si eso cambiara algo.
_ Son tus amigos desde antes, pero yo también me juntaba con ellos.
_ Como digas. Igual si te dije.
_ No, no me dijiste.
_ ¡Que si! En un momento te dije "yo ya no me junto con Polo, El Gato, Tino ni Valen" Y como no me diste bola en eso, pensé que te chupaba un huevo y seguí con otras cosas.
Ahora que se lo decía, tenía un vago recuerdo de haberlo escuchado decir eso. En parte, era culpa de su falta de memoria por no acordarse los nombres del grupo, pero por otro lado, ¿Quién anuncia una pelea con sus grandes amistades con tal simpleza?
_ Y bueno... pero... pensé que estabas boludeando, me lo dijiste re así nomás.
_ ¿Y cómo querés que te lo diga? ¿llorando?
_ No boludo, pero yo que sé, contarme un poco más el contexto, todavía no entiendo muy bien qué pasó.
_ Yo creo que está muy claro. Ese abusador se cogió a mi hermana. ¿Qué otros motivos necesito para enojarme? Si querés también nos podemos agarrar de que, desde que cogió por primera vez, es un insoportable que se cree el mas poronga, y se piensa que es el líder del grupo.
_ ¿Pero le hizo algo a tu hermana? Ella estaba borracha o...
_ ¡Tiene catorce años pelotudo! Es una nena. Borracha o no, no sabía lo que hacía. Y este sin códigos se la estuvo chamuyando todo el verano, porque si no, no la pone ni en remojo.
_ Para, no me insultes, que yo acabo de llegar y estoy tratando de entender.
_ Veo que te cuesta bastante. Mucho músculo nuevo pero poco cerebro.
_ ¿Qué te pasa imbécil? No fui a ponerme lindo en el gimnasio. Estuve laburando todo el verano, ¿sabes lo que es eso?
Comenzaron a empujarse mientras seguían insultándose, pero de repente, David indicó que pararan. Cuando Arlo dejó de mirarlo, vio que Agustina, su compañera, se acercaba caminando._ ¿Vendrá a hablar con nosotros? _ Preguntó David, que no estaba muy familiarizado con la chica.
_ No sé, pero por las dudas dejemos de pelotudear.
Con pasos cortos, Agustina se acercó hasta donde estaban los dos amigos discutiendo, y saludó gentilmente a Arlo, ignorando por completo a David._ Hola Arlo, ¿cómo estás?
Arlo sentía cierta lástima por lo que había sufrido el día anterior, y a pesar de que había logrado ayudarla, seguía sintiéndose responsable, por lo que intentó suprimir sus sentimientos de enojo provocados por la reciente pelea.
_ Todo bien Agus, ¿vos cómo andás?
_ Bien, bien._ Tras su corta respuesta, no dijo nada más y miró para otro lado. Por unos segundos nadie habló. Arlo no entendía que sucedía, y David había sido excluido de la conversación desde el inicio. Finalmente, muerta de vergüenza, la chica retomó la palabra.
_ Quería decirte gracias por lo de ayer. Me puse muy nerviosa y vos te super arriesgaste.
_ No, de nada. Tenemos que ayudarnos entre todos. Más con un profesor como Verutti.
_ Si, es verdad._ Volvió a guardar silencio, pero aún no se iba. Era como si antes de decir cada palabra hiciera una gran reflexión interna. _ Bueno y... me enteré de la pelea.
A continuación, comenzó a revolver su enorme mochila, hasta que sacó un pote de vidrio muy lindo. Contenía una especie de ungüento verde. _ Mi mamá me dio esto. Es una crema para poner en zonas golpeadas. Aplicalo con cuidado y se te va a ir el dolor.
_ Ay gracias agus, pero en serio no hace falta.
_ Por favor aceptalo. Es mi forma de agradecerte._ Y extendió su mano invitándolo a agarrar el pote.
_ Bueno, muchas gracias. Agradecele a tu vieja también.
_ Dale. Bueno, nos vemos.
_ En un rato. _ Dijo Arlo, refiriéndose a que se encontrarían nuevamente en el aula, y le lanzó una sonrisa cómplice. Tras esto, Agustina se puso colorada, se dio vuelta y se fue con prisa.
Cuando ya estaba a una distancia pertinente, David, olvidándose por completo de la acalorada discusión que mantenían antes de la llegada de Agustina, le dio unas palmadas en la espalda._ ¡La tenes enamorada! Segundo día y ya andas rompiendo corazones. ¡Imaginate lo que va a ser mañana!
_ Nada que ver boludo._ Dijo Arlo mientras le sacaba la mano de su espalda. _ Solo me está agradeciendo. _
_ Amigo, ¿vos viste como te miraba? Pero bueno, si no te importa, ¿puedo usar el regalito de tu chica? Me viene al pelo.
_ No es mi chica. Y además, ¿para qué necesitas la crema? No tenes ningún golpe.
Pero entonces David se levantó la remera, y Arlo vió en su abdomen un enorme moretón._ Auch, no sabía.
_ Si, no se ve, pero duele. Bueno ¿me lo prestás entonces o no?
Arlo le extendió el pote sin dejar de mirar con impresión el enorme hematoma.
_ Gracias._ Comenzó a esparcirse la crema cuidadosamente, dando espasmos por el dolor cada vez que hacía demasiada presión sobre la herida. _ Che, perdón por putearte recién._
Con la disculpa de su amigo, Arlo finalmente pudo empezar a conversar tranquilo.
_ Tranqui, perdón por gritarte también. Pero en serio, tenes que controlarte. No puede ser que te enojes tanto cada vez que alguien dice algo sobre tu hermana. Mirá cómo terminó todo ayer._
_ Si, ya se. Pero bueno, vos la conoces hace bastante. Los chicos hace más todavía. Saben que tuvo sus momentos de crisis. Sufrió mucho. Estuvo muy mal. No quiero que cuando recién sale de un pozo la hagan mierda emocionalmente y se meta en otro._
_ Lo sé. Y habla muy bien de vos que te preocupes tanto por ella. Pero haciendo que te caguen a trompadas no vas a ayudarla.
_ Si, tenes razón._ David miró al cielo unos segundos, hasta que buscó cambiar el rumbo de la conversación. _ Así que ahora tenés novia médica. Te va a venir bien, porque esta venda te la pusiste para el culo. _ dijo señalando el precario vendaje de Arlo.
Arlo rió y empujó a su amigo, esta vez sin malas intenciones. _ ¿Vas a joder todo el día con eso? ¿Y encima te metés con mi perfecto vendaje?
_ Y si, es obvio que lo hiciste vos. Le hubieses pedido ayuda a tu vieja.
_ Ni en pedo. Por suerte mi vieja volvió a casa tarde ayer. Ni me la crucé. Se llega a enterar que estuve en una pelea y se muere._
Entre risas, ni Arlo ni David cayeron en la cuenta de que ya se les estaba haciendo tarde para entrar a sus respectivas clases, y tampoco se percataron de que, desde una de las aulas del segundo piso, una chica los observaba muy atentamente por la ventana mientras sonreía.
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