La Cruz de Fernando.

Fernando se dedicó desde ese día a buscar en viajes semanales a Londrina, a Bella Oliva.

Recorrió cada hospital público y sanatorio de la localidad en busca de Bella. Recorrió asilos, guarderías, casas de reposos, salas de primeros auxilios.

Tomaba un día por mes de su ajetreado trabajo en su empresa constructora para buscar a esta mujer.

Si alguien le hubiera preguntado a Fernando porque la buscaba , él seguramente no sabría que responder.

Solo necesitaba encontrarla. Pero su búsqueda fue inútil, no pudo dar con ella.

A este tema se le sumó un gran problema a Fernando Rocca. Ese problema del que él nunca fue responsable ni siquiera tenía idea del mismo, le explotó un día en la cara.

Y todo fue por dos mujeres de su vida , su madre y su infiel esposa Marina muerta trágicamente.

Ruben Cabal , ahora elegido por la unidad policial de Verona como investigador de "Casos no resueltos,"fue en su época de secundaria uno de los tantos amantes de Marina.

Hacia el amor con ella a escondidas, porque él era un chico humilde, un simple becario, en esa escuela.. Ella , una chica de sociedad tenía su novio formal, Fernando Rocca , con el cual se iba a casar.

Y eso lo dejo bien claro al enamorado Rubén.

Pero Marina era una chica muy pero muy pervertida.

No solo tenía relaciones con Rubén en su propio dormitorio después de hacerle escalar la ventana de su hermosa mansión, mientras pedía a su padre que ayude con trabajo extra al pobre becario, sino que además, tenía encuentros muy calientes con el profesor de Gimnasia de la preparatoria.

Y por supuesto con el playboy Fernando, cada vez que salía con él a esas ruidosas y divertidas fiestas de niños ricos.

Rubén Cabal terminó la preparatoria y entró a la academia de policía del estado.

Era el único lugar gratuito donde podía crecer profesionalmente, y eso hizo.

Allí se enteró que el amor de su vida , Marina Cuevas se casó con Fernando Rocca. Y el odio a ese galán que había embarazado a su maravillosa y sufrida Marina se profundizó y creció inmensamente.

Ese hombre algún día le pagaría , pensó para sus adentros.

Mucho después se enteró que Marina tenía un hijo varón , era infeliz y engañada por su marido.

Ella misma le contó una vez en la estación de policía , donde la habían retenido por manejar en estado de ebriedad.

El agente de policía Cabal logró sacarle del problema y ella se lo agradeció en el coche policial haciéndole una mamada que hace años no tenía.

Y luego ella pasó un fin de semana con él , mientras al niño le cuidaba su abuela. Fue el fin de semana de su vida. Hicieron el amor todo el tiempo sin salir del humilde hotel donde Rubén había podido hospedarse.

Su amor por ella volvió furioso pero sabía que una Cuevas no se casaba con un humilde agente de policía. Debía crecer económicamente para que ella se separe de su marido y se case con él. Y él se esforzó.

Hacía horas extras, estudiaba las carreras de Criminalística y Pericias forenses cada maldita noche cuando llegaba cansado del trabajo. Guardaba cada centavo que le sobraba para poder costearse sus capacitaciones extras.

Y entonces se enteró de la muerte de Marina Cuevas ahora Marina Rocca en un accidente automovilístico. Lloró mucho por el amor de su vida pero siguió adelante con su carrera.

Ahora doce Años después de esa tragedia aún no se había casado.

Era el jefe de la División de Investigación de casos no resueltos.

Aún seguía fiel a la chica que falleció con un antiguo profesor de Gimnasia de la escuela que según rumores era un amigo gay de Marina.

Ganaba un sueldo excelente, tenía un hermoso departamento, auto y varios agentes a su cargo.

Lo primero que hizo en el departamento fue digitalizar todos los innumerables archivos de muertes por accidentes o por criminalidad.

Y en esa tarea se topó de lleno con una carpeta sobre el accidente de Marina y el profesor de gimnasia. Levantó cada foto tomada del siniestro y verificó las amarillas hojas de la autopsia.

Vió que los niveles de alcohol en la sangre de Marina no eran tan altos ese día.

Y entonces vio una foto del auto volcado. Eran muchas. Pero su ojo experto solo se fue a una en particular. Agrandó la foto hasta notar claramente el cinto del freno dañado de manera extraña.

Y supo que allí había habido manipulación humana.

Su cuerpo se encendió de agitación , la única manera de corroborar su teoría era conseguir los restos de ese vehículo en los múltiples cementerios de autos siniestrados que tenía la policía.

Y para eso recurrió a Ania. Ania era una agente morena muy bonita y muy capaz. Estaba loca por su jefe pero él no le daba ni la hora. Así que hacer algo por él era realmente un cielo para ella.

Anía trabajó en el horario de trabajo y fuera del horario, recorrió por más de una semana a diario , miles de montañas de vehículos rotos y no perdió la esperanza de encontrar ese tesoro para su jefe. Y finalmente un día lo encontró.

Hizo remolcar el auto al laboratorio policial. Y se lo presento a su apuesto jefe quien la abrazó y le dió un maravilloso beso en la mejilla.

Rubén Cuevas verificó con mucha gente experimentada del laboratorio forense lo que había vislumbrado en la foto.

Sacó nuevas fotos y explicó su hallazgo. De inmediato armó una nueva carpeta del hecho ya no carátulado como accidente sino como probable homicidio.

A esto se sumó el hecho de averiguar fehacientemente que el profesor no era gay, sino heterosexual activo.

Y la conclusión rápida y generalmente exacta es que el culpable del homicidio de una mujer infiel es el esposo celoso.

Entonces con satisfacción pero aún con mucha cautela , su mirada se dirigió al criminal responsable , el marido de Marina Cueva, Fernando Rocca.

Armó el caso contra Fernando ayudado por un letrado de la policía.

Caso armado convenció al fiscal de oficio. Y así fue que Fernando Rocca ese año, en que el hijo de Marina tenía 16 y su hija Marbella 11, fue formalmente acusado de ser un criminal homicida.

Y todos sabemos que Fernando había cometido muchos errores en su vida pero nunca había matado ni una mosca.

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