Martin Rocca.

Martin caminaba apresurado por las calles de Londrina. Había terminado el año escolar con notas muy bajas en áreas críticas para su padre: física, matemática y Geometría.

Ahora debía quedarse un poco más en esa ciudad y trabajar con su maestro particular esas disciplinas problemáticas. Su padre Fernando , quería que al terminar la secundaria, estudie ingeniería o administración de empresas. Él , amaba el deporte.

Su abuelo era el único que lo incentivaba.

Siempre tuvo una relación muy especial con su abuelo. Fue su refugio en su niñez con un padre abandonico, una madre muerta y una abuela rígida e intratable.

En realidad su abuela nunca lo amó. Una vez , siendo aún pequeño le escuchó decir que él no era hijo biológico de su padre.

Su abuela murió trágicamente en un accidente en la misma carretera y en la misma curva que se había accidentado su madre.

De su madre recordaba poco. Recordaba sus peleas continuas con su papá, por las mujeres con las cuales él salía en esos tiempos.

Cuando su madre murió sus abuelos lo cuidaban. Y fue en esa época que una chica llamada Bella Oliva , lo salvó a él, de un accidente fatal.

Bella era enfermera, su papá pagó para la cirugía de Bella en su rostro lastimado por el accidente. Incluso la llevó a su casa para cuidarlo mientras ella estaba reponiéndose de sus heridas y gracias a ella pudo salir del cuidado de su abuela.

Esa fue la única época hermosa en su infancia. Bella fue por poco tiempo una madre para él. Luego Bella se marchó. Él estaba convencido que su abuela la echo de su casa. Porque cuando llegó del parque donde había ido con su abuelo, Bella ya no estaba.

Supo que su padre le buscó mucho. Pero después vino el accidente de su abuela y las cosas cambiaron. Su padre por fin fue un verdadero padre para él.

Contrato una chica gordita y amable para que lo cuidara. Se llamaba Pascuala. Él le decía Pascu. Pascu cocinaba muy bien. No tan rico como Bella pero era muy amable y risueña. Quizás por eso su papá , dejo todas sus salidas y mujeres y finalmente se casó con ella.

Él estaba feliz con el casamiento de su padre. Pascu no era bonita pero siempre fue muy cariñosa y amable. De hecho, Pascu seguía siendo igual.

Cuando él viajaba de Londrina a Verona y llevaba su maleta repleta de ropa sucia Pascu le esperaba en su casa con miles de postres en la heladera. Se encargaba de su ropa olorosa y la lavaba y planchaba muy bien ella misma.

Pascu trajo una paz que había empezado a tener con Bella en su hogar y que se rompió cuando ella se fue.

Su abuelo le había dicho a su padre:

_ Te casarás con Pascuala? No puedo creerlo. Siempre fuiste un Don Juan y esa chica humilde no parece tu ideal de mujer en absoluto.

_Mis prioridades cambiaron papá. Pascuala quiere y atiende a Martín. Será una buena madre. No me importa su físico ni su estatus social. Solo me importa mi hijo y mi trabajo. Quiero tener otro hijo para que sea el hermano o hermana de Martín. -

Pero los hijos nunca llegaron. Su madrastra tenía problemas con sus óvulos y su obesidad no ayudaba.

El ahora que era adulto, ya tenía dieciséis años, intentaba que Pascu haga ejercicios cuando en vacaciones iba a su casa. Pero Pascu no le hacía caso. Le encantaba comer y leer novelas de amor o mirar telenovelas.

Cocinaba muy rico. Siempre ensayaba nuevos platos para él y su padre y siempre estaba feliz.

Ahora, él tenía otras prioridades. Superar esas malditas materias y luego cuando termine la preparatoria hacer Administración de empresas y anotarse en el equipo de la universidad en deportes. Sabía que sería buen deportista. Las chicas de la preparatoria adoraban sus brazos y sus pectorales.

Martin corrió por las veredas hasta llegar a la boca del subte. Londrina estaba llena de gente bullendo a esa hora y él ya estaba llegando tarde a la casa de su profesor. Bajó las escaleras de tres en tres y arribó a la plataforma colmada del subte.

Había un mundo de gente esperando y sabía que si no se apuraba perdería ese también. Un hombre apurado como él , le piso las zapatillas.

Martin Rocca molesto se agachó a limpiar con la mano la gran mancha marrón que quedó como una fea estampa sobre sus tenis blanco. El subte había llegado y trató de empujar a unas personas un poco para llegar a la puerta pero fue un esfuerzo infructuoso.

La puerta del subterráneo se cerró y fue ahí, cuando la vió.

Era Bella! Era ella.

¡Bella!! Gritó con todas las fuerzas.

Pero el subte se puso en marcha y emprendió rápido otra vez su viaje. Martín quedó pensativo.

Justo estaba recordándola cuando la vió después de tantos años en el subterráneo de Londrina.

Tomó el siguiente y mientras viajaba recordó la mágica tortilla de Bella. Parecía verla romper los huevos en una bolsita de Nylon y luego sacar una a una las cáscaras. "Lo que está roto, puede convertirse en algo hermoso" , repetía mientras trabajaba.

Martin sonreía mientras viajaba. Recordar a Bella lo hacía feliz. Fue una parte de su infancia muy hermosa. Esa mujer le salvó la vida. Y aparentemente vivía en Londrina dónde él estudiaba.

Martin se dijo que la buscaría por la ciudad. Ella era enfermera así que en algún hospital de Londrina trabajaría. Si llegaba a encontrarla su padre y su abuelo quedarían muy felices.

En otra parte de la ciudad de Londrina , Bella Torres bajaba del subterráneo hacia la imprenta de su esposo.

Tenía mucho trabajo esa mañana. No solo revisar la producción de libros nuevos de la editorial, sino también comprar el uniforme de Marbella para su nuevo y exclusivo colegio.

Su hija ya entraba a primer año de la preparatoria. Carlitos estaba en quinto de la primaria. Sara no andaba muy bien con sus achaques de la edad y su esposo, bueno, su esposo era el mejor hombre, amante y amigo que cualquier mujer soñaría tener.

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