Desayuno

En el marquesado los padres de Elena no querían que se fuera, pero Elena les promete visitarlos más seguido.

Bruno también está triste pero se calma al saber que volverá.

-Hija cuídate, esta es tu casa y de Bruno, cuando el Duque no este por semanas pueden venir.

-Je, je, je, no había pensado en eso, si hago eso estaremos aquí todo el año y solo iremos de visita al ducado 😅😅

-Tu esposo ya se despidió esta afuera esperando

Bruno sale corriendo en dirección al carruaje, pasa el pasillo, hasta ver el carruaje, Elena viene detrás de él con sus padres, cuando Bruno va corriendo en dirección donde estaba su padre, pero lo pasa de largo y llega con Angelo quien ya

Tenía los brazos abiertos para abrazarlo y cargarlo, él era alto igual que el Duque.

Acto que no paso desapercibido por el Duque, por un momento pensó que Bruno corría en dirección a él, intento abrir sus brazos pero el niño pasó de largo, ignorando a su padre.

-Angelo puedo ir contigo en tu caballo, quiero que me lleves.

-No, mi joven maestro, es peligroso eres muy pequeño aun, debes ir dentro del carruaje con tu mamá.

-Está bien 🥺, pero recuerda que me has prometido enseñarme a montar cuando esté más grande, comeré mucho para crecer grande y fuerte como tú.

Dante solo los miraba y dentro de él algo dolió, no recuerda haber cargado a Bruno, no tiene ningún recuerdo con el cómo para que su hijo salga así corriendo a sus brazos, lo ha cuidado como prometió no le ha faltado nada, pero en realidad eso es correcto, el cómo noble siempre le dijeron que tenía que trabajar para que a su familia no le haga falta nada, pero entonces porque siente celos de Ángelo, Bruno siente admiración por él y no por su padre.

-*Su padre soy yo él tiene que estar a mi lado*

Bruno ven aquí, sube al carruaje.

Elena se terminó de despedir de sus padres y fue con Bruno, que justo llegó cuando el Duque le indica que suba al carruaje.

-Duque no le hables así, lo asustas, ven Bruno el capitán estará en el caballo protegiendo el carruaje, como cuando llegamos te acuerdas.

-Siiii, mamá cuando sea grande quiero ser como él.

-Si lo serás, serás un caballero alto y muy guapo como el capitán.

Dijo Elena subiendo al carruaje.

-Él será como yo, será un Duque, él es mi heredero.

Le contesto El Duque quien se veía molesto pero también subió al carruaje.

El capitán sintió la tensión entre los Duques así que ordenó avanzar, llevando el caballo del Duque, ya que él se subió al carruaje y primero decía que iría a caballo

-Duque pensé que viajaría en el caballo.

-Acaso no puedo acompañarlos.

-No me refería a eso.

Para Elena y Bruno el viaje fue largo, el Duque venía serio y ellos solo platicaban del paisaje, por el aburrimiento se quedaron dormidos, Bruno se recostó en las piernas de Elena.

Para cuando por fin llegaron, ambos estaban profundamente dormidos, el capitán abrió la puerta.

-oh vaya están dormidos, señor quiere que me lleve a Bruno.

-No, yo lo llevo.

-Entonces despierto a la Duquesa.

El Duque entró en un dilema no quería despertar a ambos pero tampoco lo podía cargar a los dos.

-Quiere que lleve a la señora entonces?

-No, mejor lleva a Bruno.

Así Angelo entro a la mansión cargando a Bruno y lo llevo hasta su habitación. El Duque dudaba en cargar a Elena pero terminó por hacerlo porque no se despertaba.

Al llevarla en brazos los sirvientes de la mansión se sorprendieron, era la primera vez que el Duque la cargaba.

Dante solo veía su rostro que estaba en su pecho, sentía su respiración y su aroma.

-*Ella siempre se ha visto así, pero por qué su aroma es diferente, sentir su calor, despierta sensaciones que no sé que son*

Al llegar a la habitación la recostó, en su cama, por un momento no quiso soltarla, lo hizo solo porque Ruth entró al cuarto, así que él salió y en el pasillo se encontró con Ángelo quien también venía de dejar a Bruno en su cuarto, se despidieron ambos y se fueron.

En las mañanas el duque se levanta muy temprano, está ocasión el comedor estaba muy solo.

-Esteban, Falta el plato de mi esposa.

-Este... disculpe señor, la señora dijo que usted desayuna muy temprano, prefiere desayunar más tarde con el joven maestro.

-Que? 😧, por qué?

-No sabría decirle señor, me dijo que le diera el nuevo horario.

Dante, tomo el horario y lo leyó con atención, pero no quedo convencido, así que sin pensarlo subió al cuarto de Elena pensando que estaba despierta y que eso lo hacía ella para molestarlo, cosa que no era verdad, Elena estaba profundamente dormida, Dante abrió la puerta sin tocar, pero vio todo oscuro incluso tropezó con una silla.

-Elena, Elena despierta, Elena...

-Queee Ruth es muy temprano quiero seguir durmiendo 😩 😴

ya dije que no bajaría a desayunar con ese hombre, quien desayuna a las 7 de la mañana.

Soy muy hermosa para tener ojeras.

-No soy Ruth, pero ya entendí que realmente no quieres desayunar conmigo.

-haaaaa

Con la sorpresa, Elena de un brinco se despertó y se sentó en la cama.

Solo que el atuendo que lleva no es una de las batas largas de algodón, con la que suelen dormir las damas, para Elena esas batas eran muy incómodas y le picaban.

Dante no dejaba de verla, nunca la había visto así, cuando le tocaba compartir habitación siempre lleva una bata larga, en su primer matrimonio solamente se veían en la noche con la luz apagada y también ella usaba ese tipo de batas, ella se quedaba quieta, para que Dante cumpliera con su deber marital, viendo a Elena somnolienta algo dentro de él se encendía, se veía bonita con eso puesto, su cabello todo desordenado y su blusa poniendo casi al descubierto su pecho, no podía hablar se quedó mudo, solo se cubrió el rostro y giro la mirada.

Cuando Elena reacciono le boto una almohada a Dante.

-Que haces aquí, salte por qué entras a mi cuarto sin mi permiso.

Elena al hacer eso hizo que él se molestará, ella lo estaba corriendo de su cuarto cuando anteriormente ella había entrado un par de veces al suyo.

Dante sin pensarlo detuvo una almohada más, tomo las manos de Elena la tumbo en la cama, para no seguir recibiendo más almohadas.

-Elena te recuerdo que eres mi esposa, no tengo que pedir permiso para estar en tu cuarto.

-Que haces, suéltame no creo que seas un canalla, además no sientes nada por mí, por favor vete.

-Sabes que no se necesita eso, bien puedo cerrar esa puerta y nadie dirá nada.

-Bueno en eso tienes razón pero yo no quiero, tal vez no me creas pero lo digo en serio, por favor no, 😟😥🥺

Dante la soltó porque realmente ella estaba diciendo la verdad, su rostro no era de pena o de resignación como su difunta esposa, ella solo giraba la cara, se quedaba en silencio y cuando terminaba, se quedaba llorando en silencio, Elena no giro la cara en ningún momento pero no dejaba de verlo con sus ojos verdes y tenía los ojos cristalinos, estaba a punto de llorar. Lo que lo hizo reaccionar.

-Discúlpame, solamente me molesto que me lanzaras las almohadas, no volverá a pasar, no entraré sin tu permiso, después hablamos.

Dante salió corriendo y se encerró en su despacho.

-Haa maldición que acaba de pasar, verla así me sacudió el corazón, rayos debo calmarme.

-Dios que fue eso, ahora si se pasó, jamás había entrado a esta habitación y ahora de la nada entra, debo aceptar que tiene buen cuerpo, alto y guapo, su perfume, naaaa maldita abstinencia más le vale que no lo haga otra vez, capas pierdo mi voluntad y la que le pone seguro a la puerta seré yo.

No Elena tu puedes, tu puedes, será difícil pero vamos si podemos 😁😆

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