Capítulo 4. “Duque, si digo que quiero dejar el palacio, ¿ podrías ayudarme?”

Días después fue el torneo de caza organizando por el emperador.

Todo se llevó acabo sobre ruedas hasta el suntuosos banquete.

Al cual todos los nobles asistieron, incluso el duque Sentoren.

Constantemente se servían alcohol y alimentos extravagantes mientras los músicos interpretaban canciones y los nobles bailaban.

Algunos participantes en la cacería dedicaron cantos al rey para alabar su éxito durante el día.

El duque Sentoren, que observaba el banquete a su alrededor con indiferencia, abandonó brevemente el salón para respirar aire fresco.

No había mucho que le interesara.

“Un montón de monos, haciendo un espectáculo”.

Después caminar un rato por el jardin pensó en regresar al salón de banquetes para sufrir todas esas miradas ardientes sobre él sería demasiado molesto.

Además, había otra razón por la que no podía irse todavía:

Había una sombra sospechosa que lo había estado siguiendo durante horas. Un oponente desconocido que irritó sus nervios.

Girando ligeramente sobre sus talones frente a la entrada del jardín, miró con furia las sombra oscura que lo asechaba a su alrededor. "Tu chica. No te escondas. Muéstrate."

Antes, Arieta los había seguido en silencio cuando salió fuera del salón de banquetes.

Todo el cuerpo de Arieta se estremeció al ser descubierto.

Arieta agonizaba por sus opciones. La única opción que tenía ahora era encontrarse con él Duque directamente.

Su mente estaba completamente en blanco

A pesar de su determinación de cambiar su destino, el mero sonido de su voz la hizo temblar y vacilar.

"Creo que te dije que no siguieras escondiéndote". Se escuchó la voz con algo de impaciencia y enojo.

'¿ Realmente me atraparon? ' Le costaba creer que el duque hubiera descubierto su presencia.

Con la espalda lo más recta posible, se enfrentó a Duque . Fue solo en este momento que sintió que los comienzos de la coherencia volvían a ella.

'Tengo miedo.' Por alguna razón en este momento Arieta parecía conocer el miedo.

El duque pareció ver a través de ella.

No creo que este hombre sea un mago. Estoy seguro de que es sólo un ser humano. ¿Entonces por qué?'

Preguntó con voz fría Artur: "¿Por qué me perseguiste ?".

"Y-yo solo queria verlo".

Artur le creyo algunas mujeres se enamoraron de el pero solo se atrevieron a verlo a lo lejos por que era mayor su miedo asi ami, con una sonrisa volvió a interrogarla: “¿Quién eres?”.

Arieta respondió de inmediato.

"La dama de honor de la princesa Ann".

"¿Cómo te llamas?"

"Arieta".

Dar su nombre fue un error obvio. Duque Sentoren inmediatamente se volvió cínico.

"Nunca he oído hablar de ese nombre".

“……” Arieta no sabía que contestar este hombre tenía una lengua afilada.

Un hombre de salvaje belleza, lo contrario de los elegantes nobles de la corte.

Arieta que por lo general era indiferente a los hombres, se sintió instintivamente atraída por él.

El anillo colgante de su cuello se calentó. Su corazón comenzó a latir incontrolablemente. Parecía haberse enamorado de este hombre en un instante .

'¡Cálmate, vuelve a tus sentidos!'

Incluso si hubiera regresado al tiempo debido a la reliquia familiar y la herramienta mágica, nada cambiaría. Artur. El hecho importante era que este encuentro no podía cambiar su futuro.

Pensando que no tenía nada que ganar, Arieta decidió renunciar. Pero este hombre era demasiado bueno para Marianne.

“Querido duque, felicidades por tu matrimonio con la princesa Ann”.

La vergüenza brilló en el rostro de Artur.

"¿Casamiento? La princesa aún no ha llegado a la mayoría de edad. ¿Qué matrimonio?.

“El rey quiere el matrimonio, por lo que sucederá pronto. Incluso si el resultado es una catástrofe, el rey seguirá adelante”.

"¿Una catástrofe?"

Repitió, pero eso fue todo.

Arieta tuvo el presentimiento de que el hombre que tenía delante no soñaba con un matrimonio feliz con la princesa.

Arieta estaba más segura ahora.

'Este hombre no fue una variable para cambiar mi futuro'.

Él no tenía nada que ver con la magia o su destino.

Nunca debí haberlo conocido .

Al pensar en ello, Ariet se desanimó. Incluso si Ann es promiscua, se casarían, independientemente de su odio por él. Ante ese pensamiento, Arieta envidió a Ann de la nada.

'¿Por qué la princesa Ann lo tenía todo cuando no lo quería?' En este momento, Arieta estaba codiciosa por un hombre que no podía tener, recordó su vida como Arieta Walker, sus padres la casaron con un hombre que no amaba y ese hombre murió miserablemente, al final la culparon por un crimen que no cometió y fue sentencia a muerte, tal vez el dios del destino tenía razón y los destinos estaban escritos y ella no estaba destinada a la felicidad.

"¿Hay algo que quieras de mí, Madame Arieta?" La voz de Artur la saco de su estupor

Arieta miró a Artur.

Una amarga sonrisa cruzó su rostro. Se armó de valor y volvió a pregunto.

“Duque, si digo que quiero dejar el palacio, ¿ podrías ayudarme?”

Después de una larga vacilación, abrió la boca.

"Eso no está bajo mi autoridad".

Incluso si él la ayudara, no había razón para hacerlo.

Este apuesto joven duque la hizo sentir como una niña frágil. Arieta quería tener un dulce sueño con Artur.

¿Se sentiría así si se enamorara a primera vista?.

¿Cómo sería ser pareja con él? ¿Y si ella lo besara?.

“……”

Frente a Arieta, estaba Artur.

Alguien que ella nunca podría tener. Pero la única persona que la hizo soñar en sus dos vidas.

Arieta fue presa de un extraño impulso y se acercó a él.

Se inclinó hacia adelante y besó a Artur en sus labios.

Sus labios rozaron suavemente los de él.

El momento se sintió como una eternidad. Un momento dulce, dulce .

Se apresuró a bajar y dejó escapar una risita.

Ella no tenía intención de seducirlo. Fue solo un beso de agradecimiento.

"Gracias."

“¿…….?” El duque estaba en estado se shock.

“Fue solo por un momento, pero gracias por dejarme soñar”. Dijo Arieta con tristeza.

"¿Qué quieres decir?", Artur volvió en sí y la miró con duda, nunca se había encontrado en una situación tan extraña, ni al borde la muerte, su expresión nunca cambia.

Cuando vio al duque confundido, retrocedió aún más, como si estuviera tratando de escapar.

"Quiero que seas feliz. Es un deseo sincero”. Le dijo Arieta deseándole la felicidad que tal vez ella nunca pudiera alcanzar en su corazón se disculpo de Black, del dios del destino y de Arieta William.

Arieta recogió los zapatos que había dejado y salió.

Arieta borró al duque de su cabeza. Ella agonizaba sobre cómo podría sobrevivir en el palacio.

Sin saber que un beso juguetón con el duque cambiaría toda su vida, el dios del destino estaba saltando en una pata mientras aplaudía y rápidamente envio una carta a Black, donde le decía que se preperara para ser su esclavo por 1,000 años, ambos habían echo una apuesta Black aposto que moriri cuando se cumpliera el plazo y el aposto que Arieta viviría una vida larga y feliz , una persona tan terca no se dejaría vencer tan fácilmente.

Los ojos de Artur estaban fijos en la espalda de la mujer que se marchaba.

Tocó suavemente sus labios que habían rozado los labios de la mujer. Ella se había ido cuando él levantó la vista de nuevo.

"Que ridículo."

En ese momento, Artur escuchó una voz que lo llamaba .

"Duque, ¿dónde estás?"

"Mich, estoy aqui".

Artur se encontró mirando a Michelle, su escolta, que se le acercó. Mich preguntó, confundida: "¿Quién era esa mujer ?".

“Madam Arieta ”.

¿Era Madame Arieta realmente la dama de honor de Ann?

No olía al desagradable perfume que usaban la mayoría de las mujeres nobles. Más bien, el aroma que se adhería a ella era el del bosque refrescante, lo que lo fascinó por lo que dijo.

“Duque, si digo que quiero dejar el palacio, ¿ podrías ayudarme?”.

Sus palabras aún estaban en sus oídos. Alto, miembros delgados, cara blanca pálida. Una mujer de apariencia modesta sin accesorios ni maquillaje.

Al contrario, ¿por qué se sentía atractiva?

Artur se volvió y le preguntó a Mich: "¿Has oído hablar de Madam Arieta ?"

"Creo que he oído hablar de ella, ¿por qué?"

Mich inclinó la cabeza.

Artur reflexionó sobre las misteriosas palabras que dijo Madame Arieta, por que se acerco a el y le pidió ayuda.

“Averigua qué está haciendo Ann. Descubre todos los rumores en el palacio.

"Comprendido."

Artur miró hacia el cielo. La luna roja como la sangre era prominente .

El cálido toque de Arieta aún persistía en sus labios.

Entonces, una posibilidad se le vino a la mente.