Capítulo 18

Ya era otro día. La pareja estaba desayunando en el balcón de la habitación de Darcy. Fueron muchas emociones las que vivieron el día anterior, por lo que disfrutan del aire fresco de la mañana. Las sirvientas antes que de Charlotte se levantara, el príncipe las manó a llamar para que armaran todo lo que necesitaran para comer tranquilos y poder conversar a gusto. Ese detalle se le hizo muy tierno a la albina.

—Hay que idear un plan para que Elliot no cumpla con sus caprichos.

Ella asiente. Ahora que tienen una oportunidad de ser felices juntos, hay un impedimento, pero eso no logrará separarlos, al menos eso es lo que no quieren.

—Deberíamos atacar, mientras antes terminemos con esto, mejor— La albina niega ante la idea del rubio— ¿Por qué?

—Tenemos que ser más estratégicos. Es probable que ahora mismo esté enojado porque su plan original no le resultó, así que debemos seguir haciéndolo enojar para que cometa errores muy notorios. Eso nos permitirá reunir pruebas y terminar con eso.

El príncipe no lo había pensado de esa manera, pero le da la razón. Nunca le transmitió buenas vibras desde que eran pequeños. Su sonrisa nunca fue sincera. Sin embargo, nadie le creía, hasta empezaron a sospechar que él por avaricia quería a su primo lejos para que no peligrara su título de heredero al trono, algo que encuentra absurdo, no le interesa ser o no el próximo emperador de Gamta. Él suspira y la peliblanca se ríe, algo que contagia al rubio y le sigue la corriente.

—Cuando todo esto termine, quiero que seas oficialmente mi prometida.

Abre los ojos, sorprendida por aquella declaración. Se sonroja. ¿Cómo podía cambiar de tema tan fácilmente? Estaban hablando sobre situaciones malas y ahora sale con eso. El rubio esperaba una respuesta ante lo que dijo, lo que hace que la peliblanca se avergüenza de más. Ella asiente y él se emociona.

—Pero lo veremos más adelante. Por ahora hay que preocuparnos de una rata que ronda por el lugar.

El príncipe le toma la mano que tenía la peliblanca encima de la mesa. Los corazones de ambos estaba latiendo muy rápido. A pesar de que ya han tenido demostraciones de afecto, se siguen poniendo nerviosos por el acercamiento del otro. Terminan de comer y salen de la habitación. Ambos toman rumbos distintos, Charlotte va con la emperatriz y Darcy a trabajar en su oficina.

En la habitación donde se hospeda Elliot, tenía desordenado el sitio. Libros, pociones, todo estaba en el suelo y el rojizo estaba mirando el techo. Ya había ideado otro plan, pero si falla tendrá que hacer lo que estaba destinado. Llama desde su sombra con una lengua antigua para tomar forma de un ser humano sin cuerpo.

—¿Dónde están?

—La chica albina está con la emperatriz y el príncipe en su oficina.

Él sonríe maliciosamente, ya sabe qué hará en el día. Se arregla un poco y sale de su habitación.

Charlotte y Elizabeth estaban conversando en una banca en el jardín principal, cuando llega Cassandra con el uniforme de la guardia real, algo que pone orgullosa a su madre.

—Vine a acompañarlas.

Comienza una fluida conversación cuando llega Elliot al sitio, mirando la situación con enojo. Se suponía que su prima debería también estar muerta y no ahí compartiendo con ellas. También observa a la emperatriz y el rastro de la maldición es nulo. Trata de relajarse respirando profundamente y va donde estaban las tres mujeres riéndose.

—Buenos días, tía, prima y señorita Bennett— Hace una reverencia— Espero que esté mejor de su desmayo, estuve preocupado, ya que eso sucedió después de que mi tía nos presentara.

Para la albina, se le hizo muy falsa esa preocupación que trató de decir, por el hecho de que sus ojos no dicen lo mismo, es más, tiene una burla escondida.

—Ahora está todo bien, muchas gracias por su preocupación. Solo fue cansancio.

Si él puede fingir, ella también podía. La emperatriz nota el ambiente tenso y cambia de conversación.

—Charlotte, mi niña, estabas comentando que pronto piensan empezar con los preparativos de la ceremonia de presentación para que el imperio te conozca y sepa que mi hijo ya está comprometido contigo.

Capta la indirecta que le lanzaba la emperatriz a la albina, algo que capta enseguida. La única manera de sacar a relucir su verdadero ser, es sacarlo de quicio y eso quiere hacer. Además, se divertirá un poco.

—Tiene toda la razón, Mis padres también vendrá y estoy emocionada. Nunca creí que conocería a alguien como su hijo y me hace muy feliz estar al lado de él.

La sonrisa se le va del rostro del Elliot, algo que trata de disimular, pero que no pasa desapercibido por la joven Bennett. Tiene que sacar a luz sus intenciones de querer separarlos, puesto que solo vio los recuerdos desde la perspectiva de la antigua Charlotte. Hasta ahora solamente puede decir que se pueda tratar de celos hacia su primo y su deseo de poder.

—No sabía eso, señorita Bennett. No pensé que su relación con mi primo es seria.

Comentario pasivo agresivo, algo que hace sonreír a la albina. Quería responder a sus dichos cuando alguien más se adelanta.

—Es obvio que va en serio. Mi hermano se crio con buenos valores de nuestros padres y lo único que le importa de una señorita es su forma de ser y no por su poder.

Cassandra tomó la delantera y respondió con mucha firmeza. Sorprendió a la peliblanca, la hace suponer que ella sabe más de lo que cuenta y le preguntará más adelante, sin que esté la presencia de aquel joven presente. Quizás ella los pueda ayudar con su estrategia, aunque parece que no necesita de ser informada, ya que logró decir algo que hirió el orgullo de Elliot. El muchacho quería seguir hablando, pero no supo qué responder, sentía que fue atacado por la persona que él consideraba menos peligrosa para sus planes, pero parece que tendrá que mover algunas piezas del ajedrez.

Las tres mujeres siguieron conversando, haciendo que el rojizo se sienta aislado por parte de ellas. Charlotte sentía que de a poco estaba saliendo de sus casillas y pareciese que pronto empezará a cometer errores, por lo que debe aprovechar la oportunidad cuando se den las cosas.

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