Capítulo 14

Se quedaron a conversar un poco antes de despedirse, ya que el tiene deberes que realizar y ella seguir con el tratamiento para la emperatriz. Charlotte llega a la habitación y ya la esperaba Elizabeth, significa que ya terminó la sesión con Scott y Anna. Se saludan. Mientras la peliblanca está con su magia, conversan un poco sobre lo sucedido con la castaña.

—Ya falta poco para que pueda estar completamente sana su majestad.

Queda solamente el rastro de la maldición que ya mañana puede sacarla finalmente. La rubia está muy feliz por la noticia que le acaba de dar.

— Muchas gracias por todo lo que estás haciendo. De verdad que no tenía esperanza si podría sobrevivir.

Toma sus manos cuando termina el procedimiento y su mirada refleja que sus palabras son sinceras hacia Charlotte. Sabe que esta oportunidad que le dieron no fue por nada, ha podido salvar la vida de las personas que realmente no lo merecen. Por la muerte de la emperatriz, tenía como consecuencia la muerte del emperador y posteriormente la muerte de su hijo Darcy. Lo que sí en su mente no recuerda la mención de su hermana menos Cassandra, quizás también murió antes del comienzo de la historia. Estaba contenta de poder ser alguien que pueda ayudar a los demás y, en especial, con los poderes que le dieron.

—No es necesario que me lo agradezca. Hago todo lo posible para que pueda estar completamente bien y pueda disfrutar su vida hasta la vejez.

La emperatriz sonríe. La sinceridad de las palabras de la peliblanca hacen notar que lo hace de corazón y no por avaricia, cuesta poco encontrar a personas como ella, en especial en la sociedad que viven.

—También estoy contenta que mi hijo pudo encontrar a alguien que lo complementa y lo ayude. Ustedes hacen una linda pareja y nosotros no nos oponemos a su unión, al igual que mi hija, estamos de tu lado y los apoyaremos.

La abraza, algo que a Charlotte deja un poco perpleja, pero corresponde a los segundos. Esa calidez que transmite la rubia la hace sentir en paz, no es muy diferente a cuando abraza a Darcy, pero es un amor distinto, en ella siente un amor maternal, algo que ya lo ha vivido dos veces en este lugar. Se separan un poco y siguen conversando hasta que llega el tema de Anna, la emperatriz le comenta lo que sucedió posterior a que la pareja se haya retirado del salón.

—Esa niña sí que no sabe de la vida, pareciese que tuviera una mentalidad de una pequeña niña que cree que todo es color de rosas. Seguía diciendo que no tenía idea sobre la ley cuando hasta el mago que está a cargo de su formación debió informarle, al igual que su familia. Así que mandamos a llamar a todos ellos para saber los motivos del cual aquella jovencita no sabía sobre cómo se maneja un imperio tan grande como el nuestro.

Charlotte se quedó pensando un poco. No tendrá otra opción más que hablar con ella, quizás pueda averiguar sobre su personalidad y si es alguien peligrosa.

—No se preocupe su majestad, no considero que sea alguien mala. Darcy y yo investigaremos y trataremos de hablar con ella con más calma.

—Tienes razón— Suspira cansada de lo que tuvo que pasar con aquella joven— Dejemos eso de lado, tomemos algo y después podemos pasear por los jardines.

Asiente la peliblanca y siguen conversando sobre distintos temas, hablar con la emperatriz se le ha hecho sencillo comunicarse con la emperatriz y tienen pensamientos en común.

En otro lado, estaba Darcy leyendo una información que le entrego su ayudante, pelo y ojos azules, su nombre es Matthew. Es la sombra del príncipe, por lo que sabe todo lo que sucede a su alrededor.

—Así que… Todo lo que dijo esa joven es verdad.

Aquello que leía era los antecedentes de Anna Cooper. Quería asegurarse que su historial estuviese en orden y era así. Ahora sí que se tranquiliza, pero de todas formas no piensa despegar los ojos de ella, no confía plenamente en sus intenciones y no quiere arriesgar la vida de su familia ni menos de la peliblanca. Su mirada refleja frialdad en sus ojos rojizos.

—No quiten los ojos de encima. Está con mi primo y hay que confirmar sus intenciones con él.

—A su orden, alteza.

Desaparece el azulado en segundos del lugar, dejando al rubio en su oficina reflexionando en la situación. Por ahora, lo principal es encontrar la persona que hizo la maldición a su madre, dejaré en segundo plano a la situación de la castaña. Ya estaba recopilando datos para saber la identidad de aquella persona, debe ser alguien con acceso al palacio, algo que le explicó la peliblanca es que debe al menos tener algo de la pertenencia de aquella persona que se le lanzará la maldición o no funcionará. Los únicos que pueden entrar al palacio son los nobles cuando hacen las juntas semanales para comentar al emperador sobre lo que han hecho en sus territorios y los magos imperiales que vienen una vez al mes a rendir información de los avances que se hacen, si hay nuevos registros e investigaciones con previa autorización de la familia real.

“Espero que tengas las gallas para estar en mi presencial, maldito bastardo. No te perdonaré que hayas querido asesinar a mi madre con algo tan bajo. Me encargaré de matarte yo mismo, no sin antes hacerte sufrir”.

La lista ya disminuyó un poco de los sospechosos, cada persona lo están vigilando para encontrar algún indicio de sospecha para empezar a indagar en profundidad algunos trapos sueltos. Esta situación lo aprovechará para quitar de su camina algunas ratas que se quieren pasar de listo, pero el rubio se ha dado cuenta de que hay rastros de corrupción y fraude, algo que no es aceptado. Se le presentó en el mejor momento y no dejará que los que hacen maldades salgan impunes.

Las cosas empezarán a cambiar en todo el imperio desde ahora en adelante…

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