¡Quiero verlo!

En cuanto la palabras de Sebastian retumbaron en los oídos de Azalia, ella cerró los ojos, se reclino en el respaldo de la silla donde estaba sentada, dio un gran suspiro, sus dedos se doblaron hasta que su puño quedo fuertemente cerrado inclusive sus manos comenzaron a cambiar de color por la fuerza aplicada, sus uñas se clavaron en sus palmas, rompieron la piel e iniciaron a sangrar un poco, todo su cuerpo temblaba de ira.

Era como si estuviera tratando de reunir toda su fuerza para el momento de dar una respuesta. Sebastián con pasos sigilosos se acercó a ella, cerrando la puerta tras de sí.

Azalia poco a poco abrió los ojos, aflojo la fuerza de sus puños, la sangre comenzó a escurrir en un delgado hilo de ambas manos, dio un último y profundo suspiro, era como si de repente su cuerpo perdiera fuerza.

Se quedó en la silla como mirando al infinito. Abrió la boca para articular palabra, cuando… en ese momento una de la mucamas toco la puerta de forma insistente.

Azalia no dijo nada, Sebastián la observaba con cuidado, veía cada gesto, cada reacción de su rostro.

Él ya sabía la respuesta antes de que ella la dijera, su actitud lo decía todo.

Tock tock tock. . .

Sebastian giro la cabeza con un gesto de irritación, fue a atender la puerta, la mucama con una cara avergonzada; por la expresión de Sebastián adivino que interrumpió algo importante.

Su voz se ahogó por un minuto, pero al ver la expresión cada vez más irritada de Sebastián tomo todo el valor que podía tener en el momento

-S-Señor y-ya encontraron. . .

Azalia desde la silla, en cuanto escucho las palabras tartamudeantes de la mucama se levando a toda prisa, se paró junto a Sebastián, abrió más la puerta, con voz urgente le dijo a la mujer frente a ella

-Termina de hablar, por dios mujer… ¿a quién encontraron?

La mucama titubeante miro a Sebastián, para saber si podía seguir hablando o tenía que guardar silencio.

Sebastián, entendió la expresión de la mujer, solo pregunto

-¿Vvivos o muertos?

La mucama bajo la cabeza con una voz apenas audible dijo

-Ningún sobreviviente Señor

Azalia cayó sobre sus rodillas, se puso pálida como el papel, no lo podía creer. Se negaba a creer que las palabras de esa mujer fueran ciertas.

Estaba en el piso frío, sus lágrimas comenzaron a brotar, inició como un llanto silencioso pero llego a ser un llanto realmente desesperado.

Sebastián se puso en cuclillas y le paso el brazo por la espalda, como tratando de reconfortarla de ese inmenso dolor que de ella emanaba.

Azalia no reacciono, no intento quitarle el brazo, al contrario, se giró en su dirección y comenzó a llorar sobre su pecho.

Sebastián estaba sorprendido, pensó que ella lo culparía, que tendría tanta furia y enojo que se lanzaría a golpes a cualquiera que tuviera enfrente.

Pero la reacción fue totalmente la contraria, su voluntad se doblego; hacia unos minutos atrás Azalia era como una pantera en reposo que estaba reuniendo su fuerza para luchar y ahora el dolor se llevó esa aura imponente.

Se convirtió en un animal herido de un minuto a otro.

 Sebastián que era un hombre que ha visto tantas cosas; sufrimiento de hombres, mujeres y hasta niños; todos suplicando piedad, ninguno de ellos despertó un gramo de simpatía en él, pero Azalia era diferente, ¿por qué? Simplemente porque los otros que vio ante sus pies, ellos eran débiles, y solo sabían llorar y suplicar, pero Azalia era fuerte y para que tuviera ese llanto amargo significaba que realmente su corazón y el espíritu rotos.

Ella había pasado por mucho para estar con Dario, no podía creer que no lo vería más, que no volvería a estar entre sus brazos, no podía con tanto dolor.

Por qué no pudo ser feliz, por qué todo se había perdido. Por qué fue un amor imposible…

 Acaso es su karma de otra vida.

Sebastián se incorporó cargo a Azalia que permanecía en el piso frío, por la transparencia de la delgada bata se le notaba su piel erizada.

La llevo a la cama, la cubrió y se recostó a su lado, le acariciaba la espalda, con ánimo de consuelo.

Azalia perdió la cabeza por un momento, su mente fue a meses atrás cuando conoció a Dario, se acercó a Sebastián y lo beso en los labios, Sebastián se quedó sin poder reaccionar.

Con los ojos muy abiertos veía el rostro de Azalia tan cerca del suyo, de sus ojos cerrados aun brotaban lágrimas.

Sebastián correspondió el beso y ese beso llevo a más; besos y caricias una tras otra, eran amargos pero placenteros.

De repente Azalia reaccionó, se dio cuenta de que esas manos que la acariciaban no eran las de Dario, ni el sabor de esos besos, mucho menos el aroma de esa piel.

Abrió los ojos y rápidamente se separó de Sebastián.

Se levantó de la cama, ya no tenía nada de ropa encima, se enredó una sábana y se puso de pie dejos de él.

Lo miro con esa ya conocida mirada de furia.

-¡Quiero verlo! ¡Si realmente murió quiero verlo con mis propios ojos!

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Comments

Patricia Guzman Ceja

Patricia Guzman Ceja

espero también no haya muerto para que tanta lucha si al final no iba a estar con el?

2023-11-06

0

Noemi Lovegood

Noemi Lovegood

no lo creo por favor que no haiga muerto 😭😭🥵

2023-02-25

1

Lesly Argumelo

Lesly Argumelo

no puedo creer que Dario este muerto

2022-11-16

0

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