Desparecido

Azalia iba al lado de Carmen, juntas caminaron unas cuantas cuadras más adelante. Hasta que Carmen se detuvo y abrió una puerta de un edificio igual de viejo y en malas condiciones como en el que vivía Dario.

La invito a pasar, cuando estuvieron dentro le ofreció algo de beber y de comer, pues se le notaba que no había comido nada en todo el día.

Azalia estaba tan ansiosa que no quería comer, sin embargo su estómago comenzó a hacer ruidos. Comió un poco de la comida que Carmen ofreció, bebió un poco de agua y con mirada expectante le pregunto

-¿Dónde está Dario?

Carmen, la miro, con su rostro triste,

-No lo sabemos, nadie sabe dónde está o si continua con vida. Después de que te fuiste él estuvo por unos meses en la cárcel, y ahí su salud se vio afectada, los guardias de la prisión son realmente sanguinarios; lo lastimaron mucho.

Cuando por fin se esclareció que no te había secuestrado lo trasladaron a un hospital, pero tardo en recuperarse, después de que su salud mejoró, tuvo un tiempo de rehabilitación, había perdido parte de la movilidad de sus pierna, se esforzó mucho para recuperarse, la paso realmente mal, algunos amigos y vecinos lo visitábamos, pero se negaba a ver a cualquier persona; adelgazó mucho, su rostro se veía triste y demacrado

Ambas mujeres estaban llorando,  Azalia tenía un nudo en la garganta. No podía decir nada, su dolor se lo impedía.

Carmen continuo su relato,

-"Cuando Dario estuvo mejor, se enteró de que te habías casado con tu novio, él estaba realmente triste; pero tu amiga vino a verlo, estaba tan deprimido que no quería salir de casa.

Ella… Sofía, me busco en el hotel y me pregunto por Dario; ese día espero hasta que termine mi turno y vino conmigo. Ella platico con Dario por un par de horas, le dijo que tú te viste forzada a casarte para que lo liberaran y le dieran atención médica, que tu matrimonio era una farsa.

No sé si tú la mandaste pero ella parecía decir la verdad. Yo estuve presente cuando le dijo eso. Porque Dario estaba tan enfadado que estuvo a punto de abofetearla en cuanto la vio”

Al siguiente día él por fin salió de su reclusión, comenzó a trabajar en un bar, junto un poco de dinero y fue donde los coyotes, estaba decidió a ir por ti, pero se fue hace una semana, la tormenta llego y desde entonces no sabemos nada de él.

Azalia trataba de asimilar el relato de Carmen, si Dario había naufragado… si él había muerto, seria por su culpa, el esfuerzo de estos 10 meses no había significado nada, el esfuerzo y enorme dolor que Dario había sufrido, sería nada, si él estaba muerto.

Comenzó a llorar de forma alterada, no se podía calmar, pasaron unas cuantas horas hasta que Azalia se quedó sin fuerza, estaba en el piso en posición fetal, el cansancio y el dolor la vencieron, se quedó profundamente dormida.

Por la mañana, Carmen la despertó

-Azalia me tengo que ir a trabajar, si quieres algo de comer o lavarte, lo puedes hacer con absoluta libertad, cuando regrese de trabajar te acompaño al lugar donde está el coyote que hizo trato con Dario

Azalia reacciono, tomo su bolsa

-No es necesario, también tengo cosas que hacer, te busco en la tarde en el hotel

Azalia salio junto con Carmen, una se dirigió a la zona turística, mientras la otra fue la casa de Dario, tomo la llave oculta y abrió, todo ese lugar tenía el dulce aroma del hombre que ama, inhaló profundo esa fragancia que tanto extrañaba.

En la mesa había unos papeles, cuando se a cerco vio que eran varios dibujos de ella, al parecer Dario los realizo, él seguía pensando en ella a pesar de todo, puso su vida en peligro por ella, una y otra vez.

Se sintió tan culpable…

Fue a la alacena vio una botella de ron, la tomo, fue a la cama donde habían compartido besos y caricias.

Comenzó a beber  hasta que la botella quedo completamente vacía, adormeció sus emociones para poder continuar con lo que tenía que hacer. Después se dio un baño, salió de la casa, fue al aeropuerto a recoger su maleta.

El día había llegado a su fin y cuando Carmen termino su turno ahí estaba Azalia esperándola.

Ambas mujeres se dirigieron a una de las peores zonas de la Isla, Azalia como medio de precautorio, solicito a un par de hombres que las siguieran a cierta distancia.

Cuando llegaron al lugar determinado, pidieron entrevistarse con Julian, el coyote que trasportaría a Dario junto con otras diez personas afuera de la Isla.

El lugar era realmente peligroso, en especial para un par de mujeres jóvenes y atractivas.

Algunos hombres las escoltaron, al fondo de una casona estaba una oficina, entre muros derruidos estaba un hombre de unos 35 a 40 años aproximadamente, moreno, alto y fuerte, llevaba una camisa tipo guayabera de lino blanco y un pantalón negro.

-Señoritas, ¿me están buscando?- dijo con voz serena.

-Señor, mi nombre es Azalia y vengo para exigir información de Dario, una de las personas que trasladaría a Miami

-Jovencita, no estás en posición de “exigir” nada, sabes frente a quien estas- dijo Julian mientras tenía una expresión de burla.

Azalia, con una mirada que destellaba cierta maldad acaricio con nerviosismo el objeto frío que llevaba en el interior de su bolso.

-No estoy dispuesta a gastar tiempo y saliva en hablar contigo- en ese momento saco un revolver y apunto a Julian

Se dibujó una sonrisa retadora en el rostro de aquel hombre

-¿Eres estúpida o qué? Con un movimiento de mi mano, tú y tu amiga estarán muertas

Azalia no estaba dispuesta a retroceder en su demanda. Y con ojos que destellaban seguridad, apretó el gatillo, la bala salió disparada rompiendo el vaso que Julian sostenía en la mano derecha, la sangre comenzó a escurrir.

-¡Maldita perra!

Grito Julian, haciendo un movimiento con la mano indicándole a sus guardias que capturaran esas dos mujeres que lo habían atacado.

Pero nada paso, Julian quedo estupefacto, donde estaban sus guardias, en su mirada comenzaba a reflejarse el miedo a ser asesinado.

-Crees que soy una mujer estúpida, tus guardias están seguramente con más de un hueso roto en el patio de la casa, si quieres comprobarlo vamos con gusto te acompaño.

Mientras Azalia indicaba el camino que había que seguir y le apuntaba a Julian con el arma, no se dio cuenta de que uno de los hombres de Julian se acercó por atrás y le dio un golpe en la nuca, ella comenzó a sentirse mareada y sus piernas flaquerón, un líquido tibio comenzó a escurrir mientras caía al piso…

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