Cena

Capítulo 4: Cena

ANTONIO

Salí del hotel, llegué a la mansión donde vivía, atendí algunos asuntos del trabajo, y luego me acosté, esperando que el día pasara tan rápido como pueda para terminar con mi matrimonio y así ver la cara de Emilia cuando se dé cuenta de que en realidad era yo quien estaba con ella la noche anterior. Al día siguiente me levanté temprano como siempre, y empecé a alistarme para ir a mi boda, recibo una llamada telefónica, era de Jimena, la mujer a quien amo, y le digo que no podré verla por algunos días, pues después de la boda me iría de luna de miel, me exigió que no la engañara, que no le fuera infiel y se lo prometí, tampoco era que quería estar con Emilia, ella no me provocaba ni los buenos días, aunque era hermosísima.

Estaba frente al altar, cuando escuché la música que anunciaba que la novia había llegado. Volteé para ver a Emilia y se veía radiante, a excepción de que no estaba muy feliz, lo cual me hacía sentir bien, pues sabía que ella tampoco quería este matrimonio. La recepción se llevó a cabo con mucho éxito y sabía que al día siguiente todas las revistas y periódicos del país estarían hablando de nuestra boda, pues éramos personas importantes en nuestro medio. Ya en el avión fui claro con ella y acepto todas mis condiciones y yo acepté las de ella, y supe que nos llevaríamos muy bien.

UN AÑO Y ONCE MESES DESPUÉS.

EMILIA

Solo faltaba un mes para que terminara este matrimonio, he trabajado durante todo este tiempo en la empresa de mi padre, soy la directora de proyectos allí y me siento muy bien con mi vida. Con Antonio me llevo bien, aunque aún no hay amor ni hijos, por lo menos de parte de él, pues yo me encariñe con él hace tiempo, pero él no se ha dado cuenta y tampoco quiero decirle, ya que hemos firmado un acuerdo de divorcio tiempo atrás. Él ha seguido viendo a Jimena, su novia o mejor dicho, su amante; yo, por el contario, me he dedicado a trabajar y emprender un nuevo proyecto en mi vida y es una empresa. Llamo a Antonio para recordarle que lo estaré esperando para cenar y él dice que estará ahí en cuanto termine, algo urgente, no me quiero imaginar que es, pues escucho la voz de Jimena a través del celular, y cuelgo inmediatamente, no quiero interrumpir nada de los que estén haciendo.

Llega la hora de la cena y ahí está Antonio justo a tiempo, reímos y hablamos un poco de todo.

ANTONIO: Cuando todo esto termine, ¿Qué harás?

EMILIA: Inauguraré mi empresa, me independizaré de mis padres y abriré una sucursal en otro país, quiero crecer y que el mundo me conozca no por mi apellido sino por mi trabajo.

ANTONIO: En serio que eres ambiciosa

Yo río ante su gracia al igual que él

EMILIA: ¿Y tú? ¿Qué harás?

ANTONIO: me casaré con Jimena, pero no pronto, debo esperar un tiempo apropiado para hacer eso. Además, esta embarazada de mí, seré padre por primera vez, y eso me llena de orgullo. Solo que no sé cómo lidiar con ese embarazo, tiene dos meses y tú y yo aún estamos casados, para cuando nos divorciemos, ya se notará. Y no quiero que piensen que nos separamos porque hay otra mujer.

EMILIA: No te preocupes por eso todo a su tiempo.

Escuchar sus palabras me hicieron sentir un dolor profundo en mi pecho, pero sabía que no había vuelta atrás y estaba consciente de que él no sentía nada por mí.

Me invitó a una fiesta de gala, a la cual estaban invitados todos los grandes empresarios, nuestros padres estarían presentes en esta fiesta y él y yo debíamos asistir como esposos, no le vi problema a esto, pues siempre asistimos a banquetes, cenas, subastas, etc.; es solo apariencia nuestro matrimonio, ni siquiera se ha consumado y espero que así se mantenga.

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