Perdóname

Pasaron varios días, desde que Yoana había visto a Nicolás, ella recordaba a la perfección la última vez que lo vio. Ella tenía la imagen de él en su mente y en su corazón, de alguna manera ella sabía que no debía de pensar más en él. A demás ella no se parecía en nada a la mujer que a él le gustaba y eso la ponía triste. Ella llegó a extrañarlo. Recordaba todos los momentos que habían pasado, extrañaba su voz, su piel, extrañaba entregarse a él y sentirlo. Ella no cometió ningún error con él, así que después de aquel día ella no le escribió más, ella tomó la decisión de apartarse de él. Llamó a su amigo Carlos para distraerse un poco, quedaron en verse para hablar un poco.

Carlos- ¿Cómo estás?- Con un abrazo le preguntó.

Yoana- Me enamoré de él, y ahora no sé qué hacer- Con una tristeza en su rostro le dijo.

Carlos- Pero él no te quiere, lo mejor será que termines de una vez con esto. Te pongas fuerte y sácalo de tu vida.

Yoana- No quise enamorarme de él, solo pasó. Hace mucho no me sentía así. Me gusta ser libre, pero también me gusta verlo.

Carlos- Tienes que tomar una decisión, ¿que es lo que quieres hacer en realidad?.

Yoana- Yo a él no le gustó, únicamente me usa para tener sexo, a él gusta otra mujer, y eso hace que mi corazón se sienta lastimado.

Carlos- No me gusta verte así, ¿Qué puedo hacer para que te sientas mejor?

Yoana- Seguro ya se me pasa, con estar aquí y escucharme me ayudas mucho.

Carlos- Si necesitas algo me dices.

Yoana- Gracias, con mi ex ya lloré mucho, porque significó mucho en mi vida. Ahora Nicolás es uno más con quién me acosté. Tengo que ser más fuerte que mis sentimientos. Él no va a significar nada en mi vida. Así que, no te preocupes amigo, estaré bien- Con una sonrisa le dijo a Carlos.

Esa tarde se la pasaron hablando y fueron a dar una vuelta. Cuando Yoana volvía para su casa vio que llegó un mensaje de Nicolás.

Hola, ¿cómo estás?, perdóname por esa noche, no recuerdo bien lo que pasó, mi mamá algo me contó, cuando desperté creí que estarías a mi lado, pero no estabas. Tuve días muy agitados y de mucho trabajo, por eso no me comunique con vos, perdona.

Ella contestó- Hola estoy bien, si esa noche tomaste mucho y te pusiste algo agresivo, le dije a tu mamá que se vaya tranquila con Fer, y yo me quedé contigo. Me trataste algo mal, pero te lo dejé pasar porque estabas ebrio, y bueno no iba a dejarte así, te subí en un auto y te lleve a tu casa y luego me fui.

-No volveré a tomar así, disculpa sí. Cuando puedas si quieres puedes venir a casa y hablamos- él le contestó.

Te aviso cualquier cosa, que tengas un buen día, ella por último le contestó.

Ella se tomó un tiempo para pensar que haría de ahora en adelanté, pasaron días y días. Ella no volvió a escribirle, pero él sí le escribo y le dijo quiero verte, está noche puedes venir a casa, ella no pudo aguantarse más y aceptó en verlo. Esa noche fue a su casa y la pasaron bien, ella extrañaba estos momentos, soportar sus charlas desagradables, pero al final era recompensado con buen sexo y eso era lo que amaba.

Después de ese día tuvieron más encuentros, ya había algo de confianza entre ellos, salieron a cenar, al cine, a dar una vuelta a hasta tuvieron una cena más con la mamá de él.

Un día salieron juntos a un bar, intercambiaron palabras, bebieron juntos y cuando ya se sentían algo mal se fueron a casa, esa noche ellos habían hecho el amor, ella como nunca se entregó a él, su pasión fue más fogosa que las anteriores veces, no solo se entregó en cuerpo, sino en alma, no importaba que sucedería mañana, solo quería disfrutar del momento, sentir una vez más su cuerpo y grabarlo en su corazón. Ella ya estaba convencida de que esto no duraría más de lo que ella imaginaba. Nunca le dijo sus sentimientos a él, siempre se lo ocultó. No quería perder lo que tenían, por eso ella prefirió no expresarle sus sentimientos. Desde un principio había tenido un acuerdo y eso ella lo respetaría.

A diferencia de Nicolás que solo la usaba para descargar su estrés y usarla para el momento. Él no sentía nada por ella, él se la pasaba pensado en aquella mujer que vio en la fiesta de Fer. Y esa mujer se llamaba Andrea, ella era su ex, pero Nicolás jamás había dejado de amarla, y buscaba consuelo en Yoana.

Yoana la estaba pasando bien, hasta que un día le escribió a él, pero él no le contestó el mensaje, pasaron días, ella le volvió a escribir, pero tampoco le contesto. Ella se puso triste al ver que la ignoraba. ¿Que estaba pasando?, era difícil aceptar que esto había llegado a su fin, no quería pensar que no volvería a verlo nunca más, habían pasado meses de muchos encuentros, ella se había acostumbrado a verlo y disfrutar de su compañía. Los días siguientes para Yoana fueron muy duros, había perdido la sonrisa brillante qué siempre llevaba, sus cambios de humor eran variantes. Pero ante su familia se mostraba fuerte, ella nunca sufrió de amor ante sus seres queridos, era muy buena actuando y fingiendo que nada le dolía. Que el amor para ella no existía, que eso era cosa de otros. Ella decía que jamás se casaría, ni que tendría hijos, que con el cariño de sus pequeños sobrinos era más que suficiente. Sin embargo, ella estaba destrozada, sensible, y sufría en silencio.

Después de días de espera llego lo que ella estaba esperando, noticias de él, le llegó un mensaje diciendo, Hola, ¿cómo estás?, quería decirte que estoy conociendo a alguien y creo que lo mejor será que ya no nos veamos más. Esto causó que se le rompiera el corazón a Yoana. ¿Acaso no signifiqué nada en su vida?, todo el tiempo que pasamos no tenía valor, le entregué tiempo de mi vida y ahora me deshecha como si nada, se puso a pensar. Tomó aire profundo y solo le contestó esta bien, te deseo mucha suerte, adiós.

El trato que tenían ellos era solo pasarla bien, para Nicolás no fue nada difícil decirle que ya no se vieran más, la que sufrió fue Yoana. Ella llegó a odiarlo por lo que había hecho con ella, pero al mismo tiempo lo quería. Tenía ganas de declararle todo lo que sentía, pero de nada serviría, él ya tenía decidido sacar de su vida a Yoana. Él nunca sintió nada por ella, si hubiese sido así, tal vez hubiese sido más afectuoso con ella.

Yoana tenía malos días, una vez más estaba sufriendo por amor. Ella creía que no estaba hecha para ser amada. Que estaba destinada a ser soltera y vivir una vida sola. Sin embargo, la vida le daba una vuelta a la historia.

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