Capitulo 3 : Belmont

Novela : El regalo de Federica.

Autor : Elsa Elena Isasa

Había llegado a Belmont temprano después de un trayecto de unos trescientos km en una camioneta Renegade que había cambiado por su auto deportivo. 

Atravesó la ciudad hasta llegar al lugar más apartado donde se veía erguida la inmensa casona con una especie de torre en su frontal derecho que le hacían ver como un ruinoso castillo. 

Dejó el carro en el portón, a pesar de tener la llave del oxidado candado. El portón fue todo un desafío abrirlo ya que la maleza cubría el lugar. 

Estaba tratando de abrir la enorme puerta de entrada cuando sintió los pasos detrás atravesando los mismos yuyos que ella había pasado. 

-- Soy Paulino. Me llamaste ayer. -- dijo mirándola sonriente - ¿Así que eres la hija de Federica ?. -

--¿Usted es Paulino Vigil ? - Inquirio Luna. Y luego siguió - Así es soy la hija de Federica. No sé cuál de estas llaves es de la puerta - 

-- ¿Y que hace aquí ? - dijo sacándole sin miramientos el mazo de llaves de su mano y eligiendo con sabiduría la llave correcta. 

--Viviré aquí - contestó Luna. El viejo la miraba sonriente mientras la puerta chirriaba al abrirse. 

--Federica decía que su hija algún día vendría - siguió hablando el hombre. 

El espacio que se abrió al entrar era zaguán con puertas biseladas y espejos polvorientos. 

Luna no decidió seguir . Muchas telas de Arañas colgaban sobre ella. 

--¿Tiene gente suficiente para limpiar ? - preguntó un poco asustada frenada en la entrada. 

--Tengo. Limpieza, corte de malezas y coneccion de luz. Si hay otra cosa que quiera arreglar solo con Nico - dijo serio. 

--Y quién es Nico ? Su hijo ? - Inquirio Luna. 

--El ingeniero. Mí jefe - contestó. 

-- Bien - dijo un poco desalentada Luna. - Quiero limpieza total del parque y de la casa. Solo revise el agua y la luz,entiende. ¿Cuánto tardará y cuánto me cobrará por todo?-

--Tres días , dijo el tal Paulino - y se puso a hacer números en una libreta. - Esto le saldrá - dijo.

--Okey. ¿No mirara usted la casa ? 

-- Conozco de memoria la casa de Federica. - dijo el hombre. 

--Bien. ¿Hay algún hotel en este pueblo. ? - 

--Cuidad, señora , ciudad. Claro que hay hotel , el magnífico Excelsior., tiene todo , restaurante, salón de bailes , casinos y muy buenas suites. --dijo orgulloso. 

Luna Morton, recorrió con su camioneta algunas calles de la ciudad hasta encontrar el vetusto hotel. Realmente había tenido mejores épocas pero estaba bastante completo e incluso lujoso en su interior. La suite en que la alojaron era bella, limpia y con toques de mobiliario de la época victoriana. 

Recorrió el pueblo caminando. Tomó un café en una hermosa plaza también antigua . Miró vidrieras, vió un vestido blanco plata que le interesó y se lo compró. Demasiado corto para la antigua Luna , pensó. 

Ya en el hotel, pasó un buen rato en la bañera de patas repujadas y habló con Federica y Leo. 

--¿Cómo es nuestra casa, mami. - 

-- Quedará bien , preciosa. - dijo. No le contó de las arañas ni de las malezas. No asustaría a su hija. 

Luego llamó a Francis . Su amiga le volvió a decir que estaba loca. 

_ ¿Que haces ahora.? - le pregunto. 

--Me compré un indecente vestido plateado y tomo un baño- respondió. 

_ ¡Muy bien ! Ponte la indecencia esa y vete al bar. Tómate unos tragos y conquista al primer hombre guapo que veas ! - dijo su amiga por teléfono. 

_ ¿Guapos ? _ dijo - creo que todos son viejos como este hotel. 

Se maquilló y luego se colocó la indecencia sobre su cuerpo. 

_ ¡Oh Dios ! - se dijo - esta no soy yo. 

Dejó su cabello suelto y ondulado y se vió muchos años menor. 

_ Luna, tienes 28 años. cambiate esa ropa - se dijo en voz alta. 

Pero la chica que le miraba desde el espejo no hizo caso a su recomendación. 

Tomó su cartera. Su celular y bajo a la recepción. 

Todos la miraban . 

La indecencia estaba causando efecto. 

Ya no era una mujer seria y elegante con previsibles vestidos clásicos. 

Era Luna. La hija adolescente de la pintora bohemia y loca llamada Federica. 

Atravesó el restaurante y se sentó en la barra y empezó a beber el primer Whisky de la noche. 

Y entonces lo vió. 

Tenía la copa en la mano y la miraba fijamente. 

Ella no había visto nunca una mirada penetrante, de un frío gris, como esa. 

El Adonis era alto. Tenía un traje de marca y sus ojos no se despegaban de ella. 

Empezó a ponerse nerviosa y cambió la ubicación de su cuerpo dirigida ahora totalmente al barman. Pidió su segundo whisky y lo bebió apurada. 

La musica empezó a envolver el lugar. Una voz de mujer cantaba una canción de amor que sonaba melancólica. De golpe sintió la sensación de soledad , por primera vez desde su separación de David. Tomó de un solo trago el resto de su bebida , pagó y decidió irse porque lloraría. 

Pero no pudo. 

El misterioso hombre de los ojos grises le dijo, prácticamente a milímetros de su oído : 

-- ¿Bailas conmigo ? - 

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