Acabo

Pasaron la mañana y toda la tarde buscando a Amelia, la señora Ana denunció la desaparición de su hija y el alcalde tomó todas las medidas y envió personas a buscarla a los posibles lugares donde pudiera estar pero no la encontraron.

Otros se adentraron en el bosque con la esperanza de encontrarla.

Ana, que ya había perdido la cabeza por la desesperación de no encontrar a su hija y no dejaba de llorar.

Maya, su amiga, la consolaba en casa mientras le daba algo de beber para calmarla un poco.

Maya: La encontrarán, estoy segura.

Ana: mi hija! ¡¿Dónde está mi pequeña?! ¡Si no me hubiera dejado sola, ella estaría aquí! *Empieza a llorar* ¡¡¡Por qué!!!

Maya: No te preocupes, mucha gente la fue a buscarla.

Ana: ¿Crees que le pasó algo malo? ¿El enemigo tal vez?

Maya: no sé...

Entre lágrimas y lágrimas, Ana buscaba respuestas en su cabeza a la desaparición de su única hija hasta que alguien le vino a la mente.

Ana: ¿Todos en el pueblo asistieron a la reunión organizada por el alcalde?

Maya: Casi todos excepto Williams no lo encontraron en casa, sus compañeros dicen que lo vieron salir del pueblo con una carretilla llena de costales al pueblo de Valery.

Amelia: *Se levanta* ¡Ese bastardo debe tener a mi hija! ¡Tenemos que advertir! *Sale corriendo*

Al llegar a la casa del alcalde, habló con él desesperada y le dijo de un posible sospechoso.

Ante esta información, tomó medidas y envió el mensaje de arresto a Williams por telegrama, con lo que ellos mismos se dirigían hacia el pueblo junto con Ana.

Mientras tanto, en el pueblo de Valery, Williams fue a la tienda donde venden todo tipo de medicinas y compro unas hierbas y el uso de esas hierbas era para prevenir un posible embarazo y la otra que compro era un té relajante que usan para dormir al ganado y también funciona en humanos.

Ese bastardo tenía planeado divertirse con Amelia esa noche y quería que todo saliera bien para no dejar rastro.

Williams: [Después de esperar tanto podré divertirme, será divertido saborear una piel suave y pura después de tanto tiempo... Tengo muchas ganas de ver la expresión de esos ojos verdes cuando empiece, esos malditos ojos verdes que has heredado de tú padre]

Compró todo lo que necesitaba, salió del pueblo y subió a la montaña donde tenía una cabaña y donde estaba Amelia.

Todavía estaba inconsciente y atada en la cama, sus manos estaban atadas con una cuerda, su boca estaba atada y sus piernas estaban igualmente separadas y atadas, pero él todavía no la había tocado.

Después de un tiempo, Amelia se despertó y se sorprendió porque no sabía dónde estaba e intentó escapar, incluso pidió ayuda, pero estaba en la montaña y nadie la escuchó.

Amelia: [Debo salir como sea de este lugar!]

Tratando de liberarse, escucha el sonido de la puerta rasgándose y forcejeando, por lo que se detuvo y la vieja puerta se abrió para revelar una silueta.

En el pueblo, en la recepción, pronto recibieron el telegrama y tomaron acción y fueron tras Williams, mandaron mucha gente a buscarlo a la montaña.

Ana: [Mi niña, espero que estés bien, te voy a buscar...]

Alcalde: No se preocupe señora Flemy, para esta hora debe haber llegado el telegrama y habrán tomado cartas en el asunto, si ese tal Williams secuestró a su hija, será castigado con todo el peso de la ley.

Amelia: [Quien es!!! ¡¿Es ese monstruo?!]

Entonces esa figura se acercó y con la luz tenue Amelia se dio cuenta que no era Williams sino Marta quien la había seguido, entonces la perra rápidamente se acercó a su dueña y la lamió por toda la cara.

Amelia: ¡Ahora no Marta! ¡Ayúdame a liberarme de estas cuerdas!

Marta: Guau, Guau!

Rápidamente, Marta comenzó a morder las cuerdas con dificultad, logró liberar una muñeca y Amelia intentó desatarse y cuando se soltó por completo, abrió la puerta y se encontró con Williams que no parecía feliz de haberse liberado.

Él intento para tomarla nuevamente, pero Marta saltó por detrás y le mordió el brazo.

Dada la oportunidad de escapar, Amelia sube corriendo la montaña nevada, mientras que Marta lucha contra el hombre para ganar tiempo, un mordisco mortal arranca un trozo de piel del brazo de Williams hasta que en un momento agarra el arma y dispara justo cuando Marta se lanza sobre él.

A mitad de la montaña, Amelia se detiene abruptamente al escuchar disparos desde la cima de la montaña y unos ladridos, queda completamente paralizada y entra en estado de shock pero sabe que no puede quedarse en ese lugar y sigue corriendo con el corazón roto.

Amelia: *Brota lágrimas de sus ojos* Marta!!!

Siguió corriendo por la mañana pero recordando los buenos momentos con su perrita Marta, el día que su papá le dio como regalo de Navidad, una linda perra blanca ovejera reveló la caja al desatar la cinta.

Tan feliz cuando vio a su nueva dueña, moviendo su cola esponjosa y lamiendo toda su cara, fue la mejor Navidad de su infancia, Marta su mejor amiga que nunca la abandonó...

Williams: Maldito perro *Patea el cuerpo inerte de Marta*

Williams acabó con la vida de Marta con cuatro tiros al cuerpo y la dejó tirada y fue tras Amelia.

Cuando las piernas de Amelia ya no podían correr, cayó en la nieve y a poca distancia por el bosque nevado escuchó que la gente la llamaba por su nombre, buscándola.

Amelia: ¡¡¡AQUÍ!!! ¡¡¡AYUDA!!!

Pronto el grupo de personas se acercó a ella y la ayudó.

- - ¿Estás bien? ¿Estas lastimado?

Amelia: ¡No, pero Williams está arriba!

- ¡Ese bastardo! ¡Lleva a la chica al pueblo, sígueme, vamos a cazar a ese bastardo!

Amelia: ¡Ese hombre tiene un arma!

- Tendremos cuidado.

Así que Amelia fue llevada en brazos al pueblo, el médico la examinó y solo tenía una herida en la cabeza por el fuerte golpe que recibió; la cuidaron mucho y le dieron ropa limpia y una cama para que pasara la noche hasta que llegara su madre.

Enfermera: No te preocupes Amelia, estás a salvo con nosotros, descansa.

Amelia: Sí... ¿Pero ese hombre no volverá? ¿verdad?

Enfermera: No, ya lo están buscando, ahora me tengo que ir, solo toca la campanilla si necesitas algo.

Amelia: esta bien

Al salir de la habitación, las lágrimas que trató de contener se derramaron de sus ojos, con todo la conmoción que pasó durante el día se sintió horrible, se suponía que sería un lindo día memorable en su decimoquinto cumpleaños pero fue desafortunado, ella perdió su perrita y casi su pureza...

A la mañana siguiente encontraron a Williams y lo llevaron a comisaría hasta que sea juzgado y condenado a muerte, en Cantabria los violadores eran condenados a que les cortarán los testes sin ninguna anestesia, de esta forma mantenían el orden y no entraban en desacuerdos con el pueblo.

Esa misma mañana Ana llegó al pueblo de Valery y se dirigió a donde estaba su hija.

Cuando vio a su madre entrar por la puerta, lloró de felicidad y se abrazaron fuertemente.

La alegría que sintió Amelia al estar nuevamente con su madre la hizo olvidar instantáneamente el trauma que experimentó.

Después de unos días, se llevó a cabo el juicio de Williams y fue condenado por intentar abusar de un menor, trató de negarse pero se cumplió la ley.

Esa mañana castraron a ese hombre en el pueblo de Valery, obviamente no vieron ese horror, Ana escuchó lo que pasó allí pero no le dijo nada a Amelia.

Este intento de abuso no fue el primero para Williams, cuando las jóvenes agredidas vieron el periódico, señalaron que él era su agresor y el juez lo condenó a cadena perpetua.

Volviendo a San Carlo con el cuerpo inerte de Marta, fue enterrada en el jardín de la casa, Amelia lamentó su muerte durante dos días, se sintió culpable por haberla dejado sola en la montaña, pero todo está hecho y su único consuelo eran los recuerdos que vivieron juntas.

Como buen amigo del hombre, cumplió con su deber defendiendo hasta el final a su amo y Amelia le agradeció por haberla salvado de ese difícil momento de su vida.

Amelia: Buena perrita Marta *Deja unas flores en su sepulcro*

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