Capítulo 4

Las manecillas del reloj marcaban las 19:00.

toc toc toc

El sonido de unos golpes en la puerta de la habitación interrumpió el sueño profundo de una joven. Ella se revolvió y parpadeó varias veces, con un aspecto adorable con la cara marcada por la almohada. Zee se sentó para despertarse y luego caminó hacia la puerta.

click

Cuando abrió la puerta, vio a la tía Jum sonriéndole dulcemente. La mujer entró en la habitación de la joven y vio el desorden. Le picaban las manos por empezar a limpiarlo de inmediato.

"Señorita, la cena está lista. Ve a asearte, el señor y el joven amo te esperan", dijo la niñera mientras ordenaba la cama de su protegida.

En lugar de ir al baño, Zee abrazó a la tía Jum con aire infantil. Tenía los ojos llorosos y aún parecía estar medio dormida.

La tía Jum sonrió al ver el comportamiento de la joven. Acarició con cariño el largo cabello de Zee. "Ya basta de mimos, señorita. ¿Quieres bañarte sola o te baño yo?", dijo la tía Jum con una sonrisa pícara.

Zee soltó el abrazo inmediatamente y corrió al baño, avergonzada. ¿Cómo era posible que ella, que ya era una adulta, se dejara bañar por su niñera? Zee se estremeció de solo pensarlo.

Después de ducharse, Zee se puso un vestido rosa claro hasta la rodilla. La chica estaba adorable, con un aspecto dulce. Se soltó el pelo largo y se puso una horquilla con forma de flor en el lado izquierdo.

Cuando se sintió lista, salió de la habitación. Al bajar las escaleras, vio a su padre y a su hermano sentados en las sillas del comedor.

Zee caminó con rostro inexpresivo y se sentó en la silla a la derecha de su padre. Miró brevemente a los dos hombres de diferentes edades.

Los dos hombres, padre e hijo, miraron a Zee sin pestañear. Daniel incluso se quedó boquiabierto, probablemente en shock al ver la belleza y la dulzura de Zee. Durante unos segundos, ninguno de los dos reaccionó.

Zee suspiró frustrada. Tenía mucha hambre, pero mira a esos dos frente a ella, como si fueran estatuas. Qué molestos.

"Ejem...", Zee se aclaró la garganta lo suficientemente alto como para que las dos estatuas frente a ella volvieran a la realidad.

"Ah... Lo siento, Zee. Hoy estás diferente", dijo Darren, examinando a Zee de arriba abajo.

La chica frunció el ceño, extrañada de oír a Darren decir su nombre. Que ella recordara, Darren nunca la llamaba por su nombre, siempre se dirigía a ella como "tú". ¿Qué le pasaba a este viejo?

"Hmm... Hoy he gastado cientos de millones de tu dinero, ¿te importa?", preguntó Zee con indiferencia, sin mirar a Darren, entretenida con sus uñas pintadas de un bonito color melocotón en sus finos dedos.

"Por supuesto que no, puedes comprar lo que quieras", dijo Darren con una leve sonrisa.

Zee estaba aún más extrañada por el hombre. ¿Por qué era tan amable de repente? ¿Estaba soñando?

"Si necesitas más dinero, puedes pedírselo a papá", continuó Darren, mirando a Zee con ternura. No solo Zee, sino también Daniel se sorprendió al escuchar las palabras de su padre. ¿Desde cuándo Darren hablaba con tanta dulzura a Zee? Y, ¿qué era eso de antes? Se había referido a sí mismo como "papá".

"No hace falta", rechazó Zee secamente.

Daniel se sintió molesto por la respuesta de su hermana. ¿Cómo podía ser tan irrespetuosa con su padre? Realmente no se da cuenta.

"Habla con respeto. A mí no me gusta que te comportes así", dijo Daniel mirando a Zee con severidad.

Zee dejó escapar un largo suspiro e ignoró a Daniel mientras llenaba su plato con arroz y varios acompañamientos. Luego se levantó. Era mejor comer en su habitación. Quería comer tranquila, sin tanto drama.

"Siéntate".

Daniel miró a Zee con severidad y la sujetó del brazo cuando ella estaba a punto de marcharse.

Zee miró a Daniel con la misma severidad, hasta el punto de que parecía como si las espinas le pincharan. Daniel se sintió un poco intimidado por la mirada de su hermana.

"No me obligues. Compórtate como un extraño como siempre. Y...", Zee hizo una pausa, "¿desde cuándo eres mi hermano? No te entrometas en mi vida". Después de decir eso, Zee cogió su comida y se la llevó a su habitación. Estaba harta de esos dos hombres. ¿Por qué de repente eran tan atentos?

Daniel se sintió triste al ver a su hermana. Se sintió culpable por haberla ignorado. Le dolió mucho saber que Zee ya no quería su cariño.

Desde que Zee salió del hospital, y viendo su cambio de actitud, Daniel sintió que la perdía. Estaba acostumbrado a su presencia, a que ella le siguiera a todas partes, y ahora la echaba mucho de menos.

"Come tu comida. Es normal que se comporte así, teniendo en cuenta cómo la hemos tratado siempre", dijo Darren en voz baja. Después de ver a Zee marchar, se sintió muy triste.

"No la presiones demasiado", añadió Darren. Luego empezó a cenar en silencio. Daniel suspiró y siguió a su padre, disfrutando de una cena que se sentía fría.

...****************...

Después de cenar, Zee preparó sus cosas para el colegio. Al día siguiente volvería a clase. Aunque no tenía buenos recuerdos de la escuela, Zee no quería seguir huyendo de la tristeza y el miedo. Estaba decidida a cambiar. Zee no iba a dejar que la volvieran a pisotear.

6:00 a.m.

Zee se despertó, quizá porque se había acostado temprano la noche anterior, así que pudo levantarse temprano. Zee se sentó en el borde de la cama, estirando un poco sus rígidos miembros, y luego se levantó para ir al baño. Un cuarto de hora después, Zee salió con el rostro fresco.

Zee se puso el nuevo uniforme que se había comprado. Le quedaba mejor a su delgado cuerpo, no demasiado ajustado, un poco holgado, y la falda por encima de la rodilla no era demasiado corta. Se dejó el pelo suelto, se echó un poco de vitamina para que le brillara más y se puso un poco de polvo compacto. Luego, se aplicó un poco de brillo de labios para que su aspecto fuera más fresco.

Cuando sintió que estaba lista, Zee cogió su mochila y salió de la habitación. Al abrir la puerta, Zee vio a la tía Jum en las escaleras, probablemente la anciana iba a despertarla. Al ver a Zee caminando hacia ella, la tía Jum sonrió. Quién sabe qué hacía tan feliz a la anciana.

En la mesa del comedor, dos hombres ya estaban sentados. 'Ah... Qué pereza encontrarme con ellos'. Zee pasó junto a ellos, que la observaban desde que bajó las escaleras.

"Desayuna antes de ir a la escuela", dijo papá Darren cuando Zee estaba a punto de pasar la mesa del comedor.

Zee, con el rostro inexpresivo, siguió caminando hacia la salida de la casa. "Me voy", dijo Zee al pasar junto a los dos hombres. La verdad es que no tenía ganas de despedirse, porque a ellos tampoco les importaba normalmente.

Delante de la casa, vio al señor Asep esperándola. La noche anterior, Zee le había pedido al señor Asep que la llevara al colegio. Normalmente, Zee iba en su moto automática, pero ahora quería ir en coche. Quizá más tarde Zee se comprara una moto deportiva, pero antes tenía que aprender a usarla.

6:45 a.m.

Zee llegó al colegio y vio que el aparcamiento ya estaba lleno de alumnos. Zee respiró hondo. Después de casi un mes sin ir a clase, se sentía un poco nerviosa, sobre todo teniendo en cuenta que iba a volver a ver a Adel, la reina de la intimidación. Sentía algo de miedo en su corazón, pero, como su determinación de cambiar, tenía que enfrentarse a ese miedo para no volver a ser pisoteada.

Los alumnos se preguntaban: era habitual ver a los alumnos del instituto Aksara en coches de lujo.

Pero este coche lo veían por primera vez.

"¿De quién es ese coche?".

"No lo sé, pero es un coche muy lujoso".

"Me pregunto quién saldrá de ese coche, ¿un chico o una chica?".

"Brum... brum... brum..."

La conversación de los estudiantes que estaban enfrascados en los cotilleos se detuvo cuando escucharon el rugido de varias motocicletas. Cinco motos llegaron y aparcaron. Las alumnas que lo vieron gritaron histéricas cuando los cinco ocupantes de las motos se quitaron los cascos integrales. Cinco estudiantes de rostro apuesto parecían repartir encanto, haciendo que sus fanáticas se desmayaran.

Eran la banda Dragón, una banda bastante famosa en Indonesia. La banda Dragón no era una banda de matones callejeros, sino personas con educación, que no se metían con los débiles, a las que les gustaba ayudar a los necesitados y que no dudaban en matar a los criminales, especialmente en casos de acoso y violación. Una banda famosa por su crueldad pero también por su bondad.

Había 5 miembros principales en la banda Dragón, liderados por:

Reynard Jordhan, el líder de la banda Dragón, un genio con un rostro tan guapo como un dios griego, nariz afilada, penetrantes ojos negros, frío e intocable. Nadie se atrevía a ofender a este hombre inexpresivo, porque parecía que podía matar con una sola mirada.

Abi Sanjaya, el segundo al mando de la banda Dragón, frío e indiferente, muy parecido a Reynard. Aunque no era tan rígido como Rey, Abi era conocido por su crueldad al enfrentarse a sus enemigos.

Denis Adibaskara, miembro principal de Dragón, alegre, divertido y cariñoso, pero aterrador cuando se enfrentaba a un enemigo.

Arshaka Wirayudha, conocido por ser un playboy y por creerse el chico más guapo. A menudo se comportaba de forma ridícula y soñaba con ser soldado.

Seno Wijaya, un chico guapo y amable, a menudo malinterpretado por su amabilidad. Era tranquilo y le gustaba comer.

Rey se apeó de su moto, seguido por los otros cuatro miembros principales de Dragón.

"Eh... eh, ¿de quién es ese coche? Es la primera vez que lo veo", dijo Saka, señalando un coche de lujo cuyo propietario seguía cómodamente sentado en su interior.

Los cuatro miembros principales de Dragón, incluido Rey, miraron en la dirección que señalaba Saka.

Una hermosa chica con el pelo largo y castaño oscuro, ligeramente ondulado en las puntas, salió del coche. La chica pasó junto a varios estudiantes que cuchicheaban sobre ella.

"Es muy guapa".

"¿Quién es esa chica? ¿Es nueva?".

"Su cara me resulta familiar, se parece a esa estúpida de Cupu, ¿no?". Comentó una alumna que acababa de llegar.

"Ah... ¿Azeezyra Cupu? En serio, ¿cómo es que se ha vuelto tan guapa? Pero se parecen un poco, ¿verdad?".

Los alumnos siguieron cuchicheando hasta que Zee desapareció de su vista. Mientras tanto, se podía ver a Rey observando cada uno de los movimientos de Zee. No sabía por qué no podía dejar de mirarla. Nunca se había sentido atraído por ninguna chica que no fuera su madre.

Los cinco miembros principales de Dragón caminaron por el pasillo de las clases. A cada paso que daban, no dejaban de ser el centro de atención de sus fans, que siempre se ponían histéricas hasta el punto de sangrar por la nariz. Puede que fuera un poco exagerado, pero era la realidad. Las chicas no podían resistirse a un bombón.

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