Capitulo 7: Preparación

El tiempo ha pasado, hoy se cumple un mes desde la vez que Adán volvió al pasado.

Desde el día que recibió la invitación a trabajar en el orfanato y Sebastián lo confronto, no han vuelto a cruzar una sola palabra, incluso intentan evitarse de cualquier manera, esto era algo terrible para el plan que Adán había planeado, pero incluso siendo ese el caso, no dejo de recolectar materiales.

El amanecer del primer día del siguiente mes Adán se despertó energizado, nada más levantarse, tomo las plantas con las que estuvo trabajando, ya habían empezado a dar frutos, este mismo era de una forma peculiar: todas tenían figuras de distintas formas y de la misma forma distintos colores.

«Pirámide roja, círculo azul, silla verde, óvalo rosa, huevo amarillo, estrella negra y cuerno naranja, tuve suerte, no me salió ni una fruta negativa, deberían de empezar a dar frutos cada semana ahora, debería comenzar a conseguir más, aunque por el momento es más que suficiente» analizo Adán mientras recogía los frutos.

Una vez hecho esto guardo ambas cosas y se comió la fruta silla, un sentimiento vigorizante recorrió su cuerpo «un poco más de energía, creo que esto será más que suficiente para hoy»

Adán empezó a guardar cosas en una pequeña que llevaba, también llevo las frutas en un tarro.

El tiempo no había pasado en vano, había logrado crear una funda para la guadaña que le ayudara a pasar desapercibida, así que la guardo y empezó a bajar las escaleras hacia el comedor.

El comedor era un silencio total, incluso aunque todos los niños estuvieran ahí, todos se estaban enfocando en una cosa, la televisión, un reportaje se emitía de este —De la noche a la mañana se han reportado múltiples avistamientos de cuevas emergidas de la nada, pasaré con mi compañero para más información sobre el tema.

La televisión enfoca a un reportero joven en medio de un campo abierto —aquí me encuentro cerca de una de estas misteriosas cuevas, de acuerdo a las autoridades estas son bastante peligrosas, en el tiempo que llevo aquí eh de admitir que he escuchado cosas realmente escalofriantes…

Esas palabras fueron suficientes para Adán, que ya había acabado su desayuno para ese momento, salió del orfanato sin que se diera cuenta nadie, o eso es lo que él creía, madre lo estaba observando desde la ventana de su oficina.

Adán se dirigió a cierta tienda en el centro de la ciudad que había abierto unas semanas atrás, al entrar dijo —¿Ya tiene lo que pedí?

Un viejo con sabiduría en su rostro le respondió —vaya respeto, le tienes a tus mayores, pero claro que lo tengo, aunque debo decirte que los materiales que pediste no son los más fáciles de conseguir, quizás deba pedirte algo extra —la maldad se podía apreciar en sus ojos.

—Oye viejo, si intentas pasarte de listo terminarás bastante mal, ya habíamos acordado un precio de antemano —menciono Adán con arrogancia.

—Je, je, je, vaya niño, tenemos aquí, a tu corta edad pareciera que ya tienes experiencia en estas cosas, está bien, dame lo acordado y te entregaré lo que es tuyo.

Adán solo hizo una mueca de desagrado y empezó a sacar unos fragmentos de metal verde, estos mismos se los entregó al viejo —muy bien niño, esto sin duda alguna es de buena calidad, me encantaría saber de dónde lo conseguiste.

Adán no dijo nada y solo se limitó a estirar la mano, el viejo a regañadientes le entrego lo que parecían ser cueros de animales exóticos —es un placer hacer negocios con usted, si necesito otras cosas de estas vendré, no dude que lo haré —menciono mientras se iba.

El viejo con una sonrisa añadió —en ese caso aquí lo estaré esperando.

Una vez todo terminado se dirigió a su siguiente parada, «ese viejo se cree que le diré mi lugar para conseguir mineral de tierra, si se lo dijera iría él mismo y me dejaría sin poder intercambiarle nada más»

Adán estiró lo más que pudo la piel para comprobar su calidad, no pudo hacer nada, la piel era tan dura que no fu capaz de hacer que se estirara.

La siguiente parada había llegado, el terreno baldío en el cual lo esperaba Ruby —buenos días, Primordial, hoy no pidió un material tan misterioso, ¿Por qué? —pregunto Ruby con curiosidad.

Para cuando Ruby había hablado, Adán ya había guardado sus materiales —que sea el mercado negro no significa que no lo pueda usar para mis compras normales —respondió de forma burlona.

Ruby bostezo —lo entiendo, pero, hilo y agujas ¿Es en serio?

Adán solo movió de forma leve sus codos indicando que ni él mismo sabía que decir —bien, solo paga lo que es, es por eso que no tienes que comprar cosas normales en el mercado negro, salen bastante caros —exclamo Ruby burlándose.

Adán sacó un fajo de billetes y se lo entrego —ese ya es asunto mío, puede que incluso tuviera tanto dinero que quería gastarlo —menciono guiñándole el dinero.

Ruby rio ante esto —tampoco es como si te fueran a aceptar como si nada el dinero ganado de forma sucia en otro lado.

Ruby le entrego sus cosas y Adán se fue «hilo simple, sí, por favor, un hilo de acero tan delgado, no es fácil de conseguir y mucho menos agujas capaces de atravesar el acero»

Era hora de parar en la siguiente parada, unas aguas termales creadas al aire libre en la que nadie se acercaba, cuando llego aquí dejo el cuero estirado por un buen tiempo para luego tomarlo de vuelta.

Tomo medidas a su sus brazos y su cabeza, para luego comenzar a coser de forma específica unos guantes y una máscara, estos eran blancos por el color natural de la piel.

Una vez que los tenía le añadió a los guantes unas agujas en los nudillos para poder ser capaz de clavárselo a lo que pudiera ahí dentro.

Ya estaba preparado, se encaminó a la misma cueva que estaba el reportero con anterioridad y una vez parado enfrente de esta dijo —bien, oigan ustedes, vengo por mi mochila y no aceptaré un no por repuesta —con eso, dicho entro a la cueva.

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