Capítulo 11

En la mañana, el cielo se encontraba gris…la lluvia caía como lágrimas y  el viento soplaba muy frío… era como si el tiempo supiera que la tierra estaba de luto…

La capilla del templo se encontraba adornada de rosas blancas y lirios… Había velas alrededor de dos cajas… una mediana y otra grande… 

Kiara se encontraba sentada mirándolas con la ilusión de que Cecilia y Annita despertaran y le jugaran una broma…pero no fue así…sentía que su corazón estaba destrozado…

Ella se encontraba sola en la capilla, el padre ya había dado sus oraciones de descanso para las fallecidas… así que Kiara se encontraba velandolas…el Duque, sus hijos y el príncipe Christopher pidieron a acompañarla… pero se negó no quería a nadie más con ella …

Kiara se hizo cargo de los gastos funerarios sola… no le importó vender algunas joyas… pues quería darles una sepultura digna a aquellas que una vez fueron su familia…

Si tan solo no me hubiera ido…

Si me hubiera quedado a su lado…

¿Por qué tiene que ser así?

¿Acaso estoy pagando los pecados de mi vida anterior?

Kiara no dejaba de pensar en los momentos que vivió con ellas… a pesar de haber reencarnada pudo ver que antes de ser la villana… ellas siempre estuvieron a su lado… siempre leales y fuertes para Kiara…. Annita con sus bromas y postres…Cecilia con sus consuelos, preocupaciones y regaños… 

Ambas siempre trataban de sacarle una sonrisa… aun cuando en los peores momentos ella estaba presente y el poco tiempo que paso con ellas la hizo tener un momento de felicidad… 

En la tarde de ese mismo día dos carruajes se encontraban partiendo rumbo al cementerio… Kiara iba en el carruaje delantero y atras otro de color negro con detalles plateados… era el carruaje fúnebre…

Al llegar, pidió que bajaran las cajas con cuidado y procedieron hacer enterradas… bajo la tenue lluvia Kiara lloraba por ver a sus aquellas dos mujeres…sus dos sirvientas… sus dos amigas…su familia… ser sepultadas bajo tierra…

Ella caminó unos pasos y con sus manos tomó dos puños de tierra para aventarlo primero antes de ser enterradas… y así procedieron arrojar tierra con palas sobre las tumbas…

Kiara pidió que hicieran dos lápidas con una dedicatoria para cada una…

Para Annita

“Aquí yace un pequeño ángel que subió al cielo para guiarme con su luz y amor, donde sea que te encuentres siempre te recordare, en esta tierra fuiste pureza y bondad, descansa en paz mi pequeña… mi familia.”

Para Cecilia

“Aquí yace una mujer valiente que luchó hasta el final,  una mujer que pesar de las adversidad protegió, cuido y amo, tu ausencia desapareció pero mi cariño por ti jamas desaparecera, tu memoria vivirá por siempre en mi, descansa en paz mi  mas leal amiga y familia”

Kiara leía cada dedicatoria que escogió… cuando el Duque se enteró que les haría una dedicatoria enseguida se negó… pues para él eran solo sirvientas sin ningún parentesco con la familia Lombardi… pero a Kiara no le interesó, así que inmediatamente ordenó aquellas escrituras en su lápida en su nombre…

Al final el entierro ya había acabado y la lluvia paró… ella le dio una última mirada a las tumbas de Cecilia y Annita para colocar un ramo a cada una… 

Su presencia me hará falta

Sin más Kiara subió al carruaje y partió hacia el ducado… el viaje fue silencioso con un ambiente muy triste… ella estaba con una mirada vacía mirando hacia la nada… 

Cuando llegó a la puerta de la mansión, estaba bajo y su vista se centró en la puerta… ella se imaginó ver a Cecilia y Annita ahí paradas esperándola con una sonrisa y saludando… pero esa imagen se esfumó como el aire volviendola a la realidad…

ella caminaba para entrar a la mansión pasando por un pequeño jardín delantero, ahí se encontraba el clan Lombardi junto con el príncipe quienes al notar su presencia solo la miraban de lejos… 

Kiara pudo mirar de reojo que María quería acercarse a ella pero fue detenida por todos… 

 Patético

Pero internamente agradeció a los cielos que no se acercara… no quería hablar con nadie…  ni mucho menos con ella… pues cuando encontraron los cuerpos de Cecilia y Annita el Duque se había llevado a María al pueblo porque la escena era “demasiado fuerte para una dama sensible como ella” así que había dejado a Evan y Lucas a cargo…        

Al entrar a la mansión recorrió cada pasillo… ahí pudo divisar el comedor y detuvo sus pasos… ella se acerco y miro detenidamente aquel lugar… se miraba a ella ahí sentada comiendo siendo atendida alegremente por Cecilia mientras que Annita llegaba con su postre favorito en sus manos… pero ahora..

Ellas ya no están

Por cada rincón de la mansión que pasaba no podía evitar ver a Cecilia y Annita… y eso le oprimía el pecho… quería que solo fuera una ilusión… cuando llegó a su alcoba enseguida entró… se sentía un ambiente muy vacío…. miraba detenidamente cada parte de esa habitación…sintió que algo faltaba… hasta que su vista se posó en su tocador… encima había algo que la dejó sorprendida.

El árbol que Annita planto

Ella se acercó para mirarlo más de cerca… era un arbolito bien cuidado con pétalos rosados muy precioso… estaba plantado en un macetero algo pequeño y plano… se veía que el árbol había sido cuidado rigurosamente. 

Buen trabajo Annita

Kiara observó que en el arbolito había dos tiras colgadas… una con dibujos de girasoles y otra azul con nubes blancas…

Son los deseos de Cecilia y Annita

Así que tomó la primera  tira de girasoles…

Cecilia:

Deseo que la señorita Kiara sea bendecida con mucha salud,  que un día alguien la pueda amar como yo la amo, que pueda encontrar su felicidad y que siempre se me permita estar a su lado hasta el final.

Kiara sin darse cuenta… comenzó a derramar lágrimas… así que tomo la otra tira para seguir leyendo 

Annita:

Deseo ver siempre la sonrisa cálida de mi hermosa señorita, quiero tener mas vida para prepararle muchos postres y que se llene hasta reventar y también que se le permita conocer a una nueva familia que la ame como yo y nana cecilia la amamos.

Kiara no aguantó y cayó al piso de rodillas con las manos en sus ojos… mordía sus labios por la impotencia de no poder gritar… pues los deseos de Cecilia y Annita eran dirigidos a ella… lo que más me rompió el corazón era el deseo de la pequeña…

Querías más vida para verme reír… pero solo te la arrebataron como si no valieras nada… apenas eras una niña con la oportunidad de vivir… y cerraron tus ojitos a la fuerza…

Kiara abrazo sus piernas… lloraba en silencio… sabía que ya nunca las volvería a ver… y que de ahora en adelante estaría sola… porque le habían arrebatado lo que llegó a considerar familia en ese lugar.

Ella lloró por un largo rato hasta que se hizo de noche…mientras estaba con las piernas abrazadas una sentimiento se le formó…

Quiero venganza

Alzó su cabeza y podía verse su mirada sombría con sus ojos brillosos

-Quiero venganza- dijo en un tono frío

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Mientras tanto… en la cocina de la mansión estaba la servidumbre reunida, pues debido al acontecimiento con aquellas sirvientas fallecidas se harán nuevos cambios…

-Señor Thomas y ¿Quien servirá a la señorita Kiara a partir de ahora?- pregunto una criada

-Por el momento el Duque ordenó que todas las criadas se turnen para asistirla hasta contratar una nueva sirvienta personal para ella- dijo aquel hombre mayor con un traje de mayordomo 

-Señor Thomas ¿Quién fue el hombre que asesinó a Cecilia y Annita?- preguntó el jardinero 

-Al parecer era uno de los viejos guardias que vigilaba la zona oeste de la mansión- contesto Thomas

-Y ¿Qué pasó con ese hombre?- pregunto otra sirvienta

-Está encerrado en el calabozo por el momento, mañana vendrá el verdugo que envió el príncipe Christopher para su ejecución- dijo se manera seria 

Todos estaban consternados por el acontecimiento, en especial las mujeres que ahí se encontraban… pues tenían miedo de que ese hombre escapara y les hiciera lo mismo que a esa niña y a la mujer…

Sin embargo… nadie notó que había alguien escuchándolos detrás de la puerta de la cocina… tenía la mirada sombría y una sonrisa macabra… era Kiara… sin más se dirigió de regreso a su alcoba para cambiarse de ropa y ponerse un vestido más sencillo y viejo… 

Kiara espero que sea más de la media noche y sin más salió de su alcoba para dirigirse a los calabozos con una mirada espeluznante…

Voy por ti maldito infeliz.

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