CRUZ (CAP. 12)

Ingreso a nuestra página de sombreros grises en la web oscura. Mucha fue mi sorpresa al ver que tenemos un miembro nuevo. En el chat, se dieron cuenta que ingresé.

* Llegó conde. Amigo, tenemos nuevo integrante a la familia. Justo le estamos explicando las normas y los juegos que hacemos con regularidad.

- ¿Quién hizo el filtro?.

Soy bien celoso y cuidadoso. Tengo cero paciencia para las payasadas de los nuevos.

La sala de chat queda silenciosa. Todos saben que el filtro lo hago yo, es por eso que no tenemos nuevos desde hace 2 años. No vi nisiquiera un correo de solicitud de ingreso. Siendo sincero, pagaré con el nuevo mi aburrimiento. Espero pueda salvar su computadora gamer.

- Parece que no le gusta la nueva competencia a este condenado. Uy, mi error, a este conde. No te preocupes amigo, podrás seguir siendo la diva. No tengo tiempo para un concurso de quien tiene la mejor manicura.

Algunos miembros empiezan a retirarse del chat, no quieren verse involucrados en la masacre que haré. Escribo tranquilamente.

* Parece que debo enseñar algunos modales

> Conde, hermano, tranquilízate. El nuevo miembro tiene buenas habilidades y solo le gusta bromear. Muchacho Lake, discúlpate con conde. El es uno de los que para a la cabeza.

- El comenzó. Además, ya no estará a la cabeza. Eso te lo garantizo, por escrito.

Suficiente. No estoy de buen humor. Empiezo a rastrear a este niño. Esperemos que no se ponga a llorar y sus papis le compren otra computadora. Empiezo a volar sobre mi teclado y ¡Pum! Choco contra una pared de códigos muy bien construida.

De mis altavoces sale una voz de chica.

- Tranquilo, condenado. Para que veas mi buena voluntad, no tomaré represalias. Veré este intento como una picadura de zancudo, porque fue tan minúsculo el daño que ni lo sentí. Ojo, no me obligues a usar insecticida.

Todo mi cuarto de juegos se apaga y a los 30 segundos vuelve a prender. Todas las pantallas de mis monitores tiene de fondo una leyenda: Lake es la mejor.

Veo mi reflejo en la pared de espejos de mi centro datos. Gradualmente mis ojos van perdiendo su opacidad y van tomando brillo. Esa chica llegó a mi en el momento justo. Mi salvadora. Vuelvo a ver mi reflejo y estoy sonriendo. Me siento de 13 años nuevamente, lleno de curiosidad y asombro.

Paso dos años intentando sacarla de quicio. No quiero atacarla, quiero que ella venga a mi. Hemos competido muchas veces y no me avergüenza decir que he perdido varias. Lo curioso es que no me aburro, sigo esperando por una oportunidad.

Llega el día de la carrera, el día que lo cambiaría todo. Sabía que haría trampa, a mi chica no le gusta jugar limpio. Está vez me anticipé y dejé que su código me golpeará. Lo habría esquivado, pero sentí que tenía una necesidad urgente. No se me pasó por alto que algo le llamó la atención y lo copio. Todo sacrificio tiene su recompensa. Perdí, rápidamente neutralice el cortafuegos y esperé. Grande fue mi alivio al verme en una sala de chat exageradamente segura. Después de unas palabras, entendí la urgencia.