Capitulo 10

Ya sentadas en el auto emprendimos el viaje, era largo alrededor de 4 horas nos esperaban hasta llegar al pueblo Deseo. Tenía mi mirada pegada a la ventanilla absorta en mis pensamientos hasta que siento que mi abuela me agarra mi mano y me dice que todo iba a estar bien, yo sonreí pero sabía que lo me esperaba no iba a ser algo bueno. Luego de una hora de viaje Mery notaba que estaba tensa asique empezó a hacer chiste respecto a los lobos y nos reíamos, empezaron a contar leyendas tanto de lobos como de brujas las cuales me parecían muy entretenidas y eso hizo el viaje más llevadero.

Cómo la abuela me quería ver feliz hicimos una parada de camino a la manada, me quedé helada cuando me di cuenta que estábamos entrando al pueblo "La violeta" mi sonrisa salió sin darme cuenta y ella me dice tienes una hora para ver a tus amigos y después seguimos camino! Pegue un brinco del auto y no me dieron los pies para correr al orfanato a ver a mis amigos! No les puedo describir la emoción que sentí, nos abrazamos como si no hubiera un mañana, esa hora paso volando me contaron todo lo que habían vivido esos meses, los planes que tenían, pero cuando me preguntaron a mi tuve que mentir, sabía que no tenía permitido contar nada sobre mi verdadera naturaleza.

Llegó el momento de despedirnos, no quería separarme de ellos aunque siempre estuvimos comunicados pero tenerlos de frente era totalmente diferente.

Subimos al auto y seguimos viaje ya solo faltaba una hora y estaríamos ahí, Mery retoco mi maquillaje ya que se había arruinado por las lágrimas que derrame con mis amigos. Cuando veo el cartel del pueblo siento un nudo en mi estómago y estruje la mando de Meru haciendo notar mi nerviosismo, ella sonrió y me dijo no te asustés yo voy a estar a tu lado!

Luego de hacer unas cuadras vemos una casa enorme y sabía que ese era el lugar, podía notar como cada persona salía de sus casas al pasar con nuestro auto por esas calles. Al llegar la primera que bajo fue mi abuela, seguida del consejo, yo no quería bajar hasta que Mery me obligó jalandome del brazo. No hizo falta que golpearamos la puerta ya que al bajar todas del auto vimos como se abrió la puerta y dos hombres robustos salieron, eran él y acompañado de alguien más que no conocía.

Siento que dice que desean señoras en nuestros territorios si no me equivoco tenemos un tratado en dónde no debemos entrar en el territorio de la otra especie.

Mi abuela con su cara en alto le dijo:

-(abuela) así es pero creo que sabes muy bien quien soy y porque estoy aquí!

-(Juan Cruz) entren por favor no quiero que la manada las vea.

Así fue que ingresamos todas, podía notar su malestar, no quería ni mirarme a la cara y yo esquivaba cualquier posible contacto con él. Nos hizo pasar a la sala de estar, él apoyado en el marco de la puerta mientras ingresabamos, yo tenía tantos nervios y los malditos zapatos que me hicieron poner ocasiono que trastobillaba y casi cayera al suelo cuando siento una mano en mi cintura que me sujeta, lo miro con asombro para solo recibir la frase "si no sabes usarlo no te los pongas" y un empujón hacia arriba para que siga caminando hacia los sillones. Estaba bordo como me pudo decir eso, yo no quería usarlos, me obligaron pero como iba a decir eso delante del consejo y de mi abuela.

Él dijo solo hablaré con ella señalando a mi abuela el resto espere aquí, el consejo no quería saber nada pero María acepto y se dirigieron al despacho dejando al otro hombre con nosotras.

Mery es muy curiosa asique empezó a interrogarlo, el era muy sociable entonces nos dijo que era Ramiro el beta de Juan Cruz. Y yo ingenuamente pregunto quienes Juan Cruz, por lo que le salió una carcajada y me dice niña te traen a conocer a tu alpha y no sabes cómo se llama. A lo que Mery le refutó hay que ver si es su alpha, sus miradas se cruzaron y saltaron chispas. Para no estropear el ambiente me rei y le dije es que solo lo ví dos veces y el nunca me habló. A lo que dijo tan típico de él.

El tiempo pasaba y no salían cada vez me ponía más nerviosa, mientras todas tomaban el té y comian tartas, Ramiro noto que yo que estaba cruzada de piernas sacudía mi pie a más no poder, esbozo una sonrisa y me dice tranquila nadie te va a comer acá!! por lo cual me puse roja como tomate y le digo es ansiedad por saber que es lo que pasa adentro. Y el riendo me dice mmm pone que lo creo pero recordá que soy lobo y hielo todo yo!!!

A los minutos salen mi abuela y Juan Cruz se acercan a nosotros para informar de que hablaron...

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