un nuevo amigo

Yeimi leyó la nota y solo suspiro, se tendió en la cama y quedo profundamente dormida después de pasar un día de tantas emociones, sucesos y llantos era imposible no cansarse

- señorita hay que comenzar arreglarse, ya casi es la hora del desayuno y luego comienzan sus clases personalizadas - dijo Ana abriendo las cortinas de la inmensa habitación para que entra luz y así poderla despertar

- Ana... no quiero - dijo rascándose los ojos - antes me despertaba a la hora que yo quería - dijo mientras daba pequeños golpes en la cama en forma de protesta

- antes. ya no; ahora perteneces a una familia adinerada así que tienes que comportarte como una verdadera princesa mi niña ¿esta bien? - dijo mientras se sentaba en la cama y le apartaba el cabello de la frente

- no lo prometo pero... lo voy a intentar - mientras daba una sonrisa divertida

La señora Ana había trabajado durante muchos años en casa de los Pereira y vio todos los intentos que tuvo la seora Lisbeth de quedar embarazada de una pequeña pero no pudo.

Ahora... le había arrebatado a una madre su hija y a la niña a la fuente de amor que la sustentaba

Y aun así esta chiquita sacaba las fuerzas para sonreír. parecía ser indestructible; tan tierna y tan linda y ahora seria maltratada y humillada

- ¿Ana que pasa?, ¿Por qué lloras? - pregunto Yeimi tomando la mano de Ana que le acariciaba el cabello y la miraba con mucha nostalgia

- no te preocupes querida, es solo que en poco tiempo te robaste mi corazón. se que te duele no tener a tu madre cerca pero... yo te protegeré y ayudare a salir adelante y tratare de buscar a tu madre para que puedas tener contacto con ella aunque sea a escondidas hermosa

- ¡hay Ana! m e duele mucho - lloraba desesperada en las piernas de la señora

- lo se pequeña pero hay que ser fuerte ahora rápido, alístate para bajar a desayunar

EN EL COMEDOR

- hasta que por fin. la floja durmiente bajo - dijo Alonzo de mala gana

- señorita ¿Qué hora son estas de bajar a desayunar? - pregunto Lisbeth indignada

- disculpe señora fue mi culpa. yo retrase a la señorita - intervino Ana tratando de que no la reprendieran

- que no se repita

- si señora

Yeimi mantenía la cabeza baja pero no pudo resistir mirar a Lleycod el cual la miraba fijamente y le guio el ojo lo que la hizo sentirse un tanto incomoda y se ruborizó al instante

por su parte Lleycod no pudo evitar sentir un poco de pena y dar una media sonrisa y desvió su mirada rápidamente ya que no quería que nadie se diera cuenta

Yeimi paso todo el día escuchando a los aburridos profesores atentamente en todo lo que le decían y mostraban y trataba de grabarse todo lo que pudiera hasta terminar exhausta. incluso casi pierde la hora del Almuerzo

- mama necesito su permiso para poder ir hacer un trabajo con mis compañeros de la escuela ¿puedo? - pregunto Lleycod

- si cariño - la señora lo miro extrañada pues ese chico no era de amistades y estar saliendo mas sin embargo nunca dio problemas

- mama yo también tengo que reunirme con mis compañeros

- no - soltó la madre sin dudarlo un segundo

- ¿porque? ¿Por qué Lleycod si puede y yo no?

- porque la ultima vez que te di permiso tuve que recogerte en el hospital así que olvídate de esa salida

- ¡ no es justo! - protesto Alonzo levantándose brusca mente y tirando su plato

todos se quedaron es un profundo silencio ante este comportamiento. Lisbeth solo se moría de rabia pero no se atrevía a contrariar a su hijo de apenas 13 años

- mama me voy - informo Lleycod

- esta bien hijo cuídate. Yeimi sube a tu habitación

ella obedeció rápidamente, pues sabia que la señora no estaba de buen animo y prácticamente corrió hasta su habitación.

pasaron un par de minutos cuando Yeimi escuchó que algo se trataba de meter por su ventana.

por un momento se asustó y se metió bajo de la cama.

- Yeimi soy yo, no te preocupes - dijo Lleycod al no verla

- perdón... tuve miedo - se escucho una pequeña y delicada voz cerca de la cama relevando una pequeña cabecilla.

él sonrió al verla así, pies lo se espera que ella se asustara tanto.

- tranquila, vine a cumplir mi promesa - dijo acercándose a ella y dándole u un abrazo

Yeimi se tenso instantáneamente; pues no sabía que pensar, el era el único de esa familia que la trataba bien ¿debía acaso confiar en él?

- no... no es necesario está bien. además tu tienes que salir - dijo apartándose de él

- no te preocupes por eso, no tengo ningún compromiso y le pedí ese favor a mamá para que me dejara algunos minutos tranquilo

Yeimi no sabía que pensar, la mente se le quedó en blanco totalmente

- supongo que te extraña que yo intenté conocerte ¿verdad? no te preocupes en tu lugar también me sentiría así.

no sé si lo has notado pero yo soy diferente a mis padres y hermanos. a mí me crío mi abuela desde los 4 hasta los 9 porque mamá y papá tenían muchos problemas en su relación así que me enviaron a mí con los abuelos mientras ellos se quedaron con Alonzo.

aveces siento que no pertenezco a este círculo familiar; pero note que tú te pareces un poco a mí; así que me prometí ayudarte

yo no tengo a nadie a quien c

ayudar, no soy de muchos amigos, mi hermano se sabe defender por su cuenta y mis primas... digamos que son un tanto insoportables, pero tú eres alguien especial Yeimi así que quiero cuidarte y ser tu amigo y hermano. claro si tu me lo permites; y no tengo malas intenciones contigo, no te preocupes

Yeimi no sabía que hacer o qué decir. ¿ella nunca tuvo un amigo y mucho menos un hermano? ¿tenía que confiar en él? ¿sería sincero?

Lleycod al ver que no respondía y mantenía la cabeza baja se sintió un poco incomodo

- niña no te preocupes tanto, ganaré tu confianza poco a poco

- está bien, gracias - soltó un suspiro de alivio

Lleycod le hacía algunas preguntas y así iban rompiendo el hielo, debes en cuando ella le dedicaba una que otra sonrisa las cuales no salían de su cabeza

así pasaron algunos días hasta que por fin entraron en confianza, pero... el dejo de ir todos los días y cuando iba, iba de noche asegurándose que nadie los viera

ahora tenía un propósito de vida y ese propósito era cuidar a su hermana a toda costa

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