Revelación.

Subo a la habitación de candy y toco la puerta, todavía no hay pruebas exactas de que sea veneno, pero es casi seguro que lo sea, ella abre la puerta y me mira extrañada, luego dice.

Candy: sucede algo Leonardo, que necesitas.

Entonces la pongo a prueba si es ella cederá solo por obedecerme.

Leonardo: Necesito que dejes a tu amante plantado, ya sé que no vas para la academia, sino a verte con él. Sé que te dije que puedes hacer lo que quieras con quién quieras, pero quiero que en este momento cumplas con tu deber de esposa y te entregues a mí.

Ella cierra los ojos como si sintiera un dolor muy profundo, da un suspiro y luego habla.

Candy: Me das un momento para avisar que no voy por favor.

Ella pone su maleta en donde va y entra al baño para llamar, rápidamente pongo el celular que uso como el Diablo en silencio y veo que me llama, sonrío y contesto.

Diablo: Dime amor, ya tienes tu maleta lista, ya deseo verte.

Ella solo suspira y habla con una voz muy triste.

Veneno: Lo siento mi amor, pero él se enteró de que me veré contigo y quiere que me entregue a él, lo lamento, yo no quiero, pero tengo que hacerlo, solo pensaré en ti cuando lo haga, te lo prometo. Si se enteró de lo nuestro te buscará y te querrá hacer daño y no lo voy a permitir, ya te dije lo que haré en ese caso, no me vuelvas a buscar, olvídate de mí. Diablo Te amo adiós.

¿Qué?, me quedé frío, no solo descubrí que es veneno, sino que también se enamoró de mí y ¿ahora como le digo la verdad?. ¿Qué hago?.

Candy sale del baño con una cara de tristeza, se da la vuelta y empieza a quitarse la ropa lentamente inmediatamente la detengo y la abrazo por la espalda.

Leonardo: He tranquila shh no te quites la ropa siéntate hablemos.

Ella se puso la ropa bien y se sentó en la cama a mi lado.

Leonardo: Bien candy dime algo ¿lo amas?

Candy: No te puedo responder eso, no debo hacerlo.

Leonardo: Soy tu esposo y me tienes que obedecer, ahora responde ¿lo Amas?

Candy: Si lo amo, pero te juro que no he estado con él a pesar de que me diste permiso, no lo hice por favor, no le hagas daño, ya le dije que no me buscara más y la culpa la tengo, yo págala conmigo, no con él.

Leonardo: ¿Eres capaz de enfrentarte a mí por él?

Candy: No, nunca por eso lo dejé, yo acepto la culpa, castígame a mí a él, no por favor.

Leonardo: No haremos nada llámalo y dile que siempre si se van.

Candy: No haré eso, tú me seguirás y lo matarás y primero me matas ami entiendes.

Leonardo: No lo haré, tienes mi palabra, solo llámalo y dile que olvide lo que le dijiste tranquilízalo, debe estar mal y debes obedecerme, así que hazlo.

Busco su teléfono y regreso a la cama.

Leonardo: Llámalo al si llamas otro número lo sabré y me voy a decepcionar mucho. Te dejaré sola, llámalo.

Salí de la habitación y fui rápidamente a la mía, busque mi antifaz y me lo coloqué, entonces mi teléfono volvió a sonar.

Veneno: Aló amor, perdóname por lo que te dije, él me dijo que te llamara, no sé qué trama, protégete por favor y no vallas a ningún lugar donde yo te cite por mensaje solo si te llamo, yo nunca te tendería una trampa.

Diablo: Amor, perdóname tú, a mí te juro que me acabo de enterar, nunca te engañaría, perdón por ser un idiota contigo y yo también te amo.

Veneno: Pero de que hablas, que es lo que tengo que perdonarte y de que te acabas de enterar no entiendo amor.

Diablo: perdóname por lo de hace rato, pero tenía que comprobar si era tú, te amo, dime de nuevo que me amas por favor.

Candy: No te entiendo amor, explícate y claro que te amo y mucho.

Entro a su habitación con la máscara puesta y le digo

Leonardo:Repítemelo de nuevo que no te escuché pero abrazada a mí.

Candy:Amor que haces aquí vete, mi vida. ¿Rápido, un momento, esa ropa... tú... no, no, no, no, tú?.

Me quito la máscara y la beso y junto a sus labios le susurro perdóname.

Candy: ¿Me estoy volviendo loca?, tú y Leonardo son la misma persona.

Leonardo: Si al igual que tú y Veneno. Mucho gusto Leonardo Ferrer alias el Diablo.

Su cara es incierta, se ríe, arruga la frente, niega con su cabeza, se vuelve a reír, y luego me besa.

Candy: un momento, ¿a quién estoy besando a Leonardo o al Diablo?.

Leonardo: A Leonardo, tu diablo, me perdonas, me porté muy mal contigo.

Candy: Eres mi esposo y tengo que hacerlo.

Leonardo: No candy en un rato, agendaremos una cita con el mejor psicólogo porque no debes perdóname porque soy tu esposo, no, eso no está bien, tampoco debes dejar que yo. Ni nadie te, trate mal, ¿está bien?.

Candy: Está bien ahora bésame.

Nos besamos por un rato y luego bajamos tomados de la mano, hoy saldría con mi esposa.

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