Recepción.

Leonardo.

Me presento mi nombre es Leonardo Ferrer tengo veinticinco años, soy alto mido un metro noventa, soy de piel blanca cabello negro y ojos negros, soy un importante CEO, todo un magnate con varias empresas, clubes, hospitales entre otras propiedades que tengo, pero eso es una gran fachada, yo en realidad soy uno de los mafiosos más poderosos de Italia me conocen como el Diablo. claro ante mis enemigos y socios uso un antifaz, igual algunos saben quién soy en realidad sobre todo Dionisio Ivanovich la mamba negra, nos conocemos de antes éramos socios y amigos, pero luego de sucesos ocurridos nos volvimos enemigos, más que todo por él compré una esposa, para proteger a mi reina la amo y a aparte para encargarme de ese desgraciado de Paulo, él envolvió a mi reina cuando trabajaba para él, la usó, la maltrato y la dejó en la calle, por eso me vengaré con su princesita adorada.

Leonardo Ferrer

Investigué y él tiene dos hijas de veinte años, la hermana de Candy, pero ella por ser ilegítima ha sido tratada como a una esclava y ha pasado por muchas cosas malas, tantas que me dan ganas de protegerla, eso me lo contó ella misma, en cambio, Candy es mimada y consentida desde pequeña, está acostumbrada a todo tipo de lujos y caprichos, la haré pagar por tratar mal a su pobre hermana y por lo que hizo su padre.

Tal vez me hubiese arrepentido si fuera pura, pero no, ella supuso que se casaría con su novio y se entregó a él, según cuenta mi informante, todas las tardes en la habitación de Candy se escuchaban gritos de una verdadera perra en la cama, no me voy a acostar con alguien así y no entiendo por qué decidió casarse conmigo y no con su novio, eso quiere decir que no es leal.

Después de la boda que hice por todo lo alto para que conocieran a mi esposa y sea un verdadero blanco para mis enemigos, llegamos a casa, allí le dejé claro todo lo que estaba pasando y me sorprendió por qué aunque no fui tan cruel, lo que le dije era para que cualquier mujer se lanzara a llorar, pero no, ella me miró y me dijo que su deber era obedecerme y hasta se despidió de mi reina con respecto, esa chica me desconcierta mucho.

Después de que la traje aquí han pasado seis meses y se ha portado a la altura, le dije que supervisara todo lo referente a mí como mi esposa que es, pero ella no supervisa, todo lo hace ella misma, mi comida, la limpieza de mi cuarto, la de mi despacho, mi ropa, todo lo hace ella, sé que le había dicho que no atendería a mi Reina, pero la puse a que lo hiciera para poder molestarla, y para mí sorpresa lo hizo gustosa, se sienta a la mesa y nos habla con respeto, no sé qué más hacer para verla incómoda y mal, esa mujer es muy extraña sale todas las tardes a hacer sus cosas y luego regresa en la noche, no me molesta ni yo la molesto a ella, lo que me preocupa es que en estos meses no le han hecho ningún atentado, y lo sé por qué ya hubiese venido llorando a mí, la voy a tener que investigar de nuevo desde su niñez hasta ahora, por qué no me cuadra nada.

Pero ahora no luego, tengo cosas más importantes que hacer como por ejemplo la mamba negra, siempre manda a hacerme daño y últimamente no he sabido de él y aparte hay alguien nuevo en la mafia una mujer que se hace llamar Veneno y al igual que yo y que otros cubre su rostro en reuniones, pronto iré a conocerla, en poco tiempo armó un imperio dicen que es despiadada y fría y sumamente hermosa, con mi reina las cosas no van bien desde que hice que su familia recuperara todas sus propiedades y empresas está muy cambiada, no sé qué le sucede. Darío mi mejor amigo y mano derecha dice que la investigue, pero yo sería incapaz, confío ciegamente en mi amor.

Hoy iré a una reunión de negocios con mi esposa del brazo y en la noche iré como el diablo a otra reunión, pero con los capos de la mafia.

Me vestí como siempre muy elegante y bajé a esperar a la princesa de mi esposa, es hermosa, ella mide como un metro setenta y cinco, es de piel blanca, cabello largo y castaño, ojos color marrón claro. Al bajar por primera vez la vi hermosa sin esa ropa de monja, ella llevaba un vestido corto color salmón, suelto en la parte de la falda, de mangas largas y sueltas, con una pequeña abertura en su barriga y otra en forma vertical en su espalda, unos tacones del mismo color con plateado y una gargantilla de diamantes, muy elegante, entonces le dije.

Candy. 20 años.

Leonardo: No me vayas a llamar señor en público.

Candy: Como usted lo ordene, señor.

Llegamos a la recepción del lugar y no hubo quien no tuvo que ver con ella, todos hablaban de su belleza, por momentos sentí molestia, mis amigos se acercaron y se la comían con la mirada, cuando estuvimos frente a todos era otra persona, me dejó impresionado, era tan dulce, amorosa y educada.

Socio, Carlos Clark: Señor Ferrer permítame felicitarlo tiene usted una muy hermosa esposa, señora Ferrer vamos a hablar temas aburridos ya qué a pesar de que es una celebración, tenemos que hablar de un fallo en el sistema que por más que lo revisamos no nos cuadra y sigue fallando, así que por qué usted no se va con mi esposa y sus amigas, también está su hermana así no se aburre, hace rato estaban hablando de la ropa que usarán esta temporada eso sí le debe interesar.

Candy: Muchas gracias por el cumplido y no gracias, pero no me interesan esos temas, ustedes hablen que yo estaré al lado de mi esposo como debe ser, hay algún problema con eso, cariño.

Leonardo: De ninguna manera querida si no te molesta, quédate, pero sé que te aburrirás.

Le dije con una sonrisa irónica y si quiero que se quede para ver cómo se aburre en estas pláticas, mi reina no las tolera ella tampoco lo hará y me voy a reír al ver su cara de fastidio.

Entramos a otro salón y la única mujer presente es mi adorada esposa, la dejo sentada y me acerco a los demás socios y por más que tratamos nada, el programa tiene un gran fallo y hemos perdido miles por culpa de esto, hay tres técnicos de las empresas y siguen sin ver el error.

Volteo a ver a Candy y está atenta escuchando y viendo todo, pero... y entonces esta mujer cuando se aburrirá, veo que se le acerca el estúpido de Kevin Mancini, otro de los CEO que son socios y le pregunta algo a ella, veo como se ríe y él le muestra su laptop cada uno de los socios tiene una en la mano y así revisa a ver si consigue la solución, ella la pone en sus piernas y luego el idiota de Kevin nos llama hacia el sofá donde está sentada mi esposa.

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