Capítulo 13: "Las flores del ciruelo"

El bello árbol de ciruelas daba comienzo a la primavera, los pétalos blancos teñían el pastizal y entraban por los grandes ventanales de la habitación, los rayos de luz se filtraban cuando las cortinas se mecían por la brisa de la madrugada. Un reconfortante sonido de un piano llega a los oídos de Jane.

Ella despierta.

JANE_ ¿Un piano?

Incluso los empleados de la mansión podían escuchar esa hermosa pieza.

Asusena despierta con tristeza; sin embargo, Jane, se siente atraída por el sonido.

JANE_ Que hermoso, jamás creí que se podría encontrar un piano en esta mansión, ¿será Agusto?

Ella decide averiguarlo, se levanta y camina por el pasillo, observando de dónde proviene el sonido. Apoya su oído en cada puerta de las habitaciones, hasta que se detiene en una distinta a las demás, parecía estar deteriorada por el paso del tiempo y se notaba que jamás fue remodelada.

JANE_ Te encontré._ Ella dice entusiasmada.

Decide abrirla, sin saber lo que le esperaba del otro lado ...

La luz y los pétalos del ciruelo entraban por el ventanal, las cortinas se mecían por la brisa, ahí estaba él, con una expresión triste en su rostro, tocando cada nota, en silencio, recordando su pasado...

Una noche estrellada, diecisiete años atrás, en el mismo lugar, Zerafin estaba tocando junto con su madre.

ZERAFIN_ ¿Me escuchas mamá? Lo estoy haciendo bien, ¿no es así?

Amelia sonríe y comienza a cantar.

Zerafin se emociona por la voz de su madre, era una de las más bellas jamás oídas.

Los ojos bermellón, brillaban, eran cálidos y llenos de paz. La hermosa melodía llegaba a oídos de todos y hacía eco en el jardín Cristal.

_ Señorita Asusena, que hermoso.

ASUSENA_ El pequeño Zerafin tiene mucho talento y la señorita Amelia lo acompaña muy bien, es un placer poder escucharlos.

La sirvienta y la criada se quedan en silencio, hasta que la pieza se termina.

ZERAFIN_ Mamá, tu voz es muy hermosa. Realmente, eres increíble.

AMELIA_ Querido hijo, tú también puedes serlo, ya sea con el piano, o con lo que deseas, únicamente, no debes perder el rumbo.

ZERAFIN_ Lo haré mamá, seré un famoso compositor y cantarás para mi.

Amelia sonríe, no quería sacarle las esperanzas a ese pequeño niño inocente.

AMELIA_ Creo en ti cariño.

Diecisiete años después...

Jane está atónita, era Zerafin el hombre del piano, esa simple puerta vieja, escondía un gran salón decorado elegantemente a lo antiguo.

Ella lo observa, no lo interrumpe y deja que la pieza termine, hipnotizada por cada nota, sentía que el sonido llegaba a su corazón.

Zerafin, toca sin detenerse y recuerda el momento exacto en donde abre la puerta y encuentra a su madre en la silla con un frasco en la mano, recostada en ese preciado piano, sin vida...

ZERAFIN_ ¿Mamá? ¿Que sucede mamá? ¡Despierta, despierta mamá!_ Sollozando.

Mientras toca la parte final, una lágrima cae por su mejilla.

Jane lo nota y siente una opresión en su pecho.

Zerafin pierde la conciencia por culpa de un ataque de pánico y la mitad de su cuerpo se derrumba arriba del piano.

Jane entra rápidamente en su ayuda.

JANE_ ¡Joven Blackdenssi!

Ella lo intenta sostener, siente que su cuerpo está caliente y su cara rojiza, el sudor de su frente daban indicio de que no se encontraba bien.

JANE_ Parece que tiene fiebre, ¡joven Blackdenssi, despierte por favor!

Zerafin no reacciona, ella intenta pedir ayuda, pero nadie la escuchaba desde la habitación.

JANE_ Espere por favor, iré por Asusena.

Zerafin inconsciente escucha la voz de Jane, intenta calmarla, pero sus palabras no podían salir de sus labios, su cuerpo no tenía razón ni movimiento alguno, estaba tan débil que todo lo que él intentaba en su inconsciente no podía hacerlo en la realidad.

Una hora después, Zerafin, despierta en su habitación.

Él mira desconcertado, se siente con una terrible jaqueca y su cuerpo más débil de lo habitual.

ZERAFIN_ ¿Qué sucedió? ¿Por qué estás aquí?

Jane estaba sentada leyendo un libro, mientras esperaba la recuperación de Zerafin.

JANE_ Tienes un gusto muy peculiar por los libros, pero este que tengo en mis manos lo puedo reconocer, y mi pregunta es, joven Blackdenssi, ¿por qué está en su habitación?

ZERAFIN_ Pensaba devolverlo en cuanto lo terminara, sin embargo, aún no ha respondido mi pregunta. ¿Qué hace usted aquí?

Jane se levanta y se acerca a Zerafin con la intención de ver si está baja la fiebre.

Él se queda inmóvil, Jane intenta tocar su frente, pero Zerafin se coloca a la defensiva y le bloquea la mano para que no lo toque.

JANE_ No es mi intención acercarme a usted Blackdenssi, pero le hice este favor a Asusena, así que por favor, si es tan amable, déjeme verificar su temperatura.

ZERAFIN_ ¿Por qué Asusena te pidió que me atiendas?, ¿en dónde está mi hermano?

Jane, verifica mientras tanto la temperatura.

JANE_ Su hermano en la empresa, y Asusena... parece que aún tiene fiebre...

Zerafin estaba incómodo por la presencia de Jane, no podía evadir la atracción que sentía por ella, pero él, tenía otras prioridades.

Jane se aparta, llena un vaso de agua y saca la medicación.

JANE_ Asusena fue en busca de más medicamentos, ahora tome.

Jane, le pasa el vaso con agua y la pastilla.

ZERAFIN_ ¿Qué es esto?

JANE_ Un anticonceptivo.

Él la observa y siente que se está aprovechando de la situación.

ZERAFIN_ ¿Hasta cuándo seguirá torturándome señorita Russel con el asunto?

JANE_ Hasta el día de mi muerte o de la suya.

Jane sonríe.

ZERAFIN_ Jamás le habría tocado un misero mechón de su cabello, si sabía que sería la prometida de mi hermano.

JANE_ Jamás debió tocarme y esa es la verdad.

Zerafin toma la pastilla y Jane comienza a revisar su cuarto.

JANE_ Lo oí tocar el piano, es una pieza muy hermosa, lástima que provenga de usted.

Zerafin baja la mirada hacia un costado.

ZERAFIN_ Es la música que solía tocar junto a mi madre en la niñez.

JANE_ Realmente tienes talento, no comprendo por qué no eres pianista o compositor.

ZERAFIN_ Ella solía decirme que podía ser quien quisiera mientras que no pierda el rumbo, después de que la encontré sin vida, deje de creerle.

JANE_ Agusto, me ha dicho poco y nada, aún no sé, los motivos.

ZERAFIN_ ¿No lo sabe? Ella era la segunda.

Jane, mira a Zerafin algo desconcertada.

JANE_ ¿Entonces Agusto?

ZERAFIN_ No. No es mi hermano de sangre.

JANE_ Creí que...

ZERAFIN_ Creyó mal.

JANE_ No comprendo, los dos tienen el mismo apellido.

ZERAFIN_ ¿Desea oír la historia?

JANE_ Si no le molesta...

ZERAFIN _ Mi madre nació de una familia humilde. Conoció a mi padre a los 19 años, ella se enamoró de él, decía que fue amor recíproco. ¿Absurdo verdad?

Años después de andar a escondidas de sus padres, mi madre acepto darle la prueba de su amor, acto seguido, él, le quito la virginidad. Pero con lo que no contaba era que después de nueve meses nacería su primer y único hijo. ¿Quiere saber que sucedió después?

JANE_ Sí, por supuesto.

Jane se sienta a los pies de la cama.

ZERAFIN_ Mi padre ni bien recibió la noticia de que ella estaba embarazada, la dejó. Después de eso, nunca se supo más nada de él.

Mi madre tenía dos opciones, o daba a luz a ese bebe, o se lo quitaba de su vientre. Ella optó por la decisión de tenerlo.

JANE_ Es muy triste, ella ha sido muy valiente...

ZERAFIN_ Esa no ha sido toda la historia, cuando se enteraron mis abuelos de que ella estaba embarazada, la echaron de su casa y sin lugar a donde ir y con un niño en su vientre, no tuvo más remedio que salir a trabajar por su cuenta.

Conoció la mansión Blackdenssi por los avisos en los periódicos, en donde se solicitaban empleados a tiempo completo.

Sin más preámbulos, ella se presentó, es entonces en dónde conoció a mi padre adoptivo Gregorio Blackdenssi, era un hombre muy sofisticado, estaba recientemente divorciado y tenía un hijo de cinco años llamado Agusto Frederick Blackdenssi.

La belleza de mi madre lo cautivo y sin titubear la aceptó, pero había un problema y consecuencia, el niño de su vientre crecía y crecía constantemente y ya no podía ocultarlo más. Mi madre no tuvo otra opción que escribir una carta de renuncia y marcharse de la mansión, esto llegó a los oídos de mi padre adoptivo y se negó rotundamente.

Él, le prometió a mi madre que si se quedaba, su hijo recibiría el apellido Blackdenssi y que nada le faltaría desde ese entonces.

Ella era una mujer solitaria, humilde y con carencias, no podía darse el lujo de pensarlo, aceptó sin más remordimiento, así hasta que cumplí los siete años y ya no lo toleró más, se quitó la vida con una dosis letal de veneno, tal vez esos niños que me fastidiaban tenían razón, yo era una carga para ella y por eso se quitó la vida.

Tal vez si yo no hubiese nacido... - Frustrado.

Jane lo interrumpe.

JANE_ No creo que sea una carga, si recuerda los momentos a su lado, eso significa que ella siempre estuvo pendiente y todo lo que hizo fue por amor hacia usted... Es solo que a veces somos unos seres irracionales, no pensamos en las consecuencias de nuestros actos, sin embargo, opino que el amor de una madre es único, a su medida y a veces un poco brusco, pero al fin y al cabo, siempre es amor...

Jane se levanta.

JANE_ Así que joven Zerafin...

Ella le extiende la mano y él la toma.

JANE_ No pierda el rumbo, ¿ok?- Sonriente.

Zerafin abre tan grandes sus ojos bermellón que se pueden notar un hermoso brillo en ellos, luego se le dibuja una pequeña sonrisa en su rostro.

ZERAFIN_ Bien...

Los rayos de luz iluminaban ese gran cuarto, los pétalos entraban por el ventanal, Jane estaba sujetando la mano de una persona que acababa de abrirse ante ella.

Él latido del corazón golpea con fuerzas, los circuitos comienzan a trabajar.

"Solo por hoy, no serás mi enemigo."

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