Capítulo 1: "Una noche en el infierno"

Hotel Season.

Un tapiz refinado rojo sangría con su exquisito gráfico dorado, guiaban hacia un único número de habitacion en el hotel más lujoso de todo Londres.

Habitación 114.

Al otro lado, se escuchan cosquilleos y murmullos de un grupo de personas en sus juegos mentales, diligentemente de la alta sociedad.

Tres golpes a la puerta resuenan y el silencio es abrumador.

_Servicio a la habitación_ Ella estaba lista para entrar.

Se escucha la voz de un hombre digno de los ángeles.

ÉL _ Entra.

La joven mujer entra con el uniforme de hostelería y un carrito con el licor encargado por los presuntos huéspedes.

Una escena un tanto absurda apreciaba sus ilustres ojos azules, dos mujeres rodeaban a un hombre que no parecía aburrirse sin disfrutar del momento.

_ Buenas noches. _ Ella finge ser invisible al resto.

Deja el Kweichow Moutai un intenso e importante licor mas codiciado del país e intenta retirarse.

ÉL_ ¿A dónde crees que vas? Aún no he dado la orden. Sirve.

ELLA_ Lo siento, lo haré de inmediato.

Toma cada uno de los vasos y sin decir una palabra los sirve.

Su turno recién comenzaba y errores como estos podrían ser perjudiciales e incluso el despido para ella; sin embargo, los pensamientos de la mujer cuyas ideas reflejaban de que:

"Los ricachones de hoy en día creen que pueden hacer lo que les plazca."

ELLAS_ Escucha sirvienta, también puedes limpiar el lugar, está lleno de polvo por todos los rincones y a simple vista se lo puede notar desprolijo, realmente no hacen bien su trabajo, que deficiencia.

Algo despertó en ella, un símbolo de impotencia.

ELLA_ Soy de servicio a la habitación, no la mucama.

Él, clava la mirada fijamente en su rostro.

ÉL_ ¿Quién te dio el permiso para que abras la boca?_ Eufórico.

Ella devuelve la mirada.

Sus ojos observaban a un hombre muy apuesto, pero a su vez a alguien soberbio y engreído por naturaleza.

ELLA_ Solo estoy respondiendo lo que mi crítica abarca._ Defendiendo sus principios.

ELLAS_ Nos ha faltado el respeto, ¿quién se supone que es? Típico de una sirvienta, informaremos esto a la recepción.

Abatida, decide pedir disculpas y entre dientes responde:

ELLA _ Siento haberlas ofendido, me encargaré de informar a las mucamas para que se encarguen de la limpieza, con su permiso.

ÉL_ ¡Nadie dijo que te retiraras.!_ Algo brusco se notaba en sus expresiones.

ELLA_ Ya he servido los vasos y me encargaré de notificar a las mucamas sobre la limpieza. ¿Qué más requieren de mí?

ÉL _ No te irás de esta habitación hasta que dejes este vaso sin una gota de licor.

Ella lo observa algo desconcertada y decide responder:

ELLA_Tengo limitaciones, no me apetece beber en este momento, estoy en horario laboral.

ÉL _ No te estoy preguntando. Es una orden, bebe.

Ella lo sostiene, si no obedecía estaría en serios problemas.

ELLA_ Entendido, haré lo que me pide, pero déjeme agregarle algo de hielo por favor.

Él sonríe convencido, mientras que ella vierte el hielo sobre el vaso.

Dos segundos y el hielo no flota, más se queda estático en su lugar.

Ella lo observa y con furia lo avienta sobre su cuerpo, luego deja el vaso en un rincón.

Ellas quedan estupefactas.

ELLA _ ¿Crees que soy tan estúpida como para que me puedas drogar? ¡Eres un maldito cretino!

Ella se retira furiosa de la habitación.

ELLAS_ ¿Qué diablos le sucede? ¡Está loca!

¿Se encuentra bien? Que desagradable._ Tratando de sacarlo con las toallas del hotel.

Él, que tenía una sonrisa sarcástica en su rostro, la seriedad llega de repente y el clima se vuelve tenso.

ÉL_ Lárguensen...

ELLAS_ ¿Qué? 

ÉL _ ¡Que se larguen, he dicho! _ El grito se pudo oír a través de las habitaciones continuas.

Ellas asustadas se levantan.

ELLAS_ De acuerdo, lo sentimos.

Se retiran.

Sonríe nuevamente.

ÉL_ Que interesante...

Mira nuevamente el vaso totalmente vacío.

10 minutos después, el administrador regresa con la joven.

ADMINISTRADOR _ Aquí está la señorita, le pedimos disculpas por lo sucedido.

ÉL_ Acérquese por favor.

El administrador se acerca y el hombre coloca un sobre en su chaqueta.

ÉL _ No se preocupe por la señorita, aquí tiene, pagaré por su silencio.

ADMINISTRADOR _ Entendido.

Sonríe para luego dirigirse a ella.

ADMINISTRADOR _ Quedate a limpiar este desastre, este hombre te perdonó de ser despedida, acaso, ¿no sabes quién es?

ELLA_ No._ Responde sarcásticamente.

ADMINISTRADOR _ Alguien mucho más importante que un gusano como tú, cuando termines ve a mi despacho.

ELLA_ Entendido.

El administrador se retira, la puerta queda sellada, el hombre no puede apartar la vista de su rostro, ella tenía algo peculiar que llamaba su atención.

ÉL_ Limpia todo esto, me daré una ducha.

ELLA_ Entendido.

Las miradas se cruzan, los ojos furia de ese hombre daban paso a desatar una tormenta.

Él se retira y ella se queda ordenando la habitación hasta poder dejarla en perfectas condiciones, el ruido del agua a presión se escuchaba.

Diez minutos después, ella había terminado con su labor.

ELLA_ Disculpe, he terminado con mi tarea, ¿puedo retirarme? _ Le grita a lo lejos.

El flujo del agua se detiene y sale de la ducha con una bata negra, su cabello oscuro aún estaba húmedo, pequeñas gotas caían en su pectoral que se podía notar a través de la misma.

Camina directo al vaso de licor y solo lo observa.

ELLA_ Terminé con mi labor si me disculpa, me retiro.

Él bebe del vaso y con una fuerza descomunal toma el brazo de la joven y la empuja contra la pared, dejándola vulnerable al intentar escaparse.

ELLA_ ¿Qué cree que está haciendo? ¿Está acaso usted fuera de órbita?

Sus ojos rojos penetrantes la observan y con una de sus manos toma su rostro y la besa sin su consentimiento.

Ella siente como un trago del licor ardiente quema su garganta llegando hacia su estomago, él despega sus labios y la vuelve a sujetar.

ELLA_ ¡No! ¡Detente por favor!, déjeme ir... ¡Ayuda, alguien que me ayude...! ¿Qué me diste? ¡Maldito!

ÉL_ Esto, no es una sustancia cualquiera, esto es un éxtasis para la mujer y mezclado con el licor es aún más efectivo, pensaba utilizarlo con las mujeres que se fueron recientemente, pero considero que contigo no será un desperdicio.

ELLA_ ¡Eres un mal nacido!

Otra vez toma del licor y se lo derrama en sus labios para que pueda digerirlo.

Las mejillas de la joven se tornan rojizas y rápidamente comienza a sentir los efectos de la sustancia.

Él se aparta lentamente de sus labios.

ÉL_ Ahora dime... ¿Qué sientes?

Ella observa la frialdad de sus ojos y luego baja la vista a sus labios.

ELLA _ Calor... mucho calor...

Él se acerca al oído de la joven, mientras la seguía sosteniendo de las muñecas.

ÉL_ Puedo salvarte de este infierno, ahora solo dime, ¿lo deseas?

Ella ya no tenía reacción ni conciencia de sus actos, su cuerpo ya no le pertenecía.

Él_ Vamos, dilo... – Con su rostro enmarcado de una sonrisa.

ELLA_ Lo deseo.

ÉL_ ¿Cómo podrías pedirlo?

Se acerca a sus labios nuevamente, la joven ya no podía controlar el éxtasis y su corazón latía más rápido que de costumbre, como si se tratase de una bomba a punto de estallar.

ELLA_ Lo deseo...

ÉL_ ¿Qué has dicho?, no te he podido oír.

Su cuerpo estaba tan caliente que no podía soportarlo, sus mejillas ardían, tenía deseos oscuros sobre el hombre que la sujetaba, solo tenía que suplicarle y este infierno se detendría.

ÉL_ Dilo una vez más...

Su autocontrol se termina en una simple frase:

ELLA_ Lo deseo... por favor...

Él sonríe.

ÉL_ Esa respuesta me satisface, te ayudaré a consumir el ardor.

Él la besa apasionadamente hasta soltar sus muñecas. Su mano, se desliza hacia su cuello hasta quitarle la liga del cabello que cae como cortina llegando a su cintura, con la otra desprende lentamente cada botón de su camisa dejándola con el torso al descubierto, la observa fijamente de arriba hacia abajo.

ÉL_ Eres realmente muy excitante, tienes unas curvas muy adictivas, pocas veces vi a alguien como tú.

Acaricia su silueta lentamente hasta llegar debajo de su entrepierna.

ELLA_ Calor, arde... Aahhh!!

La toma y la recuesta en la cama, se desliga de la bata negra, y la mira con mucho deseo.

Ella observa su figura esbelta.

ÉL_ Esta noche te haré mía.

ELLA_ Hazlo...

Ella toca y acaricia con cada uno de sus dedos cada músculo, el cuerpo avallasante del hombre se hace encima al de la joven y este termina de desnudarla.

Ella lo toma del cuello y arrima sus labios para luego terminar de morderlos, esto hizo que el hombre no tuviera piedad y arremetiera para estar dentro suyo, un jadeo se sintió.

ELLA_ ¡Aaaah!

Él se sintió más excitado y continuo con más fuerza, el calor de sus cuerpos y la consecuencia de la sustancia ingerida dio paso a la sed de lujuria entre ambos.

Los besos y el tacto continuaron durante más de media hora hasta que terminaron el acto, luego los dos se quedaron dormidos juntos en la cama matrimonial del hotel.

A la mañana siguiente ella despierta con un horrible dolor en el vientre y se da cuenta de que tenía al hombre apuesto a su lado, durmiendo inocentemente.

ELLA_¿Qué? ¿Qué pasó? ¿Qué está sucediendo?

El dolor de cabeza era intenso y aún se sentía mareada. Ella cubre su cuerpo desnudo, siente mojadas las sábanas y las toca, cuando observa su mano, ve rastro de sangre y la desesperación llegó.

ELLA_ ¿Qué es esto? ¿Esto es mio?

En sus escasos recuerdos de lo sucedido, trataba de componer las piezas del rompecabezas de esa noche.

Ella no logra recordar nada y pronto como descubre las sábanas comienza a llorar.

El hombre se despierta y se queda observando a la joven.

Ella rápidamente toma un vaso y lo tira al piso, aparta un trozo de vidrio e intenta abalanzarse sobre él, la fuerza de la joven no era superior, y este la detiene.

Luego la recuesta nuevamente sujetando sus muñecas.

ÉL_ ¿Qué crees que estás haciendo? Acaso, ¿quieres más? Esto te enseñará a no desobedecer mis órdenes.

Ella no dice nada, una lágrima cae por su mejilla y suelta el vidrio.

Él cambia de actitud y la suelta de inmediato.

ELLA_ Déjame ir.

ÉL_ La puerta está abierta... pero antes toma esto.

Saca del cajón una píldora y se la da.

ÉL_ Tómatela, es un anticonceptivo.

Ella toma la píldora de su mano y se la coloca en la boca para tragar, luego toma todas sus pertenencias y se retira de la habitación.

Al instante que sale por esa puerta, el hombre ve la sangre en las sábanas blancas y se sorprende, había tomado la virginidad de la joven.

No sintió arrepentimiento, pero una emocion llegó a su mente cuando vio el rostro de la joven repleto de lágrimas.

La mujer llega a su hogar toda desaliñada y cansada, deja las llaves en la mesada, con un nudo en la garganta no puede decir palabras, se dirige directamente a la ducha.

El agua se dispersa sobre su cuerpo y ella frotaba con una esponja con fuerzas su piel.

_ ¡Estás sucia, muy sucia!

No puede dejar de frotar su piel, hasta que se ve enrojecida.

_ ¿Por qué no se quita? ¡Limpiate!

Abatida por lo sucedido, se sienta en la bañera y llora en silencio.

Después de una hora, ella sale y se viste normalmente, se escucha el sonido del timbre.

Abre la puerta como si supiera de quién se tratara.

Un joven se acerca a ella muy feliz.

ÉL_ Mi amor, he llegado. ¿Cómo estuvo la noche?

Cuando él se acerca a recibirla con un beso, ella lo aparta y grita desesperadamente.

ELLA_ ¡¡¡Aaaaah!!!

Se da cuenta de sus actos y se cubre la mitad del rostro con las manos. El trauma de lo sucedido en la noche la dejó con secuelas.

ELLA_ Lo siento... Lo siento Eric.

No puede detener esas gotas fluctuantes proveniente de sus pupilas.

ÉL_ ¿Qué tienes Jane? ¡Estás temblando!

JANE _ Nada, estoy sucia, necesito bañarme, necesito hacerlo...

Ella seguía temblando y llena de nervios por lo sucedido.

ERIC_ Jane, mi amor, ¿puedes mirarme? ¿Puedes hacerlo?

Ella lo mira, pero no había consuelo para sus lágrimas.

ERIC_ Estamos comprometidos, Jane, dime, ¿qué es lo que sucede? Deseo comprenderte.

Jane sin consuelo, intenta explicarle lo sucedido a Eric.

JANE _ Yo... yo he....

ERIC_ Dime cariño...

JANE_ Él... me drogo y he sido abusada sexualmente.

Jane recordaba las sábanas cubiertas de sangre y llora sin consuelo.

ERIC _ ¿Qué has dicho?

Eric estaba asombrado por las palabras que Jane transmitía.

JANE_ Yo no quise, él abuso de mi...

Jane amaba a Eric con todo su ser, desde niña, ella había decidido comprometerse con él y se guardo desde ese entonces, hasta esa noche en el infierno.

Eric mira a Jane completamente diferente, no como una mujer desamparada y frágil por lo sucedido, si no como una mujer que quiso tener relaciones con cualquier hombre.

ERIC_ Creí que tu me pertenecías Jane... Tú... tu fuiste con esas intenciones...

JANE_ No, ¡no es lo que crees! Eric por favor déjame explicarte.

ERIC_ ¿Qué tienes que explicar Jane? ¿Te ha gustado? ¡Lo has disfrutado! Tú amiga, ella también es una zorra, pero, ¿tú?, tu eres de lo peor Jane.

Eric toma el anillo de compromiso y lo intenta devolver.

ERIC_ Tómalo.

JANE_ Eric yo te amo, ¿por qué me haces esto? Yo no he sido la culpable, me he guardado para ti todos estos años.

ERIC_ ¡Que lo tomes! _ Eleva el tono de voz.

JANE_ Por favor, ¡no! – Entre lágrimas le dice.

Eric deja el anillo sobre la mesada y se intenta retirar.

Ella, toma su brazo e intenta impedir su paso.

JANE_ Eric, por favor, tienes que escucharme. – Desesperadamente decía.

Él solo la observa de reojo, estaba ofendido porque otro había tomado lo suyo, no necesitaba a una persona manchada y marcada por otro hombre.

ERIC_ No quiero volver a verte en mi vida, estás sucia.

JANE_ Eric, por favor...

ERIC _ La boda se cancela.

Él se retira y cierra la puerta; Jane queda en el salón envuelta en su dolor, solo por que se atrevió a desafiar a quien no debía... Llora desconsoladamente en soledad.

"La sangre es la muestra más errante de nuestro amor."

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